31 octubre 2011

Alternativas a la vorágine de Occidente

En el momento actual, en que Occidente se debate en la debacle socio-económica-financiera de los últimos tres o cuatro años, manteniendo en vilo a los ciudadanos de los países adscritos a su órbita de influencia, tras la edad de oro vivida después de la Segunda Guerra Mundial, en que los frutos del progreso científico-técnico han sido los más brillantes alcanzados en toda la historia de la humanidad, pudiendo afirmar con la ayuda de estadísticas veraces, que el standar de vida de los ciudadanos occidentales había mejorado de forma espectacular, tanto en el acomodo físico como en el político-social y económico por la vía democrático-liberal, que aportó grandes logros.

El período comprendido entre mediados del siglo XX y primeros década del XXI, ha sido objeto del ensayo de dos formas de gobierno político-económico bien diferenciadas: una de ellas definida por la planificación gubernamental con fuerte incidencia del ordeno y mando dictatorial; la otra orientada a dejar al libre albedrio de las fuerzas tradicionales, instauradas en la Ilustración con las prácticas democráticas. La primera representada por la URSS, estuvo caracterizada por dos períodos, el primero por su originalidad, despertó el interés de los intelectuales de la época, por haberse iniciado un cambio copernicano en la modernización industrial de un país agrícola, que fué interrumpido por la invasión de su territorio por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, a los que derrotaron estrepitosamente con la toma de Berlín que representaba su emblema.

A esto le siguió la posguerra fría, confrontándose militarmente con el coloso económico USA, que no había sufrido apenas mermas humanas y económicas causadas por la guerra comparables a las ocasionadas a la URSS, que se desangró por dicha competencia bélica y sobretodo porque en la Rusia Soviética cundió el desinterés por el trabajo y la depravación alcohólica por la falta de incentivos por el trabajo como consecuencia de un igualitarismo absurdo. La puntilla para su total desmoronamiento fue el golpe de Estado provocado por Yelsin, que permitió a los mafiosos rusos apoderarse del patrimonio acumulado durante 70 años por todo un pueblo tras la caída del muro de Berlín.

El otro gran experimento socio-económico tiene lugar en China, otro coloso territorial-demográfico, que con sus cinco millones de Km cuadrados de extensión territorial, y una población de 1300 millones de habitantes, que tras la humillación sufrida en el transcurso de tiempo que media desde la mitad del siglo XIX a la mitad del XX con la guerra del opio, a resurgido de sus antiguos fastos del llamado Imperio del Centro, con gran ímpetu en la modernidad, pasando en el corto espacio de tres décadas de ser un país tercermundista, a ocupar la segunda plaza como potencia mundial, con visos de erigirse en la primera antes de que transcurra el próximo lustro. Este milagro político- económico-social, habiendo hecho acopio de bienes materiales en tan corto espacio de tiempo, en el que han batido todos los records de crecimiento acelerado de cuantas producciones y de ítems que se tomen como referencia, se deben al aprovechamiento de las condiciones favorables que han puesto en práctica para eliminar notables carencias de que adolecían, a saber:

1º) Contar con una población numerosa, con tendencia a ser excesiva, por lo que tuvieron que tomar medidas para el control demográfico, que además es: austera, laboriosa, sumisa,.. con disposición para asumir los sacrificios propios de una austeridad impuesta por las circunstancias.

2º) Conocedores del yacimiento de mano de obra barata existente en China y con las facilidades que ofrece la globalización, las multinacionales se apercibieron de que con sueldo bajos y sin requerimientos obreros les convenía deslocalizar las factorías que empleaban abundante mano de obra, desde sus países de procedencia al sudeste asiático, con lo que se aseguraban pingües beneficios, al vender al resto del mundo los productos fabricados en China.

3º) El gobierno chino, está dando toda clase de facilidades para que se instalaran factorías en su territorio, siempre que las inversiones sean lógicamente a cargo de las empresas que se establecen en su territorio y que los equipos instalados incorporen las últimas tecnologías conocidas y que sean de economía de escala, dado el volumen del mercado al que se destinan.

4º) En los protocolos de establecimiento de factorías foráneas en su territorio, el gobierno chino les garantiza el suministro de cuantos materias primas e insumos sean necesarios para la buena marcha de dichas factorías tales como: créditos, energía, carburantes, acero, cobre, litio, coltan, hormigón, vidrio, textiles, plásticos, papel,...procedan de las empresas nacionales chinas, incluida la logística requerida, mediante comunicaciones modernas, que facilitan la distribución de los productos fabricados en China, además de a su propio mercado, al mundo entero.

5º) La satisfacción de los anteriores requerimientos entre otros muchos, han permitido alcanzar, gracias a las inversiones foráneas, crecimientos del PIB espectaculares, como nunca se habían conocido antes, al extremo que China ha merecido ser llamada la fábrica del mundo, título avalado por contar con solo el 18% de la población mundial y consumir cerca del 40% de los principales insumos descritos más arriba, entre otros muchos.

6º) Otros hitos sociales alcanzados en dicho país, son los relativos a la esperanza de vida de sus naturales, los índices de mortalidad infantil, en nivel educativo y sanitario de su población y la rápida traslación de la población rural a las ciudades, donde se desarrollan las actividades propias de la modernidad, con la particularidad, que no se ha dado en ningún otro país tercermundista al traspasar del campo a la ciudad grandes las masas de población, que en China son alojadas en rascacielos, provistos del confort que proporciona la vida moderna que dignifica a las personas aún dentro de la relativa austeridad, que tanto se promociona actualmente en nuestro entorno tras haber rebasado los límites del despilfarro incompatibles con la conservación del planeta, en los comportamientos insolidarios practicados en occidente.

7º) Inmersos como estamos actualmente, en la mayor crisis económica-política-social, que ha tenido lugar desde los años treinta del pasado siglo que sume a masas considerables de ciudadanos responsables en la más oscura de las perspectivas de futuro, consecuente con la pérdida de derechos siendo el más paradigmático de todos ellos, la pérdida de un puesto de trabajo digno, para ganarnos la vida y el sostén de las familias, es un grado de aceptación al que se han degradado nuestras sociedades, en que será imperativo acometer otros paradigmas más acordes con el grado de concienciación cívica que van tomando las nuevas generaciones.

8º) El optimismo, es el ingrediente principal para mantener las mentes humanas en verdadero estado de gracia, que bien entendido como tal, consiste en estar satisfecho de la vida que hemos elegido vivir, en un tiempo en que las condiciones objetivas permiten elegir entre un caleidoscopio infinito de opciones que brinda la vida moderna a través de haber elegido una formación acorde con nuestras apetencias, vocación o preferencias que nos inducen a encontrar alguna actividad útil para uno mismo y para la comunidad de la que formamos parte, a lo que siendo el trabajo, que en otro tiempo tuvo connotaciones negativas y que por el contrario actualmente puede constituir un placer la realización de un objetivo de vida: gratificante, excitante, placentero…

9º) Ello será susceptible de alcanzar, mediante una formación, un aprendizaje de la vida en todas sus fases, si bien será específica en las primeras décadas de la misma, pero tratando de darle continuidad por las facilidades que se dan para acceder al perfeccionamiento y a la asimilación de nuevas: experiencias, habilidades, destrezas,.. que proporcionan: los viajes, la contemplación de obras de arte, de las novedades que sin solución de continuidad nos brindan las ciencias, los media de comunicación y difusión de cuanto ha sido puesto al alcance de los humanos para su solaz la tecno-ciencia y sus complementos en todas sus manifestaciones.