19 enero 2013

La sublimación del trabajo

En otros tiempos, se asignó al trabajo la denominación más negativa que cabía; ser: “un castigo de Dios,” al aplicarse en multitud de ocasiones en forma de esclavitud, así como también, en condiciones de supervivencia para combatir: hambrunas y desastres naturales en el mundo rural, donde reside la mayor parte de las población de los países pobres , en los que, la economía de subsistencia somete a sus damnificados, a sufrir, sin ayudas ni paliativos a los que recurrir, por carecer de la instrucción y capacitación necesarias para organizar la ayuda mutua, que proporcionaría la solidaridad entre los componentes de las comunidades humanas evolucionadas.

Actualmente, en los países en los que se están sentando las bases para que la educación y la formación continuada e igualitaria en el trabajo que cada uno de sus naturales elija, como una de las más importantes funciones a desarrollar en su vida, puesto que en el ejercicio laboral se dedica el mayor tiempo y proyectos elaborados en las neuronas donde surgen las ideas, donde apuntó Marx, reside la diferencia respecto de los restantes seres vivos existentes en el planeta que desarrollan distintas funciones, como por ejemplo: las mallas tejidas por las arañas y los paneles elaborados por las abejas en sus colmenas, en que los irracionales repiten al infinito sus inalterables pautas de actuación, mientras que los humanos en el desarrollo de todas sus actividades productivas y de servicios que denominamos actuaciones laborales, en las que se incluyen cualquier servicio prestado a la comunidad, la intervención de su órgano capital: (el cerebro) que toma conciencia de lo que se está realizando con la interiorización subliminal de lo importante que son en la vida de las personas, los servicios prestados a la comunidad.

Los dos mejores instrumentos de que se sirven los humanos para desarrollar sus facultades latentes y/o potenciales, son: la formación y la puesta en aplicación a través del trabajo, de su contribución al bien social de la comunidad a la que pertenece, entendido como tal a todas las actuaciones que la vida moderna ha encomendado a los humanos. Los aglutinantes que aúnan las aportaciones individuales a las comunidades humanas, son: libertad, solidaridad, igualdad, fraternidad, responsabilidad de las actuaciones personales, adquirida a través de la educación, tenida como el alimento espiritual por antonomasia, al que habrá que destinar a los mejores, provistos de los medios que se requieran, para desarrollar su crucial función social: el trabajo. Seguirán a la formación como prioridades, la obligación de los gobiernos de garantizar el pleno empleo con la utilización de dos parámetros aritméticos como son: el establecimiento de las estrategias para desarrollar a futuro y los proyectos prioritarios mediante la planificación, como el realizado por las empresas que se aseguran su continuidad y los tiempos de ocupación que se tendrán que asignar a los trabajadores en función de los dos parámetros anteriores: actividades a desarrollar y disponibilidad de la mano de obra existente para la fijación de los horarios para llevarlos a cabo, destinando el resto del tiempo disponible, a elección de cada persona afectada por dicha circunstancia. La plena ocupación es el requisito sine qua non para asegurar la paz social y el equilibrio estable de los pueblos. La siguiente prioridad, tendrá como finalidad que todos los parámetros que tengan incidencia directa en la vida de las personas, estarán bajo la jurisdicción estatal: es decir democratizados. La democracia como gobierno del pueblo, según su definición, solo puede ser sustanciada por el control de los resortes susceptibles de ser administrados por los designados por el pueblo para tal fin, con la obligación de dar cuenta cabal de sus actuaciones de gobierno, a través de los medios actuales de cómputo y control que permiten mostrar los hechos con absoluta transparencia, contrariamente a lo que ocurre actualmente con la corrupción instalada en la política y a gran parte de sus miembros que se están mostrando como agentes de corrupción, incitados por las ocasiones a las que les incita la codicia, como carcoma social.

La constitución de los gobiernos debería establecerse a partir de elecciones en las múltiples modalidades de trabajo existentes en la actualidad, para la designación de los responsables de los distintos escalones jerárquicos de cada organización laboral, mediante elecciones objetivamente democráticas, regidas por protocolos ad oq para cada caso. Los designados participarían en asambleas de cada especialidad, para que los interesados o vocacionalmente llamados a ejercitar funciones de mayor responsabilidad se promocionaran para las sucesivas instancias superiores, de las que saldrían los Thinks Tanks designados para asesorar al poder ejecutivo, en cada una de las materias que requieren especialistas para pilotar eficientemente la modernidad. Por fin de estás élites, surgirían a través de los méritos atesorados a través de las sucesivas elecciones democráticas, los que se postulen por méritos propios para ejercer el mando, surgidos del desempeño ejemplar del trabajo en lugar de las castas y/o clases sociales.

Partiendo de la equidad que pueden proporcionar a las sociedades modernas, poner el mayor énfasis en la educación general de las personas, al tiempo que se dispone del inconmensurable arsenal de instrumentos que ha puesto la tecno-ciencia a disposición de los humanos para: racionalizar, dignificar y sublimar el trabajo al punto de proporcionar lo necesario para poder disfrutar de una vida confortable que de satisfacción a cuantos anhelos y justos deseos a los que se puede aspirar, desterrando los vicios arraigados en la configuración mental de nuestros ancestros de los que hemos heredado las condiciones adversas que determinan el ingente arsenal de vicios que han conformando mentalidades aberrantes propias de otros contextos históricos lastrados por la ignorancia y escasez de medios. Es evidente que en el último siglo transcurrido, han tenido efecto cambios copernicanos en el devenir histórico del mundo en general y en el de nuestro país en particular, en que el lastre caciquil sigue aún arraigado en los más viejas generaciones, que de otro modo las derechas no podrían obtener los votos que les han otorgado mayoría absoluta, al tiempo, que carta blanca para gobernar por decreto ley por espacio de cuatro años, lo que descalifica a la vigente democracia estática, en que con los cambios galopantes que tienen lugar en los tiempos que corren las nuevas generaciones no podrán seguir digiriendo las ruedas de molino que supone que lo de una persona un voto haya sido transmutado en un dólar un voto, y que el 1% de la población ejerza el mando sobre el 99% restante según demuestra el premio Novel de economía Joseph Stiglitz en su libro titulado 'El precio de la desigualdad.

No cabe una mayor descalificación del concepto democrático, que el mensaje proclamado tan insistentemente en las calles de nuestro país, con motivo de la crisis que nos atenaza, que la convicción expresada en todas las: protestas, manifestaciones, huelgas, algaradas, reivindicaciones, que tienen lugar, se explicita, por medio de consignas, pancartas, slógans,.. que los causantes de la crisis que son los bancos y los más ricos, que han salido de rositas de la crisis con sus rentas y especulaciones con las que consiguen que las finanzas virtuales, hayan conseguido superponerse al trabajo.