Empresas nacionales cooperativizadas

Con la vorágine de problemas con los que nos abruman los media de nuestro país, uno de los más agobiados por la recesión económica, sirviéndonos todos los días noticias alarmantes para los excluidos de los mínimos de una subsistencia digna a que les somete el capitalismo voraz, mediante un desempleo desproporcionado para un país que había alcanzado tras la dictadura, cotas de bienestar homologables con los 15 países más avanzados de la Unión Europea, ahora, en los últimos 5 meses de gobierno del PP, estamos sufriendo la más ominosa trágala de los recortes del Estado del Bienestar, que nos impone dicho partido teledirigido por Alemania, para atenerse a la austeridad impuesta por el control financiero, que no permite estimular la economía con la necesaria inyección monetaria: liquidez) que permita el desarrollo económico y la creación de empleo.

En el mundo globalizado del que formamos parte, se nos muestran las distintas estrategias que se están aplicando en diferentes zonas del mundo, para aumentar el crecimiento del bienestar material y sobre todo en el acomodo satisfactorio de los beneficiarios del progreso que son los humanos, capaces de alcanzar el más alto grado de solidaridad en la convivencia diaria de sus comunidades, por las facilidades para los desplazamientos dadas por el turismo, fomentado en los distintos países para mostrar sus puntos fuertes y obtener beneficios.

Concluidas las dos guerras mundiales se produjo el boom del crecimiento tecno-científico, con la rivalidad y competencia entre dos sistemas político-económicos antagónicos que motivaron la llamada guerra fría, de la que salió ganador el bloque occidental, por la superioridad de los resultados obtenidos en orden al mejoramiento material de los estándares de vida de sus habitantes lo que quedaba patente en el espejo que mostraban los resultados obtenidos en las respectivas televisiones.

En el tiempo transcurrido desde aquel acontecimiento, en Europa se estableció el llamado Estado del Bienestar, que concedía a sus beneficiarios: (los trabajadores,) unos derechos consolidados que les otorgaban seguridad en la cobertura de necesidades primarias como : sanidad, educación, pensiones, asistencia social, subsidio de paro, acceso a la vivienda,…que proporcionaban los índices mínimos de dignidad para la personas que contribuyen al bienestar general mediante el trabajo en todas sus manifestaciones, que constituye el factor por antonomasia que objetivamente reporta todos los beneficios a las sociedades humanas. Damos al trabajo, la connotación moderna que comprende toda la gama de actividades desarrolladas por los humanos en la actualidad, que difiere sustancialmente de lo que fué el trabajo considerado como un castigo de Dios en tiempos pretéritos, por su connotación esclavista, dedicando el músculo a tal cometido, en ausencia de la función neuronal desarrollada por el conocimiento, distintivo de la modernidad.

El movimiento neocon establecido a mediado del siglo XX, por Thatcher y Reagan, para dar al traste con la relevancia que alcanzaron los sindicatos obreros en la gestión de las relaciones laborales de los países occidentales, ha conducido a los desenfrenos actuales causados por las finanzas virtuales, a las que facultan para recortar paulatinamente los beneficios del Estado del Bienestar, permitir diferenciales de percepciones salariales de 300 a 1 o más, que los países más pobres o más endeudados, tengan que pagar por sus préstamos al exterior el 6% de interés mientras que a los más ricos solo se les cobre el 1%, y toda una serie de ventajas para que los más ricos aumenten desorbitadamente su deferencial con los más pobres, por la vía de la especulación que no aporta el menor beneficio a la economía real que basa su sustento en el trabajo, subvirtiendo el principio democrático de una persona un voto, por el poder del dinero que ha conducido a la recesión en la que estamos.

