Dos enfoques contrapuestos
Acabamos de leer el libro “Hay alternativas” de: Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón, en el que ponen en evidencia que estamos gobernados de facto por el gran capital, con lo que no parecen estar de acuerdo, porque sobre el papel impreso de las solemnes constituciones llamadas democráticas de los países occidentales, se pone en evidencia el sarcasmo que supone lo de una persona un voto para el gobierno de los pueblos, cuando lo que se está aplicando consiste en que quien gobierna de facto nuestros pueblos, son el 1% de los mortales poseedores del gran capital: banqueros y propietarios de las grandes empresas: los más ricos.
Los autores de dicho libro, proponen: suponemos, con su mejor voluntad, multitud de soluciones que no tienen visos de ser aplicadas mientras subsista el poder omnímodo que tienen garantizado los que tienen a su favor todos los resortes que configuran las superestructuras: económicas, financieras, mediáticas, políticas, sociales, judiciales,.. afianzadas en el discurrir de los dos últimos siglos de gobierno llamado democrático, como continuación del poder ejercitado por los poderosos en el transcurso de la historia de la humanidad, desde la democracia helénica, en la que solo se reunían en el ágora, para discutir los asuntos de gobierno los hombres libres, que eran minorías ínfimas con relación a los múltiples esclavos que han venido sirviendo a los poderosos hasta nuestros días.
Los autores del libro “hay alternativas” además de denunciar a las arbitrariedades y despropósitos a que nos tiene sometidos el omnipotente gran capital, y perderse en elucubraciones fantasiosas sin visos para salir de la situación en la que estamos inmersos, podían haber esbozado soluciones factibles que se están poniendo en práctica en otras latitudes, que están dando frutos esplendorosos en orden a la creación de riqueza para satisfacer los mínimos requerido para la dignidad humana, con crecimientos económicos récords en toda la historia de la humanidad, acompañados de la consigna más excelsa concebida por el ser humano, consistente en atisbar en el horizonte del perfeccionamiento colectivo de las sociedades humanas, para conceder a cada uno “lo que requiera en función de sus necesidades.” Si resultados empíricos constatados hasta aquí, permiten asegurar al ilustre economista Subramanian en su reciente libro titulado ECLIPSE que hoy en el año 2013, el país que ostenta el dominio económico mundial, por su nivel de fabricación y distribución de artículos de consumo, es China, los autores del libro citado más arriba: “Hay alternativas” debían por lo menos citar una alternativa, en la que tiene puesta la mirada el mundo por los resultados obtenidos en la economía real, en contraste con la crisis en que ha sumido a los trabajadores este capitalismo rapaz, que lleva la corrupción generalizada a los más altos estamentos de los partidos políticos que nos gobiernan.
Siendo consecuentes con los dos enfoques contrapuestos, que hoy gobiernan el mundo, uno orientado a que los poseedores del monopolio del dinero, como el dios que condiciona los comportamientos colectivos, al punto de descargar las consecuencias negativas de la crisis sobre los trabajadores, mientras que los mayores beneficiarios de la misma son los que la han producido, aumentando sus caudales desorbitadamente, para despilfarrarlos en lujos insultantes para el que sufre además del hambre la pérdida de toda dignidad humana, al ser excluido de protecciones de las que venía disfrutando, como son un puesto de trabajo y una vivienda para guarecerse, lo que se traduce en las protestas en las calles, como recurso del pataleo, sin resultado del que se mofan los situados, hechos que se traducen en la frustración, la esquizofrenia, el suicidio moral de los afectados por la pérdida de lo que se creía consolidado.
En contraste otros, que siguiendo la consigna confuciana de que el cabeza de cada familia es el responsable de asegurar el bienestar de sus administrados, ahora después de haber transferido dicho rol al gobierno del país, tras milenios de contar con instituciones que les permitieron alumbrar grandes inventos en la antigüedad, y haber sufrido humillaciones como invasiones de su territorio, hoy disfrutan de prosperidad económica, acompañado de la armonía que caracteriza a la paz con su entorno con el que están comprometidos, y las estrategias de futuro orientadas a extirpar la corrupción y las diferencias económicas, que conduzcan al socialismo, como paso previo a la utopía marxista de que cada uno pueda cubrir sus necesidades racionales.
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