07 febrero 2015

Planteamientos divergentes

En un artículo del País Semanal del 4-1-2015, aparece la abismal diferencia existente entre los resultados económico-sociales que se dan en este momento entre la Unión Europea y China, en el que glosan los fascinantes resultados que aparecen en el saldo de los 38 últimos años del gigante oriental y las mermas que últimamente han aparecido en los países del sur de Europa, como resultado de los gobiernos de derechas, cuyas leyes, que solo han beneficiado a las finanzas especulativas, en contra del elemento productor de los bienes y servicios que representan a todos los demás artífices del bien común de los países sometidos al oligopolio del dinero, que lo distorsiona todo lo que no rinde sumisa pleitesía al vil metal.

Resulta sorprendente que la totalidad de los medios de información-seducción que en nuestro país, así como en el resto de la Unión Europea por sumisión al pesebre, acostumbran a denigrar con los peores epítetos a los países que no observan las reglas del juego del neoliberalismo y sus espurias imposiciones dictadas por el 1% de la población, al tiempo que dicen glorificar la democracia de una persona un voto para elegir a sus gobernantes, se permiten el anterior artículo citado que: en el país citado más arriba, donde se practican (modalidades de gobierno bien dispares a las de nuestro entorno) que sin embargo, merecen nuestra fascinación, por los resultados de haber aumentado su población en 400 millones de habitantes pasando de 900 a 1300 en los 38 años de régimen comunista.

Por supuesto indican, que los logros alcanzados por China, dicen que se deben que son debidos a la adopción del sistema capitalista, al abrirse al comercio y a la economía globales, sin haber aceptado que los principales elementos que rigen su economía están bajo la jurisdicción del Estado como: propietario del terreno, finanzas, infraestructuras, urbanismo, energía, agua, vivienda, proyectos negocios con países extranjeros, ecología y un sinfín de cometidos y estrategias desarrolladas por equipos thing-thanks dependientes del Estado, contrariamente a lo que ocurre con el neoliberalismo que todo lo fía a la iniciativa privada y a las castas hereditarias del dinero y de los privilegios característicos del capitalismo.

La nota más sobresaliente del régimen chino, ha sido su población que deviene de una economía tercermundista con muy bajos estipendios, que han recibido la parte alícuota del progreso alcanzado, con subidas de las percepciones que proporcionan el optimismo necesario para la realización de los cometidos confiados a los ejecutantes, que contribuye mejor a la productividad que en los países periféricos de la UE sometidos a la recesión y al paro, a los obreros, consciente de que la austeridad a que los subyuga la troika, es motivo de la mayor desesperación. La lógica fascinación producida por China, por pasar en pocas décadas de ser un país tercermundista a devenir la primera potencia mundial del siglo XXI, se debe: en haber producido en tan breve espacio de tiempo el paso de 500 millones de personas a lo que llamaríamos estado de bienestar o disfrute de una vida digna.

Los recursos de que se han valido los chinos para implementar sus logros que no tienen parangón en la historia humano son. en primer lugar, el haber firmado con todos los restantes países de su área de influencia el tratado de organización-colaboración de Shanghay, a fin de dar ejemplo de que el poder blando tiene mejores resultados que el poder duro en la era del conocimiento. Además de haber atraído a su territorio, gran número de factoría que emplean mucha mano de obra desde los países adelantados, por pagar sueldos más bajos, al tiempo que son más modernas al ser recientes, y dimensionadas en economía de escala al tener un gran mercado que han convertido a dicho país en la fábrica del mundo. La otra gran ventaja del gran país oriental, radica en que orientan el gran ahorro al que por tradición están inclinados los chinos, que les permite junto con el crecimiento del PIB superior al de todos los demás países, invertir sus enormes excedentes económicos, en explotar yacimientos vírgenes de los países tercermundistas, que con la colonización capitalista solo fueron expoliados, para alumbrar nuevas vías de provecho mutuo con la fórmula wi-win, contraria al proceder de las multinacionales que todo lo orientan al logro del beneficio propio, sin otra consideración moral y ética que la racionalidad de las actuaciones futuras se verá obligada a aplicar con la difusión del conocimiento, con la que será difícil estafar.

La mayor fascinación china se está produciendo en las juventudes europeas, con los movimientos: griegos, con Syriza, y españoles, con Podemos, que muchos neoliberales los atribuyen al ejemplo chino, que si bien este último aún no pone en aplicación la fórmula asamblearia y el referéndum para la elección con democracia directa de los aceptados para dirigir los asuntos de gobierno en lugar del método delegativo empleado en las democracias occidentales que todo lo fían a cuatro años vista con dichas elecciones que no compaginan con los medios cómputo modernos que todo lo resuelven con celeridad.