05 noviembre 2012

Socialismo real

La evidencia más palmaria en el comportamiento de las comunidades humanas a lo largo de la historia, ha sido el dominio de los poderosos sobre los explotados. Únicamente durante breves lapsus de tiempo, producto de revoluciones populares, en que llevados los pueblos a extremos insoportables de opresión, las masas escarnecidas hasta límites de sacrificar sus propias vidas, en aras de alcanzar mínimos de dignidad humana, se levantaron con furor de cólera enardecida contra el opresor inmisericorde, mediante sublevaciones revolucionarios desesperadas. Dichas manifestaciones tuvieron corto recorrido, por la ingente fuerza e influencia acumuladas por los poderosos en tantos años de dominio absoluto, valiéndose de medios arteros para conservar sus seculares privilegios.

Las más acusadas señas de identidad de los opresores de las mayoritarias humanas, para arrogarse los privilegios solo para unos pocos, han variado sustancialmente en función de las coyunturas que se han presentado en las distintas etapas históricas: antiguamente, en que los recursos materiales eran escasos, por no decir insuficientes para atender necesidades cruciales de supervivencia, frente a las hambrunas que diezmaban las poblaciones, fue cuando los más ricos tuvieron acceso a los alimentos con preferencia a los pobres. Los incontables los recursos de los que echaron mano los poderosos para mantener su preponderancia, sobre las masas de indigentes que forman la humanidad, como son: fortuna, herencia, padrinazgo, influencia, formación privilegiada, ejércitos, creencias religiosas para ofuscar a las masas mantenidas en la ignorancia, leyes que les favorecen, corrupción generalizada de los ricos para defraudar a la hacienda pública, publicidad comprada para exaltar sus consignas, las finanzas..., y un sinfín de privilegios mantenidos durante siglos, de los que se han provisto los poderosos de ingentes resortes afianzados en el tiempo, muy difíciles de remover, por lo que tratan de afianzar las estructuras existentes asentadas en la inercia de costumbres consuetudinarias , lo que hace imposible consumar en el breve tiempo,las demandas de las juventudes impacientes que forman las nuevas generaciones.

Para conseguir sociedades acomodadas a los tiempos que corren, esencialmente informadas por el conocimiento, no podrán seguir siendo administradas por los poderosos de siempre, mediante fórmulas de inequidad extrema hasta límites que ha llegado a ser: vox pópuli, de que el 1% de la población más rica del mundo, gobierne de facto al 99% restante. ¿En qué lugar queda la consigna democrática de una persona un voto, frente a dicha constatación que hace de la democracia un escarnio.? Las nuevas generaciones de personas ilustradas no podrán consentir por mucho tiempo las aberraciones que comporta el neocapitalismo imperante en el mundo occidental del que se anuncia su desaparición, para ser sustituido por nuevas fórmulas ensayadas en países que están alcanzando notables resultados en el orden económico, pero sobretodo en el orden social, con ausencia de las algaradas callejeras y toda clase de revueltas, que están a la orden del día en nuestro país, al no quedar otro recurso para exteriorizar las protesta frente a un gobierno que sirviéndose de la mayoría absoluta dicta continuamente decretos leyes, que agreden de forma despiadada a los indigentes y que crecen de forma alarmante, al tiempo que protegen a los bancos y a sus impositores, como a la niña de sus ojos, a costa del sacrificio de todos los demás lo que provoca una desafección a banqueros, políticos y jueces, que va in crescendo, llevando a límites de desmoralización y pesimismo ciudadanos, que no tiene precedentes desde la transición a la democracia, después de la dictadura.

Los requisitos básicos para acceder a la democracia real, son: que los astronómicos capitales que atesoran los más ricos del mundo pasen a ser propiedad de los ciudadanos, mediante la nacionalización de todas las empresas que prestan servicios a los ciudadanos: bancos, alimentos , agua , aire limpio, vivienda, energía, vivienda, educación y formación continua, sanidad, seguridad, justicia, infraestructuras viarios de todo tipo,…y una larga relación difícil de precisar en el contexto actual, mientras que conviene otorgar franquicias, con supervisión y seguimiento gubernamental, de los múltiples complementos requeridos para el desarrollo de la vida moderna que tendrán que confiarse a los emprendedores para atender a las necesidades que paulatinamente van surgiendo en la urgente dinámica de la vida moderna.

Entendemos que la mayor transformación que experimentarán las sociedades humanas, una vez satisfechas las necesidades materiales que pueden ser ampliamente atendidas por las tecnologías existentes, será la atención a los requerimientos anímicos humanos, a cuanto se relacione con el bienestar de los intereses intelectuales que conforman la superestructura: social, ideológica, cultural,..de las personas, que son las que forman parte de sus esencias superiores, capaces de proporcionar beneficios a los que no pueden acceder los restantes seres vivos existentes en la naturaleza, al poner al servicio del único ser superior, los sublimes efluvios capaces de generar sentimientos de: amor, solidaridad, justicia, servicio, paz interior, agradecimiento de lo recibido,… en suma felicidad compartida con quienes nos relacionamos.

Las dos formas de gobierno preponderantes en los últimos tiempos, en que han tenido lugar los cambios más trascendentales en la vida de las personas que hemos tenido el privilegio de haberlos experimentado directamente, han sido: el capitalismo y el socialismo. A la vista de los resultados negativos que tiene para las mayorías el capitalismo actual sería llegado el momento de introducir un cambio crucial en las organizaciones de las comunidades humanas consistente en cambiar el capitalismo, que ha regido en sus distintas modalidades de aplicación los rumbos del mundo en el devenir de la historia, por un socialismo real, que hasta ahora no ha tenido la chance de ser aplicado en ningún país en su pleno significado democrático, tal y como debe ser concebido mediante fórmulas genuinamente democráticas, en consonancia con los enunciados básicos del socialismo que consisten en: transferir a los gobiernos los instrumentos que inciden directamente al servicio de las personas, (como antítesis de las privatizaciones,) obtener de cada persona su potencial para poner al servicio de los demás y darle en compensación lo requerido para satisfacer sus necesidades.

Para alcanzar las anteriores desideratas, la fórmula más idónea consistirá en aplicar la democracia en su más excelsa virtualidad, que los mandatarios en los distintos escalafones jerárquicos, sean elegidos de acuerdo con protocolos establecidos para efectuar las distintas elecciones, al tiempo que se podrían servir de los medios rigurosamente fiables de los que se dispone actualmente para que todo tipo de comicios se pudiera realizar, en el momento oportuno y con la celeridad necesaria para convertirlos en algo habitual, por lo necesario que se está demostrando ahora con los impedimentos actuales que hacen de la política algo irracional, que es rechazado en nuestro país por mayorías aplastantes. Una vez conseguido el preceptivo rodaje de modalidades similares a la propuesta se podrían alcanzar cotas de acomodo generalizado de aceptación de los que han sido elegidos de forma aceptada por mayorías, establecidas en los protocolos que las distintas comunidades humanas se dan a sí mismas los gobiernos para ser administradas, que no admitirían el rechazo que se da actualmente a los distintos mandos a los que estamos sometidos, que obedecen a fórmulas sobrepasadas con reminiscencias ancestrales, rechazadas por el conocimiento actual.