10 septiembre 2011

Educación y formación profesional

La característica que mejor representa a las nuevas generaciones, es la formación que se les proporciona a través de las múltiples enseñanzas necesarias para gestionar las incontables actividades a las que tienen que atender los moradores del mundo actual.
La historia nos da noticia de los reducidos actores que dejaron huella indeleble en los siglos que nos precedieron, debido, a que las actividades desarrolladas en la antigüedad por los humanos eran nimias, en comparación con las actuales. Por otra parte las enseñanzas impartidas en los tiempos pretéritos iban dirigidas a exiguos porcentajes de privilegiados bien situados, que no precisaban usar de sus conocimientos para competir en otro terreno que no fuera el militar y el de las creencias para asegurar su subsistencia, razón por la cual, mantenían a sus súbditos en la más absoluta indigencia intelectual, y por ende física.
Hoy está manifiestamente demostrado, que los países y las personas que los conforman, que ostentan los mayores índices educacionales representados en el informe PISA, son los modelos a imitar por encima de cualquier otra connotación que la pueda superar, lo que demuestra que la educación impartida al 100% de los ciudadanos, permite asegurar que ningún genio se puede malograr por falta del elemento crucial para la vida de las personas que las provee del auxiliar indispensable para ejercitar la libertad tolerada por la razón, en todas sus manifestaciones.
Consecuencia de la profunda crisis económica en la que estamos inmersos, los que están mejor situados económicamente, empiezan a lanzar propuestas tendentes a aminorar las prestaciones educativas, que hasta aquí, aseguraba el Estado del Bienestar a cargo de los gobiernos. Parecerá lógico para los que con el fin de diferenciarse de la generalidad, recurriendo a la enseñanza privada o de pago, por lo que no les afecta las mermas o economías que se hagan en la enseñanza pública, estimen que se pueda impunemente hurtar a las sociedades modernas el bien por antonomasia que representa la educación pública y universal en sus múltiples modalidades, que constituye la esencia más representativa del ser humano que nos diferencia de lo irracional.
La sordidez y obscenidad con que se permiten lanzar sus consignas aberrantes las derechas de nuestro país, es estructural, consentida por legiones de votantes lastrados por las arraigadas prácticas caciquiles, que durante dos siglos nos mantuvieron huérfanos del ingrediente cultural del que se nutrió el resto de Europa con la Ilustración. La España profunda, hasta bien entrado el siglo XX, no concebía que a los pobres se les pudieran confiar atributos de mando, convencidos de que únicamente la fortuna y el estatus social heredado, concedían dicho título a sus beneficiarios que en las primeras elecciones, la compra de votos por los caciques era lo habitual.
El arraigo de aquellos antecedentes en personas de edad avanzada tras treinta años de prácticas democráticas, permite presagiar que las inminentes elecciones a las que estamos abocados serán ganadas por el PP, que a no dudarlo, procederán al desmoronamiento del Estado del Bienestar, aunque no lo expliciten en su programa de gobierno como hicieron en las reciente elecciones autonómicas, que sin embargo han empezado a aplicar en las primeras decisiones de gobierno que están tomando, con las mermas que están aplicando en educación.
La miopía política que emana de los llamados mentideros políticos y de las tertulias mediáticas, se manifiesta en la esquizofrenia generada en las conciencias de los auditorios, al emitir consignas que no se corresponden con las potencialidades y los efectos producidos en amplísimas masas de practicantes internautas, que unidos en redes sociales, dan la pauta de lo que puede suponer la educación básica para la formación de los jóvenes de los países que aspiran a la aplicación de la modernidad latente, a través de la extensión de los conocimientos específicos que permite la informática hasta límites inabarcables, para los que con vocación y facultades para el aprendizaje específico de todas las materias emanadas del saber universal actual, para su puesta en práctica con aplicaciones útiles. La eclosión abrumadora de conocimientos acumulados en el último siglo de historia de la humanidad y el flujo continuo de mejoras , que aceleradamente y sin solución de continuidad están apareciendo por efecto del saber acumulado, que no tiene el menor atisbo de racionalidad aminorar los impulsos que conducen a la finalidad moderna por antonomasia, que es el conocimiento.
A lo que demagógicamente se le llamaba plagio, los medios de difusión como Google, han invadido el mundo de informaciones puestas al alcance de miles de millones de internautas, que nunca consentirán que intereses espurios defendidos por jueces afectos a legislaciones periclitadas, puedan hurtar el mayor tesoro con que cuentan los humanos cual es conocimiento alcanzado en la multitud de materias en que lo han publicitado los modernos TICs, depositarios del instrumento más trascendente que han conocido los siglos, puesto que permite a cada persona que se lo proponga, acceder a los arcanos más inaccesibles del conocimiento humano que hasta aquí, habían sido vedados al común de los humanos.
Las enseñanzas de todo tipo, deberán ser impartidas por los mejores en cada rama del saber, lo que situará a sus ejecutantes: los maestros y profesores situados en la cúspide de la pirámide social, dado que tienen por misión trasladar lo mejor de sí mismos a legiones de beneficiados por sus preceptos impartidos como norma de vida positiva impregnada de entusiasmo y bonhomía, correspondientes a las actuaciones de los que mejores ratios calificativos han alcanzado en su currículo personal, lo que tiene su correspondencia en el reconocimiento social, que supone el mayor timbre de gloria que las personas pueden alcanzar en sus ejecutorias.
Solo haciendo abstracción a lo que la cultura y la difusión del conocimiento han supuesto para la dignificación de los humanos, en los últimos siglos y más específicamente en la rabiosa actualidad de la que percibimos sus generosos frutos, en el supuesto de que concedamos estricta justicia al fenómeno del saber, facilitado y promocionado por las universales prestaciones hechas por los TICs, nos apercibimos del radical cambio de paradigma que ofrecen a futuro, el inconmensurable fomento del pensamiento humano, con la ayuda de los instrumentos que nos hemos dado para su implementación.
Resulta inconcebible para cualquier inteligencia, que responsables políticos que se promocionen para procurar el bien común desde instancias oficiales, que entre las muchas opciones a las que se puede acudir para paliar situaciones de extrema restricción económica, hayan recurrido a la educación para recortar prestaciones, cuando, los países que aspiren al bien supremo para sus administrados radica en la educación y la culminación de las potencias superiores que asisten a los humanos radicadas en el pensamiento para alcanzar las cotas de: solidaridad, bienestar material, armonía, libertad, igualdad,...que permiten los medios de que se dispone actualmente, para aspirar a las demandas de felicidad posible auspiciadas para futuras generaciones.