La convulsión político-económica de Thomas Piketty

El libro de reciente publicación del francés Thomas Piketty, ha sorprendido a los economistas occidentales, acostumbrados a que los aportes importantes en dicha materia procedían de los numerosos premios Novel americanos, haya sido en esta ocasión un joven economista francés el que haya dado con una idea original que permita salir del monótono discurso austericida instaurado en la Unión Europea durante los últimos años, en que, los agentes productivos han perdido gran parte de sus emolumentos monetarios y derechos sociales alcanzados previamente, al tiempo que el mundo financiero, por medio de la especulación, ha acumulado el más ingente tesoro de la historia en manos de unos pocos lobbies, con el que ostentan en la actual coyuntura, el poder efectivo de gran parte de los países del mundo occidental.

Sin estar en condiciones de juzgar los aportes que haya podido hacer Piketty, para salir de la recesión en que se encuentran las economías de la UE, y el débil crecimiento de los EEUU y Japón, que son los representantes de las recetas derechistas, que parecen haber agotado los argumentos que conducen a la mejor armonización de los intereses comunes de los pueblos que configuran el planeta Tierra, adoptando políticas duales que favorecen a los poderosos de siempre, en detrimento del crecimiento armónico de los pueblos que permiten otras fórmulas existentes, que se aprovechan de facilidades otorgadas por la modernidad, para conseguir crecimientos económicos que permitirían en cortos períodos de tiempo, alcanzar el bienestar económico-anímico de la mayoría de las personas existentes en un mundo interrelacionado, como es el actual.

Nos referimos a los métodos empleados por un país que partiendo del estado de suma pobreza, ha alcanzado en un corto espacio de tiempo: (30 años, con la animosidad de los restantes países del mundo) erigirse en primera potencia económica del mundo, 5 años antes de lo previsto por los especialistas, aplicando métodos tales como:

1º) Fabricar artículos más baratos que la competencia, mediante sueldos inferiores.

2º) Erigir fábricas nuevas con equipos modernos, con dimensión: “economía de escala”.

3º) Estatalizar las instituciones de crédito e industrias cruciales, que sirven a personas.

4º) Crear infraestructuras básicas para las industrias y las personas: autopistas, FFCC, aeropuertos, puertos, urbanizaciones y alojamientos, para los obreros desplazados.

5º) Dar facilidades al establecimiento de las inversiones procedentes del exterior.

6º) Instaurar una logística modélica para permitir la rápida distribución de lo fabricado.

7º) Distribuir la diáspora laboriosa y pedagógica, para dar ejemplo al resto del mundo.

8º) Mandar a sus mejores inteligencias, a aprender en las universidades de prestigio.

9º) Constituir un gobierno de think tanks especializados, para fijar las estrategias de futuro, que permitan desarrollar los potenciales yacimientos vírgenes del mundo.

10º) Amparados en los rendimientos alcanzados por el experimento de progreso más exitoso de la historia, parecería racional tomar ejemplo de las virtualidades del mismo.

Debo pedir disculpas por haber expuesto el anterior decálogo, donde expongo ideas e intuiciones personales no suficientemente contrastadas por mis evidentes limitaciones documentales, pero que, con el embrionario raciocinio del que estoy dotado, deduzco que mis conclusiones están más legitimadas, que la sarta de embustes difundida por los aprovechados de la situación actual, trufada de corrupción institucionalizada por los beneficiarios de la misma, herederos de un pasado que avalado por la carencia de medios en que estaban sumidas las sociedades que nos precedieron, sus afortunados herederos, como por ejemplo, los duques de Alba, que gozan de privilegios desde hace 500 años, sin que en este interregno, hayan tenido que hacer el menor aporte a las comunidades en que han transcurrido las sucesivas generaciones, al contrario, siendo ellos, los que han recibido los: plácemes, halagos, servidumbres de súbditos, sometidos a la pérdida de la más elemental dignidad humana, mostrando a la duquesa actual prolíficamente en los medios publicitarios, a pesar de su figura.

Considero que han disfrutado de suerte providencial países como Singapur, Vietnam, China,.que no han sufrido el expolio que constituye la herencia legada a beneficiados por fortuna, influencias, contraídos por otros, estrategia que ha permitido la secuencia de mando durante generaciones, de personajes inhabilitados para el desempeño de las funciones a las que fueron destinados por herencia, lo que determinó la formación de las clases sociales, que se trata de suprimir del diccionario, con la flagrante incidencia que sigue teniendo en las comunidades humanas, por la defensa que hace de ellas el capitalismo, en su versión más extrema del neoliberalismo económico.

Al haber hecho tabla rasa del recurso a la herencia, promulgado por China, con el logro de la revolución de 1959, los méritos adquiridos por cada uno de sus habitantes, son la única carta de presentación ante la sociedad, lo que exime a dicho país de la rémora que supone el pesado lastre de la herencia, que se ha instituido con el capitalismo reinante en los países occidentales, en el factor determinante de la gobernación de sus pueblos, puesto que los dos partidos mayoritarios en las elecciones que tienen lugar cada cuatro o cinco años, se turnan en la gobernanza de los pueblos, cada uno de los partidos, manteniendo los principios del liberalismo económico, que privilegia a los que más recursos e influencias tienen, guiados por medios de información y seducción de las masas, afines con el interés de sus propietarios en la defensa del neoliberalismo.

El futuro de los pueblos, está determinado por la defensa de uno de los dos factores antagónicos que configuran la gobernación de los mismos, que son el capital financiero y el trabajo. Damos la denominación de trabajo a todas y cada una de las prestaciones que hacen las personas a la comunidad y/o país al que pertenecen, en los que la vida moderna ha diversificado a tal extremo, que al propiamente llamado trabajo tenderá a ser transferido a las máquinas y los robots; todo lo demás será confiado a las personas.