La hipermundialización
En el contexto mundial de la hipermundialización de los flujos productivo-comerciales, destaca el fenómeno inédito de un solo país, China, que ha protagonizado el fenómeno de entre las cerca de doscientas naciones que conforman la división administrativa del planeta, el que hoy encabeza el ranking mundial de la producción y el intercambio de productos con un porcentaje del 11% mundial, partiendo del 1%, que representaba en 1980, fecha, en que dicho país inició su recuperación económica.
Se atribuye a las empresas multinacionales, el boom de los intercambios entre países que ha tenido lugar en los últimos tiempos, consecuencia del cual, se generalizó la deslocalización de numerosas empresas que empleaban abundante mano de obra a países donde el coste de la misma es mucho más bajo, que el de los países en los que originalmente estaban ubicadas las industrias. Esta operación, que parece rentable a primera vista, supone crear desempleo en el país donde residía la empresa originaria, requiriendo además la creación de una logística de transporte, dislocación de personal responsable y numerosas complicaciones adicionales.
Compartir: conocimientos, producciones, equipos tecnológicos, especialistas en las distintas ramas de la producción, difundir pedagogías de progreso en terceros países, todo ello orientado a satisfacer necesidades recíprocas, mediante intercambios mutuamente beneficiosos, con actuaciones, entre la infinita gama de cometidos que requiere la vida moderna, están en mejor disposición de ser llevadas a cabo bajo la responsabilidad superior que ostentan los gobiernos de los países, que las empresas multinacionales, donde la ética siempre está subordinada al beneficio. La garantía aportada por los gobiernos que respaldan los contratos entre países, tendrán mayor fiabilidad, que la que dan las empresas, sujetas además al riego de quiebra. La universalización del conocimiento, es el factor crucial que caracteriza a nuestro tiempo, en que, la racionalización del interés humano conduce a sustituir las guerras por el fomento de los intercambios que redundan en el beneficio mutuo de las partes, lo que justifica el despegue meteórico, habido en el progreso del último siglo respecto de los milenios que nos precedieron, en los que la humanidad se mantuvo estancada, por efecto de los intereses creados de las clases privilegiadas conservadoras herederas del capitalismo irracional que sigue apoyándose en los votos de los que aún mantienen en sus genes la lacra del caciquismo, que postula que solo los ricos y poderosos podían ostentar la facultad del mando, como el otorgado por los españoles al PP en las últimas elecciones, de lo que pagan las consecuencias, muchos de los que les votaron, junto a todos los demás.
La austeridad es el mantra impuesto por la troika europea, entusiásticamente asumido por el actual gobierno español, que en estos días pregona ver por todas partes, la luz al final del túnel y la salida de la crisis, cuando aún quedan más recortes por hacer, solo a los de abajo, mientras que los ricos, ven a sus bancos donde depositan sus caudales rescatados, con los más de cuarenta mil millones de euros a devolver por todos los españoles, mientras que al resto, les son impuestas pérdidas de derechos, mermas y restricciones, contrarias a los programas de la campaña electoral del PP, que han sido desmentidos por los sucesivos decretos ley, aprobados con su mayoría absoluta, en contra de toda la oposición, y las continuas: manifestaciones , huelgas, etc., que tienen lugar todos los días, como el único recurso al que se puede acudir, contra la mentira institucionalizada, que se puede aplicar en un sistema político desfasado en el tiempo. Las instituciones políticas del futuro deberán ser avaladas por una democracia genuina y auténtica, formada por elementos, avalados por su potencial de rendimientos en su respectiva actuación profesional, en los infinitos campos de intervención en los que se desarrolla la vida moderna, de mostrando ser los más idóneos para el desempeño de las distintas jerarquías por expresa elección de sus compañeros de trabajo, para que en sucesivas promociones, puedan llegar a formar parte de los organismos encargados de aplicar decisiones de gobierno acordes con sociedades estructuradas con pautas de rigurosa racionalidad, propias de los tiempos que corren.
La polarización que se experimenta en las democracias occidentales, consecuencia de las abismales diferencias existentes en la participación de la tarta común, el problema más perentorio al que se enfrentan las sociedades carentes de solidaridad, principio que está llamado a ser el mejor lubrificante para suavizar las relaciones humanas una vez, se esté en posesión de los inconmensurables recursos de que es capaz de generar el progreso, para satisfacer los deseos materiales de las personas vulgares, mientras que, los seres superiores cifran alcanzar la felicidad en otros parámetros, próximos al reconocimiento de los méritos de cada uno, primero por los miembros del entorno más próximo, para los que aporten mayor caudal de aptitudes en el desarrollo de sus cometidos, recibirán un mayor reconocimiento de sus contemporáneos y por fin los genios que serán ensalzados por las sucesivas generaciones.
Muchos dirán, que lo que antecede, supera a las utopías emitidas anteriormente, por la sencilla razón, que lo conseguido recientemente, juzgado por nuestros antecesores, recibiría el calificativo de milagroso, por los espectaculares hallazgos tecnológicos y los perfeccionamientos en todos los campos del saber, y consecuentemente del hacer lo que se venía haciendo, con mayores acotaciones de: perfección, calidad, belleza, funcionalidad,. gracias a los medios puestos a disposición para ejecutar los cometidos, por efecto de la hipermundialización que contribuye a colocar a la pedagogía como el mejor generador de milagros, mediante la difusión instantánea de los aportes hechos por los humanos en todos los campos de actuación.
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