28 julio 2011

Incongruencias políticas

Últimamente, se han dado casos en los que han aparecido contradicciones abismales entre los principios ideológicos declarados y los comportamientos de políticos desarrollados a través de instituciones que proclaman defender unos principios que en la práctica se contradicen. Son ejemplos clamorosos de lo que antecede con la continuidad y defensa por parte de los gobiernos de Zapatero del desarrollo y defensa a ultranza de la burbuja llamada del ladrillo en España, que ha llevado a la situación actual en que nuestro país está sometido a los altos intereses impuestos por los mercados que nos mantienen al borde del infarto económico, sometidos a las continuas alarmas provocadas por las instituciones de evaluación de riesgos de las inversiones foráneas cuyos intereses se incrementan, en función del riesgo de impago que manifiestan los países deudores.
Los gobiernos de Zapatero, que se han caracterizado por haber aprobado las leyes de mayor contenido social de la democracia, por su alto contenido en afianzar libertades de las que nuestro país seguía huérfano por el retraso secular padecido durante los dos siglos de oscurantismo, respecto de los países de nuestro entorno; permitiéndose incluso tomar en algunos casos iniciativas pioneras en el mundo en favor de grupos marginados. No obstante lo cual, se permitió: aplaudir, alabar, ponderar, estimular,…comportamientos como el crecimiento del PIB que experimentó nuestro país, como consecuencia de la especulación urbanístico- inmobiliaria, que generaba gran actividad económica y creación de puestos de trabajo, al construir tantas viviendas al año en España, como se edificaban en los tres mayores países de la Comunidad Europea: (Francia, Alemania y el Reino Unido) juntas. Este hecho, le permitió declarar al presidente Zapatero en persona, que estábamos a punto de superar el PIB de Italia y con expectativas de adelantar a Francia, diciendo que el parque inmobiliario: las viviendas, constituian un valioso activo de nuestro país.
Vistos los resultados del monstruoso desaguisado que ha resultado de la falta de estrategias de futuro de las que tanto adolece nuestro país, ahora el PSOE debe lamentarse de la pérdida de votos y de credibilidad en que ha caído, como consecuencia de haber pedido créditos al exterior para engordar los activos de los especuladores, que han sido los únicos beneficiarios de la crisis, al haber obtenido plusvalías de más de 1000% con la urbanización de terrenos comprados a precio de terreno agrícola y vendido a precio urbanizado y con la edificación de viviendas que subió a una media del 15% anual durante 10 años, lo que dio motivo a un crecimiento poblacional del país con la inmigración que aumentó del orden del 10% para atender la demanda de mano de obra para la edificación.
La concesión de hipotecas sin las debidas garantías para ser amortizadas, las leyes fiscales favorecedoras de la compra de pisos con desgravaciones en la declaración de la renta, el incremento de la mano de obra joven aportada por la inmigración para atender el monocultivo de la construcción sin visos de tener continuidad a futuro, son entre otros factores las causantes del desorbitado desempleo que padecemos, de la enorme deuda exterior contraída por los bancos a la que ha tenido que hacer frente el Estado asumiéndola como deuda soberana, bajando los sueldos de los funcionarios, congelando las pensiones, aumentando la edad de jubilación, adelgazando el Estado del Bienestar, privatizando lo poco que queda del patrimonio de todos los españoles después del expolio cometido por el liberalismo económico, hechos todos ellos, contrarios a la ideología de la Social-democracia que tiene como tarea primordial la defensa de los oprimidos frente al monopolio del poder ejercido por los poderosos en todo el devenir histórico, con el agravante impuesto por los mercados en la actual coyuntura, de usurpar el poder que se decía legitimado por los votos en democracia, por la humillación a que se vio forzado el presidente Zapatero, de tener que dictar leyes y actuaciones contrarias a su ideología impuestas por los mercados que lógicamente le han exonerado del favor de sus votantes, por las disposiciones gubernamentales adoptadas contrarias a los intereses de los trabajadores, además de la amenaza que suponen para nuestra economía, la existencia de pisos que no tienen posible comprador, por la saturación producida por la codicia de los especuladores que solo persiguen el beneficio personal sin repara en las consecuencias y del boom de deshaucios que tratan de impedir los indignados del 15M.
La exposición de los hechos incontrovertibles que acabamos de exponer por supuesto serán tachados de populismo y demagogia, como lo acostumbran calificar las derechas, para denostar las actitudes de bondad que ridiculizan tachándolas de angélicas, a pesar de su afinidad por las creencias, reafirmándose en sus expresiones, sus hechos y convicciones, en que el hombre es un lobo para el hombre y toda muestra de bonhomía, la traducen en debilidad que no se compadece con su ideología agresiva como lo ha demostrado el monstruo noruego integrista cristiano, de ultra derecha, enemigo de las juventudes de la social-democrácia que gobierna su país.
Los extremos de polarización social puestos en práctica en nuestro país por el PP, que parece ser émulo de lo que ocurre en EE. UU. con el partido republicano, que está sometiendo a su país al borde de la quiebra, con sus proclamas del Tea Party, que defienden la bajada de impuestos a los más ricos, para grabar con ellos incluso a las clases medias, que por lógica les deben dar su voto, frente al de los trabajadores que son los que sostienen la economía real, frente a los poderes de Wall Street, que han erigido a las finanzas como el poder por antonomasia de nuestro tiempo a pesar que dicen estar hipotecados en gran medida por los fondos federales adquiridos por un país auto-titulado comunista. La evidencia incontestable, es que tras la caída del muro de Berlín en que se dijo con la proclamación del fin de la historia, que el liberalismo económico juntamente con la democracia occidental, iban a regir al mundo con fórmulas maestras portadoras de: prosperidad, bienestar, progreso y sobre todo competitividad, frente a cualquier otro sistema económico posible cuando en la práctica los países emergentes han conseguido los avances más espectaculares con fórmulas en muchos casos diferentes.
La verdadera demagogia que está tomando cuerpo en la actual sociedad española es la ejercitada por el PP, mediante una crítica feróz del PSOE, sujeto como es de rigor a los fallos cometidos por los que gobiernan especialmente en tiempos de crisis profunda como la que estamos viviendo en que: tertulianos radiofónicos, televisivos, de redes internautas, en general de sus medios de publicidad afines, se pueden hacer ramilletes de las más obcenas expresiones que se puedan concebir emitidas en exclusividad por los medios de derechas que históricamente siempre se vendieron como agentes del orden y las buenas maneras en las últimas legislaturas del PSOE han mostrado una agresividad quen incide en la psicología colectiva de nuestro pueblo que tras el horroroso nejemplo de las dos Españas enfrentadas en la guerra civil, debería guardarm las formas para evitar la polarización cainita que están difundiendo y fomentando las derechas.