Polarizaciones
No se conocen precedentes históricos en los que haya existido la más mínima tensión de igualdad entre los habitantes de los pueblos del planeta, a pesar de que se han emitido grandes proclamas en su defensa, como han sido la de formar parte de la tríada de los supremos derechos humanos formulados por la Ilustración y el haber sido la bandera de los últimos partidos comunistas, sin que ni remotamente haya habido la más mínima aproximación a la desiderata de la igualdad, en ninguno de ellos.
Los principios democráticos que en sus planteamientos teóricos, parecían los más acordes para alcanzar el loable objetivo de la igualdad, con los atenuantes de rigor, como son entre otros muchos, que la personalidad humana en su esencia más profunda repugna de la imitación y enaltece la originalidad como el atributo supremo de la creación considerada el aporte más valorado de nuestro tiempo, en que existen los grandes incentivos que proporciona la ingente difusión del pensamiento en todas las áreas del saber y el hacer.
Los hechos demuestran que la secular implantación de la democracia, fuertemente asentada en los países occidentales, en los que abundan los ejemplos de modernidad, son, en los que tienen lugar las mayores diferencias que configuran los respectivos estatus de las personas que los componen. Las diferencias, se manifiestan en los tiempos actuales, en la composición de los partidos políticos de los países más representativos del mundo occidental, constituidos por dos partidos mayoritarios, que se turnan en las funciones de gobierno, cuyas posiciones ideológico-administrativas suelen ser tan antagónicas, que su polarización radical en enfoques y planteamientos de los respectivos programas no caben fórmulas de aproximación, como está ocurriendo en nuestro país en el que el PP se presentó a las últimas elecciones con un programa que le permitió alcanzar la mayoría absoluta, pero que incumplió en todos sus términos y que ahora, con tres año por delante de legislatura emite reales decretos leyes todas las semanas que son aprobados en el Parlamento con sus únicos votos que han puesto a todas las instancias del país en su contra: trabajadores, pensionistas, estudiantes,rectores de universidades, médicos y sanitarios, jueces, fiscales, abogados, comunidades autonómicas, medios de transporte público, familias puestas en la calle por desahucios para quedar los pisos vacíos propiedad de los bancos que no pueden vender los por falta de demanda,..en definitiva un rosario de despropósitos que han despertado un clamor de protesta en la calle que contagia a toda la población de la inutilidad de la política cuyos representantes son minusvalorados a extremos denigrantes, todo lo cual pone en peligro por desafección a todas las instituciones incluida la propia democracia.
El ideal de gobierno podría consistir en tener una sociedad cohesionada mediante la gobernación de los elegidos por los propios colegas en cada una de las actividades que desarrollan, lo que les permitiría ascender por medios genuinamente democráticos a puestos de mayor responsabilidad, en escala ascendente, en función de la aceptación otorgada por quienes pueden dar testimonio directo de las aptitudes y los méritos contraídos en el desempeño de sus funciones profesionales, que en una sociedad cohesionada abarcan la infinita gama de cometidos que engloban las sociedades modernas. Dicha selección natural permitiría formar los Think Tanks con especialistas de todas las áreas de actividad para asesorar a los gobiernos de las inquietudes y necesidades de los administrados, diseñando las estrategias de futuro en función de dichos requerimientos velando por los intereses mayoritarios que podrán ser detectados por medio de encuestas suficientemente contrastadas, aplicadas a sociedades suficientemente instruidas y concienciadas de sus reales intereses.
Existen en la actualidad déficits estructurales, que no podrán ser consentidos por sociedades maduras como son la corrupción en sus múltiples acepciones, que abarcan desde el robo de guante blanco, practicado por las finanzas virtuales preferentemente mediante la especulación económica, que ha conseguido por medios maquiavélicos avalados por leyes, que el dinero virtual, cuyo monto supera en muchas veces el valor real de todo lo valorable físicamente, existente sobre el planeta Tierra. Esto por sí mismo, es algo tan aberrante para el sentido común que se ha llegado a afirmar con hechos constatables, que el 1% de la población gobierna al 99% restante, mediante las atribuciones que otorgan los ahorradores de todo el mundo a entidades financieras, al depositar en las mismas sus caudales, que permiten a los grandes lobbys disponer de dichos recursos virtuales , gestionados por Wall Street y la City mayoritariamente , decidir los destinos de una amplia población mundial diseñando las estrategias de los países sometidos a su férula de forma a favorecer sus intereses, que conducen a la tal polarización de posiciones que repugna a la inteligencia que es la antorcha que alumbra los nuevos tiempos.
Los pueblos, nutridos con el supremo alimento de la educación integral, que les permitirán los modernos medios de difusión a la carta, no consentirán la aplicación de las iniquidades que los poseedores del dinero, mediante leyes ad hoc contrarias al interés general pero favorables para sus minorías, que a espalda de los pueblos, que son los actores de los acontecimientos, no consentirán desafueros como son la corrupción y las desigualdades extremas como las que se producen en la actual coyuntura, que publica la revista Forbes: impúdicas fortunas del ránking mundial, como si se tratara de un ejemplo aleccionador cuando es origen de la desagregación social que produce la extrema polarización de intereses, que reduce a las personas a identidades supeditadas al factor superior que es el dinero.
La desigualdad es un serio problema generado por el rápido crecimiento económico, debido al dinamismo que imprime a las decisiones tomadas, en las que anticiparse al competidor proporciona las mayores ventajas, el llegar tarde a los resultados es como la electricidad donde dinamismo e igualdad son polos opuestos. Ahora bien la igualdad modulada por leyes justas que aseguren la ulterior redistribución es imperativo de los gobiernos que persiguen la cohesión de sus pueblos, a base de identificarse con sus deseos e inquietudes de sus administrados, para dar a cada uno en función de los méritos contraídos, sin que las desigualdades sean piedra de escándalo, para la dignidad de las personas.
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