26 septiembre 2012

Trampa institucionalizada

Tras los movimientos del 15M y otros similares, en los que se apuntaron consignas como que los gobiernos capitalistas del mundo actuaron al dictado de los más ricos, con resultado de la crisis que padece Occidente. Al constatarse que el 1% de las grandes fortunas, que son los que nos gobiernan al restante 99%, del mundo llamado democrático, en lo que va siendo ya “vox pópuli,” recogido incluso, por autoridades económicas como Joseph Stiglitz, que lo “de una persona un voto” para constituir los gobiernos de los pueblos, ha sido sustituido ahora por “un EURO, o un DÓLAR un voto”, como instrumentos que hacen la función antes encomendada a las personas, en la supuesta democracia de la que se dice que disfrutamos, que ha sido sustituida por el avasallador efecto del dinero, lo que hace exclamar al profesor Stiglitz: “que el precio de la desigualdad, junto a la división social, ponen en peligro nuestro futuro”.

Desde Adam Smith se sabe, que la función específica de los mercados es conseguir el lucro, aunque también aseguraba que los mercados se auto-regularían por sí mismos, cuando en la práctica, han tenido que ser los gobiernos mediante leyes fiscales, los que modulan los excesos de la codicia de los más ricos, que como dice el refrán: “siempre queremos más”. La fiscalidad había permitido hasta aquí, que un porcentaje de los cuantiosos beneficios obtenidos por las empresas, revertieran en beneficio de los servicios sociales de las comunidades humanas a través del Estado del Bienestar. La crisis del 2008, supuso un cambio crucial respecto de las anteriores crisis sistémicas, a las que ha estado expuesto el capitalismo. Tras la enorme burbuja especulativa que se generó con las hipotecas basura, y la enorme especulación generada en el boom urbanístico-inmobiliario, que reportó ingentes beneficios a los bancos que fueron resarcidos después por los gobiernos, de forma que las ganancias especulativas iniciales de los bancos, obtenidas a través de créditos solicitados al exterior, tras el descalabro producido por el estallido de la burbuja inmobiliaria, la deuda exterior de la banca ha sido asumida como deuda soberana por el Estado, lo que supone que el pago anual de intereses abonados por el gobierno español, es decir, con el dinero de todos los españoles, supera el costo del sueldo anual de todos los funcionarios del Estado.

Habida cuenta, de la existencia de tamañas aberraciones como las que anteceden, que generan en los ciudadanos de nuestro país los sentimientos más negativos que se pueden dar, por las consecuencias que se derivan de los mismos, tales como, que al tiempo que se tiran todos los días toneladas de alimentos aptos para el consumo a la basura, mucha gente en nuestro país está pasando hambre, según se difunde estos días en los mentideros de la información.

El mundo en el último medio siglo: ha triplicado su población, la expectativa media de vida en los países avanzados, ha pasado de los 60 a los 80 años, la mortalidad infantil y las epidemias , han disminuido drásticamente, el confort y la calidad de vida han alcanzado altos estándares, que no se habían logrado en ninguna época precedente. ¿Qué puede explicar la actual apatía, desmoralización, polarización, enfrentamientos, pesimismo,…? ¿Habrá que dar la razón a Joseph Stiglitz de que las abismales diferencias comprometen el futuro de la humanidad?

Si hasta aquí, la humanidad ha producido sus mejores frutos materiales en la época reciente, sería de esperar que las grandes inteligencias con las que se cuenta actualmente y los medios de difusión que permiten su difusión a todos los confines del planeta, como por ejemplo: que algunas de las grandes universidades del mundo han decidido poner sus cursos en la red informática a disposición de quien los quiera utilizar gratuitamente, resulta algo insólito, que podría contribuir a atenuar las nefastas diferencias que impiden avanzar hacia metas positivas de futuro. De la extensión y potenciación del conocimiento se podrán esperar los mejores resultados a futuro, para que los capacitados para aportar las luces del talento para mejorar los comportamientos sociales que conduzcan a metas de felicidad de los humanos, una vez cubiertos los imperativos materiales que están al alcance humano, vistos los logros alcanzados últimamente en el terreno de las producciones.

Las personas están facultadas para gozar de cometidos superiores a los meramente físicos, que son fundamentalmente los que proporciona el dinero, que es el factor al que actualmente se le han conferido los mayores atributos, tales como la gobernación de los pueblos, donde reside la ordenación de la convivencia entre sus moradores humanos, que una vez aseguradas sus necesidades esenciales, aspiran a metas superiores como son: la paz de los espíritus, el amor , la amistad, la solidaridad, la concordia, la ética, la justicia, y como premio superior, el reconocimiento de sus conciudadanos en los distintos grados de amplitud que abarca el mundo globalizado. Bueno sería, que se convocara un concurso de propuestas para acometer nuevas sendas de entendimiento, que tuvieran amplia difusión en las redes sociales, a través de las cuales, los modernos medios de cómputo, pudieran esbozar eventuales sendas para discurrir hacia el perfeccionamiento de los comportamientos colectivos, a la vista de las deficiencias de las que adolecen en la actualidad.

Es cierto que la libertad de opinión resulta dispar referida a percepciones, unido a los estatus alcanzados por el derecho hereditario de la propiedad, son dos obstáculos de difícil superación a corto plazo para homogenizar criterios, pero hemos visto en los últimos tiempos, vuelcos copernicanos difíciles de concebir anteriormente, como ha sido la proscripción del recurso a la guerra y la inviolabilidad de las fronteras que en la Unión Europea son transitables libremente: por personas, monedas , capitales, mercancías,… con intercambio intensivo de todo tipo de actividades, incluso a cambios estructurales como sucede en la crisis económica actual, en la que los países rescatados están sujetos a imposiciones legales.

La complementariedad del derecho comparado, que aporta modernización y racionalidad a las legislaciones de los distintos países, junto a convenciones universalmente adoptadas como: la de derechos humanos, y asambleas con acuerdos de ámbito mundial, en las que los países adoptan resoluciones que modifican sustancialmente hábitos y comportamientos arraigados, es de esperar, que deficiencias estructurales mayoritariamente rechazadas, sean sometidas a revisión por los cauces establecidos, de la misma manera que han sido rápidamente aceptados la infinidad de instrumentos de uso diario, con los que paulatinamente nos está obsequiando la modernidad, para facilitar la vida de las personas.

Así que no será sorprendente, que países y comunidades humanas, adopten nuevas modalidades de comportamiento más acordes con las circunstancias que se presentan para dar satisfacción a mayorías cualificadas de las personas que las componen, dando virajes cruciales para la eliminación de injusticias que siguen vigentes por inercias interesadas a personajes y/o instituciones arraigadas, por razón de molicie y/o pereza mental que lastran comportamientos perjudiciales para los miembros de las comunidades afectadas.

A no dudar, aparecerán pioneros, que levantarán la antorcha de la racionalidad dando ejemplo al resto, como siempre ha sucedido en la historia, para acometer nuevas sendas acordes con los tiempos, que permitan gozar de las mayores cotas de libertad, igualdad y fraternidad como soñaron los ilustrados que si en su momento consiguieron liberar a los pueblos beneficiados de su intervención, del yugo del oscurantismo y la esclavitud de los pobres, hoy parece llegado el momento de domeñar las disfunciones producidas por el oligopolio monetarista.