14 febrero 2014

Indicios neoglobalizadores

Las recientes elecciones alemanas han permitido unificar los dos grandes partidos del gran país centro-europeo, que contrasta con el proceder de sus restantes socios occidentales, en que las posiciones políticas entre los dos grandes partidos gobernantes a partir de la Segunda Guerra Mundial, han sido beligerantes, estando polarizados en sus enfoques ideológicos, al punto de mantenerse antagónicos cuando no rivales. Por contra en Alemania, es la segunda vez, que forman coalición los dos partidos mayoritarios, que tendrían que liderar a las dos grandes corrientes ideológicamente enfrentadas como son: el capital y del trabajo, que representan a cada uno de los dos polos, en los que el beneficio económico de uno, va en perjuicio de su opuesto o contrario.

La crisis económica que está padeciendo actualmente el mundo laboral de los países pobres del sur de Europa como consecuencia del endeudamiento contraído con los países ricos del norte de dicho continente, con la burbuja urbanístico-inmobiliaria, en que los precios de las viviendas tuvieron aumentos del orden del 15% anual durante la primera década del siglo XXI, en que la especulación galopante permitió la captación ilimitada de créditos bancarios procedentes de los países del norte europeo, sin el menor control por parte de las autoridades económicas y políticas de nuestro país en particular, que se tienen que estar devolviendo tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, como deuda soberana de nuestro país para rescatar a los bancos y cajas de ahorro, que fueron los mayores causantes de la quiebra de nuestro país con una prima de riesgo que ha llegado alcanzar los 600 puntos, acarreando intereses superiores al 7% a satisfacer por todos los españoles, para amortizar la deuda contraída, al tiempo que el Banco Central Europeo cobra a sus bancos el 0,25% de interés, que a su vez éstos cobran a los Estados deudores en función de la prima de riesgo de cada país.

La jugada descrita en el punto anterior, que ha traído como consecuencia a la población trabajadora de nuestro país, la pérdida de derechos laborales, la disminución de sueldos y pensiones, de los servicios del Estado de Bienestar alcanzados en nuestro país desde la llegada de la democracia, pérdidas que nos retrotraen de la mano del gobierno derechista que consiguió mayoría absoluta en las últimas elecciones, a los años pre-democráticos mediante leyes todas ellas favorables al capital y contrarias al interés de los trabajadores, como víctimas de un sistema llamado democrático, que hace escarnio de dicho título el clamor popular mostrado en la manifestaciones callejeras contra el gobierno del 1% de los lobbies que manejan el capital y las finanzas virtuales del mundo, en contra de las mayorías laborales que aportan los activos reales que proporcionan el bien general a la humanidad.

Ello a su vez ha puesto en evidencia la actuación de la troika comunitaria europea, formada por la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo, comandados por el gobierno alemán, que han impuesto políticas de austeridad a los países del sur de Europa, como castigo por los despilfarros cometidos durante los años del boom urbanístico-inmobiliario, situación que ha llevado a la recesión económica en la que estamos inmersos de difícil salida en largos años, según la opinión de economistas modernos que preconizan la adopción de fórmulas económicas que estimulen el crecimiento y la creación de empleo, contrarias a la austeridad como solución lógica, para salir antes de la recesión.

Las críticas a los juegos olímpicos de Sochi por el despilfarro económico que suponen y los reparos puestos a los movimientos gays para su participación en los juegos, unido a los movimientos desestabilizadores que tienen lugar en Ukrania, han desencadenado una serie de campañas publicitarias anti-rusas en occidente que despiertan fantasmas de otros tiempos de infausto recuerdo. El hecho que se impute a Alemania la dirección de los asuntos económico-sociales ocasionados por la actual crisis económica que ha llevado a los países periféricos del sur de Europa, a experimentar la mayor crisis económica desde la gran depresión de los años treinta del siglo pasado, a la que no se le augura solución a corto plazo.

La hegemonía impuesta por Alemania en la gobernación de la Unión Europea, en los temas económicos, imponiendo drásticas medidas de austeridad a los países deudores del sur europeo, medidas que les aseguran la devolución de los capitales prestados durante el boom inmobiliario, lo que les permite mantenerse en superávit y sin paro que constituyen los mayores los mayores déficits de los países del sur, lo que confirma la tendencia de que la Unión Europea está formada por países de dos velocidades, por contar con economías de signo distinto, unas orientadas a la exportación de ítems de alta tecnología, que les aportan ventajas competitivas por imperativo de modernidad, mientras que otras siguen ancladas en lo tradicional de menor atractivo.

Alemania erigida en la actual coyuntura, como el país más competitivo de la Unión Europea, puede aportar un indicio favorecedor de la neo-globalización, al encabezar a la unión de países portadores de las luces del progreso, iniciado con la Ilustración y difundido por todo el mundo por los modernos medios de difusión y potenciación del instrumental físico con las múltiples tecnologías que abarcan toda la gama de servicios que facilitan la vida de las personas beneficiadas por los mismos. Los países que forman la Unión Europea, mantienen contactos para la resolución de múltiples temas que inciden en la vida común de sus componentes, para hacer frente en común a los grandes competidores, que por su dimensión territorial y demográfica, cuentan con ventajas organizativo- administrativas para desarrollar la economía de escala puesta en práctica exitósamente por las empresas multinacionales, al abarcar a todo el orbe con sus intervenciones económicas.

Por otra parte, vista la incidencia que tuvo el nacionalismo alemán en los dos hechos más luctuosos que ha conocido la historia en el transcurso de siglo pasado, el hecho de formar parte de un conglomerado de naciones que contribuyen al intercambio de programas a desarrollar en común, a través de las instituciones que se han dado como son el Parlamento y la Comisión Europea, susceptibles de acometer otras ampliaciones en el orden económico que tanto predicamento ha alcanzado últimamente, y muy especialmente en la unificación por simbiosis natural de las legislaciones comparadas por su proximidad que estimulan toda clase de contactos de relación, facilitados por la rapidez y la promiscuidad de los transportes modernos, por la difusión de los hechos que tienen lugar a través de la publicidad, que circula en todos los sentidos y todo el tiempo, con la unificación de idiomas facilitado por el aprendizaje obligatorio en cada país desde la infancia en las escuelas, preferentemente lenguas de difusión universal.

La promiscuidad generalizada de los contactos de todo tipo, facilitados por la difusión favorecida por la tecnología comunicacional y los transportes facilita los contactos, que son la antítesis de los conflictos bélicos que se prodigaron a lo largo de la historia como señas de identidad de los mortales, herederos de la ley de la selva que caracteriza a los irracionales, carentes de la diferencia abismal existente entre instinto y raciocinio, que se está poniendo en práctica en numerosos conflictos actuales en los que tratan de mediar: instituciones multinacionales, populares, gobiernos,..interesados en promover la paz, como antídoto a todo lo que de reprobable tenemos las personas.