La mejor tertulia política
Acabamos de escuchar en la cadena SER, una tertulia desarrollada por cinco personajes que se presentan por primera vez como candidatos para las próximas elecciones que tendrán lugar en nuestro país en el año actual 2015. Los candidatos en cuestión son: Manuela Carmena, Ada Colau, Jiménez Villarejo, Ángel Gabilondo y Juan Carlos Monedero, que si bien no son conocidos como políticos profesionales, si que pertenecen a personas que últimamente se prodigan en las tertulias periodísticas por su condición de personas de gran prestigio social.
La peculiaridad original de la tertulia citada, reside en que los cinco, han coincidido en calificar a las políticas desarrolladas en nuestro país desde la transición a la democracia, adolecen de profesionalización de los políticos como servidores de sí mismos y de las causas defendidas por los mismos a espaldas del interés general de sus representados: la mayoría del pueblo español, que asiste escandalizado a la institucionalización de la corrupción generalizada de los que han permanecido en las poltronas de los partidos gobernantes, durante los cuatro años de legislación como mínimo, sin que la gente de este país, haya dispuesto del instrumental requerido, tanto de los recursos publicitarios como judiciales para evitar tal desafuero, debido que ambas instituciones cuentan con los beneficios que les proporciona el pesebre de las empresas publicitarias que son de derechas, como el riesgo que tienen los jueces contestatarios de ser inhabilitados.
En la mencionada tertulia, han aparecido las fallas democráticas de las que adolece la práctica de la política aplicada en nuestro entorno, sin la ética indispensable para evitar los abusos perpetrados por los políticos al uso, por consentir las diferencias abusivas permitidas a las nimias minorías de los más ricos, estimadas en el 1% de los votantes, cuando se pregona en todos los medios de publicidad-seducción de masas, el engaño de una persona un voto, cuando dicha práctica compota la exclusión del pastel de la modernidad: a las mayorías de personas carentes de sus beneficios.
Han sido tantas y tan sangrantes las deficiencias que se están dando en nuestro país, que se encuentra entre los últimos del ránking de la Unión Europea, en los índices de pobreza, al acumular las pérdidas infligidas en la última legislatura del PP a los pobres, para beneficiar a los más ricos que han obtenido beneficios económicos-financieros- acumulativos, además de que los mafiosos corruptos que se mantienen exentos por la tardanza de los procedimientos judiciales que terminan en descargo de los reos por el tiempo transcurrido en su tramitación.
Nos ha llama la atención en el desarrollo de la tertulia a la que hacíamos referencia, que en su desarrollo no tuvieron que intervenir los periodistas con preguntas, sino que se requirió de los cinco intervinientes en bloque, que hicieran una panorámica de sus respectivas opiniones de la situación en que se encuentra nuestro país actualmente, lo que ha despertado un fluido diálogo entre ellos, expresando el sentir de cada uno, en función de sus respectivas experiencias profesionales de los más veteranos y la visión de las deficiencias de las que adolece la profesionalización de los políticos actuales, por efecto de los instrumentos puestos a su disposición que les facilitan los efectos de la corrupción y el recurso a las puertas giratorias.
La modernidad se diferencia de tiempos pretéritos, en que el feudalismo y el caciquismo aun que separados en el tiempo, fueron impuestos por la escasez de medios que no bastaba para suplir de lo necesario para todos, mientras que la modernidad es competente de proporcionar lo suficiente para los habitantes del primer mundo, condición que es impedida por la codicia del “siempre queremos más,” que se ha impuesto en el mundo occidental, por la inercia que subsiste en una gran parte de las personas que no tienen entre sus prioridades los nobles instintos de solidaridad con sus congéneres como han demostrado en sus acciones y manifestaciones los cinco tertulianos citados más arriba.
Entre las cinco personas citadas más arriba, figuran dos de ellas jubiladas de su actuación profesional, que sin embargo aparecen asíduamente en los medios, para ayudar con su experiencia a la resolución de litigios que aparecen todos los días, en nuestra sociedad enferma de la enfermedad psicológica, del acaparamiento y la ostentación de bienes a los que se les dá la facultad de transferirlos a sus descendientes, sin que tengan por su parte hacer el menor aporte a la sociedad, lo que supone en estricto sensu, convertirse en parásitos sociales que a la vez son prestigiados con el mayor asentimiento por sociedades inconsecuentes con la justicia real.
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