26 julio 2014

Empirismo acopiado en una vida

A la vista de las convulsiones que se advierten en los espíritus de los jóvenes, que se sienten los más perjudicados por la situación que estamos atravesando en nuestro país y en el entorno europeo, se nos ocurre hacer un recorrido de los acontecimientos vividos, con origen en la gran convulsión que supusieron las elecciones municipales de 1936 que ganaron los republicanos, a consecuencia de las cuales el abuelo del actual monarca, tuvo que exiliarse para dar paso a la segunda república española que tuvo cinco años de vigencia, siendo depuesta por un levantamiento militar apoyado por el Eje, compuesto por Alemania, Italia y Japón, naciones que a continuación de la victoria en España desencadenaron la Segunda Guerra Mundial, tenida por la mayor catástrofe mundial habida en la historia de la humanidad.

Tras aquella contienda en la que una España, exhausta por una guerra civil en la que: hermanos lucharon en frentes opuestos, nuestro país no participó, más que con los voluntarios enviados en el frente ruso por el llamado caudillo, que gobernó cuarenta años hasta su muerte en la cama con brazo de hierro, contra cualquier atisbo de democracia, bajo la égida de los llamados poderes fácticos: capital, ejército e iglesia. Con la llamada transición tras la muerte del sátrapa, con un régimen establecido con base a la Constitución de 1978, tenida por inmodélica por las fuerzas democráticas sometidas a las presiones: político-económica-militar-eclesiástica, consensuadas con los vencedores de la guerra civil, que tras la asonada militar del 23F de 1981, que fue sofocada por la intervención del monarca como jefe supremo del ejército, hemos vivido durante los últimos 33 años en democracia bajo una Constitución, que en la práctica, no ha sido actualizada en tan largo período de tiempo, por los dos partidos políticos mayoritarios que han gobernado el país, por haber asentido el establishment de ambos partidos con el neoliberalismo dominante, en el mundo occidental que está en la onda de favorecer al capitalismo en contra del interés de las masas trabajadoras. La situación surgida actualmente, tras la crisis económica producida por el estallido de la burbuja inmobiliaria, consecuencia de la deuda contraída por los Bancos y cajas de ahorros con los países ricos, que ahora tenemos que devolver los contribuyentes, al ser asumida dicha deuda por el Estado, ha venido la austeridad impuesta a nuestro país por la influencia que tiene la troika europea en sus imposiciones gubernativas para favorecer al capital en contra de los trabajadores que constituyen los dos polos del campo ideológico: (capital y trabajo), donde lo que favorece a una de las dos opciones perjudica a su oponente.

La situación que tiene lugar en la actual coyuntura, es que el sector más perjudicado, es el de la juventud bien formada, es decir inteligente, que se apercibe del actual estado de cosas causante de las dificultades económicas son: el paro, la rebaja de sueldos, contratos laborales precarios, recortes de prestaciones del Estado del Bienestar, desahucios de pisos que pasan a los bancos para quedar vacíos, proyecto de aborto que discrimina a las mujeres para ejercitar la libertad sobre su cuerpo,... y un cúmulo de leyes todas ellas orientadas a favorecer al establishment con los votos de la mayoría absoluta, que permite por espacio de hasta cuatro años, legislar contra los intereses de los trabajadores mayoritarios, que son las productores de los bienes y servicios tangibles, y a favor del capital financiero que se nutre mayoritariamente de la especulación monetaria, que por la facultad atribuida al dinero para comprar además de los objetos, las voluntades de las personas por la codicia que las caracteriza, nos ha llevado a las irracionales diferencias perceptivas que están siendo rebatidas por las nuevas generaciones que se aperciben que el poder atribuido a la herencia metalizada, no tiene por que superar a la voluntad de las personas, en encauzar comportamientos.

La última legislatura española, caracterizada por las consecuencias del estallido de la burbuja urbanístico-inmobiliaria, que puso al descubierto la enorme deuda contraída con los países ricos del norte de Europa, por bancos y cajas de ahorros domésticos de la que se ha hecho cargo el establishment español como deuda soberana, que tiene que ser pagada por los trabajadores, mediante la rebaja de sueldos y la precariedad laboral, con la aplicación de la austeridad impuesta por la troica europea. La austeridad aplicada con la rebaja de estándares de vida previamente alcanzados, es difícil de asimilar por la moral de los afectados por tal proceder. Lo establecido por la práctica de los comportamientos humanos, es que la mejora de las condiciones de vida de las personas, insufla mayor entusiasmo en los resultados laborales haciéndolos más competitivos que cualquier otro proceder, en contra de la creencia clásica de los empresarios que creen que rebajando los sueldos y las condiciones laborales favorecen las exportaciones, si éstas como es el caso de España, solo representan el 17%, no compensan ni de lejos, lo que se pierde con las continuas protestas y la animadversión que genera en los espíritus de los perjudicados, el conocimiento de que el progreso solo beneficia a los ricos, cuando el trabajo bien hecho por profesionales satisfechos, es la verdadera fuente de los beneficios alcanzados por la tecno-ciencia moderna.

Los hechos acaecidos en un mundo globalizado, son difundidos por los TICs en todos los rincones del mundo, que son como el aire que respiramos, a pesar de las argucias de que se valen los propietarios de los medios de difusión-persuasión para confundir a la opinión pública. Se conocen los crecimientos económico-sociales que tienen lugar en mundo en las últimas décadas, que se cifran en el 2% de promedio anual, a pesar de la recesión que tiene lugar en Occidente, suplido por el crecimiento de los emergentes, que se benefician de los inconmensurables aportes de la tecno-ciencia, que se difunde con la globalización de la que participan países emergentes, que partiendo de bajos niveles de vida, derivados de una austeridad secular impuesta por la escasez de sus medios tradicionales, participan del entusiasmo que genera la paulatina mejora de sus estándares de vida, que es lo que más coadyuva a la competitividad de los países.