Elucubraciones sobre la ciudad del futuro

Por lógica, las ciudades del futuro tendrán que acomodarse a la demanda de los pobladores que las van a ocupar, que a su vez, participarán de los acelerados cambios operados en los humanos, consecuencia de los nuevos paradigmas impuestos por la generación del nuevo instrumental que condiciona de forma crucial los comportamientos de las personas, como son los frutos del conocimiento que el progreso a puesto al servicio de los humanos.

Como ejemplo de los cambios operados en Europa, que ha sido pionera en transformaciones de costumbres para el resto del mundo, en el año 1800 de nuestra era, vivían en las ciudades de dicho continente solo 30 millones de habitantes, de los 1000 millones que constituían la población mundial. En 2013 el 50% de los habitantes del planeta ya viven en ciudades y las previsiones son que lo hagan: 5000 de los 8000 millones que habrá en 2030 y serán el 80 % del total de los habitantes del orbe, los que residan en ciudades el año 2050.

De cumplirse los anteriores pronósticos, los cambios en la configuración futura de las ciudades, tendrán que sacar el mayor partido del instrumental científico-técnico del que se dispone para proporcionar a sus residentes el mayor: bienestar, confort, comodidad,…físicos, y el grado de sociabilidad y acomodo: anímico-psíquico con sus entornos relacionales, tan necesarios para el desarrollo de la vida futura en la que el trabajo, en sus actividades y aplicaciones conocidas, absorberá un tiempo mínimo en comparación con lo que será la función específicamente racional, entre las restantes ocupaciones humanas orientado al logro del mayor grado de felicidad susceptible de alcanzar en la vida de las personas, al que habrá que orientar los mayores anhelos y aspiraciones inherentes a su condición de seres pensantes.

Así vistas las ciudades, como acomodo placentero en el que resarcirnos de eventuales fatigas auto-asumidas, en el desarrollo de inquietudes vocacionales destinadas a mejorar aspectos de sociedades siempre susceptibles de ser perfeccionadas, entendemos que las ciudades tendrán que reunir los alicientes suficientes, al haber sido elegidas por tan abrumadoras mayorías de personas como lo demuestran las previsiones de crecimiento antes apuntadas, en detrimento de las sociedades: agrarias, nómadas, pesqueras,… que nos precedieron, en las que la vida era una dura lucha para la supervivencia, no muy diferente a la de los irracionales.

Las ciudades modernas deberán proporcionar a sus moradores viviendas que les protejan de los elementos atmosféricos adversos: frío, calor, lluvias, terremotos, huracanes, tsunamis, inundaciones,….En segundo lugar el confort moderno, que tiende a suplir a los hogares de: comunicaciones, información, energía, agua, saneamiento, eliminación de residuos, escuelas, hospitales, zonas verdes para todo tipo de esparcimientos: artísticos, deportivos, culturales,.. todos ellos rentabilizados por la utilización masiva que se hace de los mismos al ser disfrutados por multitudes, lo que no se conseguía en los pueblos, debido a los pocos practicantes.

Los aspectos a los que se da especial preferencia en las más modernas ciudades actuales, es en el transporte de personas, dividido en transporte metropolitano subterráneo, que por ejemplo en Singapur se pretende asegurar el desplazamiento rápido, situando las estaciones de metro a distancias que no requieran más de diez minutos andando desde las mismas a cualquier destino de la ciudad, mejorado a estos efectos el tiempo invertido en dichos desplazamiento disponiendo de líneas ultrarrápidas que comunican con las paradas de metro normales cada diez o más estaciones.

El transporte en automóvil en las grandes ciudades, se dispondrá en viaductos elevados suspendidos en altura sobre el nivel del suelo exentos de semáforos, eliminando cruces al mismo nivel, salvando largos trayectos urbanos que minimicen el tiempo invertido en los desplazamientos automovilísticos, con acceso a grandes aparcamientos de coches, que estarán automatizados, de forma que la entrega y la recogida de los mismos esté situada en un punto en el que el cliente no tendrá que esperar para su recogida, puesto que los vehículos para sus desplazamientos, se efectuarán por medios automatizados.

La mayor funcionalidad de los edificios de viviendas, consistirá, en que su administración será confiada a empresas que se ocuparán de mantener todas las instalaciones en perfecto estado de conservación sin que los ocupantes se vean afectados por las averías,… que se produzcan, debido a que los circuitos de los distintos suministros que reciben los pisos modernos, son accesibles únicamente por los técnicos de las empresas al cargo de los mismos, con lo que desaparecerán los frecuentes litigios que tienen lugar en las comunidades de vecinos de nuestro país.

La configuración de las viviendas modernas, parece que se orientan a ser ubicadas en grandes rascacielos según se está verificando en la ciudad en la que tuvieron el mayor desarrollo: Nueva York, donde los apartamientos situados en rascacielos, alcanzan precios astronómicos. El terreno en la isla de Manhattan es limitado, pero la extensión que alcanzarían las grandes ciudades con edificios de pocos pisos de altura, serían inasumibles, por lo que la tendencia se orienta hacia los rascacielos, que minimizan los costes que tendría la construcción de grandes urbes en edificios de poca altura, que para unos pocos millones de habitantes ya tienden a ser caóticas, en ciudades del tercer mundo, en las que se ha perdido todo atisbo de racionalidad existencial, debido a las aglomeraciones humanas que tienen lugar en las mismas.

La funcionalidad que requieren las ciudades orientadas al futuro, es sacar el mayor partido de los nuevos requerimientos que impone la modernidad, como son en líneas generales que el trabajo clásico desarrollado por las personas está siendo transferido en proporciones hasta aquí desconocidas a las máquinas y a los robots, mientras que las personas, se dedican a otras actividades, hoy mayoritarias como son: la educación, la sanidad, la administración de infinitas funciones sociales para ayuda a los necesitados, al turismo, que muestra los paisajes, bellezas naturales, artísticas,… mostradas a la curiosidad de las personas, que tienen hoy la posibilidad de acometer el caleidoscopio, que para las nuevas generaciones de la infinidad de actividades propias de la vida moderna, para abrir cauces al conocimiento de todo cuanto existe: difundido, transmitido, informado,… a través de los prodigiosos móviles modernos , que para los nuevas generaciones acostumbradas a su uso, les proporciona tal cantidad de datos útiles en todos los órdenes de la vida, que no es exagerado decir que tienen el mundo en el bolsillo para recurrir a cualquier tipo de expediente necesitado de ser resuelto con celeridad, lo que sin tal recurso hubiera supuesto tiempo y gestiones múltiples, ahora se liquida en un instante, sin tener que ser ni erudito ni memorión, para tener al alcance cuanta información se necesita.