Disyuntiva crucial para Rusia

La brutal caída del precio del petróleo, según especulaciones procedentes de distintos centros de interés en el fenómeno, dan múltiples razones a su motivación: perjudicar a Irán y Venezuela, desincentivar el craking por su superior coste de extracción,…a la par que otros intereses que escapan a nuestro alcance, si bien se atisba que podría tener la mayor significación al pulso entablado por occidente con Rusia, a raíz del contencioso entablado con Ucrania, causante de la crisis económica producto de las sanciones impuestas a Rusia, por los países occidentales. Si el mundo occidental persiste en poner obstáculos a su comercio con Rusia, el mayor país del mundo en extensión territorial, escasamente poblado en su adscripción asiática, donde la densidad en algunas regiones no alcanzan a tener un habitante por km cuadrado, constituyen la lógica tentación de ser pobladas por ciudadanos chinos, residentes en zonas fronterizas densamente pobladas, con menores recursos vírgenes a los que poder explotar, tal como hacen las diásporas chinas alrededor del mundo consecuente con su ingente población.

La política económica rusa tras la caída de la URRS, pasados los primeros años, parece que se restableció gracias a las exportaciones a Europa de petróleo y gas. Con la reciente bajada del precio de los hidrocarburos, y las sanciones occidentales aplicadas a Rusia, no le quedaba otra alternativa que negociar con China, con la que han tenido contenciosos fronterizos ya resueltos, quedando pendientes las condiciones territoriales expuestas en el punto anterior por el enorme diferencial poblacional entre las regiones limítrofes de Rusia y China.

Un artículo de Rafael Poch, describe la disyuntiva en que se encuentran los dos grandes países asiáticos: Rusia y China conocidos por el periodista citado, que al haber residido en ambos países por espacio de varios años en cada uno de ellos como corresponsal del periódico “La Vanguardia” le otorgan cierta verosimilitud a planteamientos, que ya tienen su plasmación en países del tercer mundo, en los que China orienta sus inversiones tanto en préstamos económicos, como en desplazamiento de técnicos y equipos para facilitar la explotación de recursos vírgenes de multiplicidad de ítems requeridos para el desarrollo de sus potencialidades de todo tipo, así como dar salida a sus naturales que habrán considerado excesivos, al haber decretado la ley del hijo único, al tiempo de dar ejemplo para el resto de los países excedentarios de población, al haberse producido el boom demográfico que ha permitido pasar de una población global de 1000 millones de habitantes de más de 7000 millones en el transcurso de los dos últimos siglos.

La globalización, que permite el intercambio fluido de los residentes de un país a otro en función: de su libre elección, de sus necesidades personales, o de cualquier condicionante que facilite los intercambios de personas y de recursos de todo tipo, representa una oportunidad para el canje de todo tipo de flujos de los que son portadores las personas, que tienen acceso a las peculiaridades de cada residencia para su libre elección.

El cambio copernicano operado en la forma: de pensar y de actuar de los seres humanos en los tiempos recientes, ha supuesto su liberación de la fijación física a un lugar determinado, a imagen de los restantes seres vivos condicionados a infinidad de factores que no toleran por lo general otros condiciones a las que fueron ubicados. Por el contrario las personas modernas acceden fácilmente a cualquier otra ubicación acorde con sus preferencias. Los ciclos vitales de los habitantes del mundo actual, se adaptan mejor a sus requerimientos preferenciales que a los puramente físicos, debido que somos más subsidiarios de los medios tecno-científico modernamente puestos a nuestro servicio, que de los ambientales, que en gran parte son suplidos por la habitabilidad de los artificios de los que nos hemos provisto.

La libertad en esencia es elección de las preferencias frente a limitaciones impuestas por condicionantes ajenos a deseos de las personas ejercitados en gran medida por medio del instrumental que nos hemos agenciado por el progreso, que convendría que fuera administrado por los órganos de gobierno que la humanidad se proporcione mediante la dictadura de las mayorías democráticamente ratificadas por los que constituyen la base de la comunidad mundial establecida de acuerdo con lo establecido en los estatutos acordados por las instancias internacionalmente asumidas.