Lo antes descrito ofende a la inteligencia y al sentido común, conceptos tenidos en gran estima en la actualidad en que se experimenta una gran difusión de los acontecimientos que tienen lugar en cualquier lugar del planeta, que están calando en las conciencias de los indignados del 15 M, que terminarán por poner a la luz del día los atropellos que cometen impunemente los poderosos contra las evidencias advertidas por las mayorías cada vez más ilustradas. Estos días en España se está debatiendo si Bankia será o no nacionalizada, cuando en el mundo emergente se están produciendo nacionalizaciones en cadena que afectan a aspectos cruciales de la dirección de dichos países al punto que confían a sus gobiernos la gestión de cuanto afecta directamente a la vida de sus administrados, como: sanidad, educación, pensiones, banca, justicia, salario mínimo, ecología, empleo, energía, primeras materias, alimentación, agua, infraestructuras, vivienda,… y un largo etc, dejando solo en manos de los empresarios en franquicia las actividades subsidiarias, que no afecten directamente a la vida de las personas puesto que la función asignada a los empresarios desde Adam Smith, es conseguir el beneficio propio, incentivado por la codicia del todos queremos más, antídoto de la solidaridad.

Otro aspecto crucial que debe presidir el desarrollo del futuro trabajo dignificante para sus ejecutantes, debe ir precedido de una amplia formación de base en las instituciones educativas que despierte vocación entre la infinita gama de actividades a desarrollar a futuro, tomando conciencia de que el servicio a la sociedad de cada uno de sus componentes, es junto con el ejercicio de la libertad, las dos prerrogativas capitales de la persona civilizada. La prestación de los servicios laborales en régimen cooperativo, creemos que sería el más operativo para delegar al que desempeña cada puesto de trabajo, la facultad de proponer las mejoras que se han venido confiando al I+D exterior, cofiriéndola a cada puesto de trabajo, que sean los que propiamente desempeñan cada cometido los más indicados, asistidos por una formación y vocación idóneas, que permiten hacer sugerencias y/o propuestas suficientemente razonadas para su eventual toma en consideración para ser aplicados por la propia empresa. Asimismo la elección de las distintas jerarquías de mando en las organizaciones laborales, deberían ser consensuadas entre sus miembros de forma asamblearia.

Si las experiencias alcanzadas con la puesta en aplicación de las modalidades antes expuestas han dado como resultado crecimientos del PIB de dos dígitos anuales durante tres décadas, sin mediar las crisis endémicas que afectan al capitalismo, no parecería descabellado recurrir a la racionalidad que aconseja el sentido común para salir de la recesión en la que estamos, que solo produce: pesimismo, desesperación, pérdida de valores positivos,… en los afectados por el desempleo, que afecta a uno de cada cuatro trabajadores españoles y a uno de cada dos jóvenes, candidatos al primer empleo, tales hechos constatados, no pueden avalar a un sistema tan irracional, que incita a la ostentación de unos pocos para producir: pesimismo, vergüenza, envilecimiento, afrenta, en las mayorías de personas concienciadas.

Los inconmensurables beneficios aportados por la modernidad en las últimas etapas civilizatorias, en las que el impulso acelerado que se está imprimiendo a las mejoras generadas por el conocimiento humano difundido a todos los rincones del planeta por las TICs (tecnologías de la información y la comunicación) tenidas como el mayor aporte hecho por la humanidad a la difusión del conocimiento a lo largo de la historia, hecho, que diferencia a las personas del resto de las maravillas que nos ha legado la naturaleza. A través del conocimiento a los humanos les ha sido confiada la administración de cuando existe sobre la faz de la tierra, función que hasta aquí, ha sido desempeñada de forma harto deficiente por cuantos nos han precedido, atribuible a la lucha con la que nuestros ancestros se han tenido que enfrentar por la falta de: recursos, deficiencias y/o carencias, que el progreso ha venido satisfaciendo en los últimos tiempos, con ejemplos tales, como que en el transcurso de un solo siglo se ha pasado de poder alimentar a tres veces más de bocas que en los 50 siglos de historia conocida que nos han precedido, lo que no justifica que la población mundial debe seguir creciendo de forma exponencial como últimamente, sino que una buena administración de los recursos, aconseja procurar la mejor provisión de bienes, para dar satisfacción a los: deseos, necesidades, anhelos, aspiraciones,… modulados por la racionalidad, la equidad, la solidaridad, la justicia, la empatía,. y cuantas convenciones aconsejen el bien común de las personas en sus relaciones.