El decadente oligopolio del capital
Evidencias incontrovertibles, muestran que el mundo político actual está constituido, por dos identidades que tienen intereses contrapuestos, dado que lo que beneficia a una perjudica a su oponente, que son: capital y trabajo. Estos dos conceptos, tienen su manifestación más acentuada después de la Segunda Guerra Mundial, en que surgen dos ideologías bien diferenciadas: la sustentada por el capital, representada por los EE.UU. de Norteamérica, y por el trabajo. Los obreros y campesinos revolucionarios de la URSS y los EE.UU. son las dos potencias que se atribuyeron la victoria sobre el nazismo en la guerra. Tras el final de la guerra fría, con la caída del muro de Berlín, en que se desmoronó la URSS, quedó un solo poder omnímodo en el mundo occidental: el capitalismo, que tomó en sus manos los principales resortes del poder como son: la economía, las finanzas, la fuerza militar, la política, la mediática, de persuasión de las masas y la democracia manipulada por el capital en su área de influencia extensible al resto del mundo occidental.
Desde 1946 hasta la fecha, las argucias de que se ha valido el capital para su dominio sobre las fuerzas del trabajo, apoyándose en el principio democrático de una persona un voto, para la elección de los gobernantes, principio que ha sido viciado por mil artimañas que permiten situar en los parlamentos a dos partidos mayoritarios, que incluso se coaligan para favorecer al capital, como ocurre ahora en Alemania, entre otros muchos condicionantes como los que desposeyeron a los trabajadores en el último gobierno del PSOE en España, con el advenimiento de la crisis de algún derecho adquirido, que el PP ha llevado a extremos socialmente insoportables.
Alguien ha hecho un paralelismo entre los dos grandes partidos políticos y el fútbol que tanta ascendencia tiene en las sociedades modernas, donde solo existen dos grandes partidos que acaparan los premios, mientras los demás son irrelevantes para el aficionado, que en general, aparte los localismos, se interesan por los que ganan. Estas preferencias guardan relación con los instintos humanos, que se inclinan por el dualismo, que provoca: polarizaciones, enfrentamientos, envidias, animadversión, de los humanos entre sí, bajas pasiones antitéticas: de la solidaridad, del amor, de la ayuda recíproca,…que son, los que redundarían en beneficio mutuo de las personas que los practicaran. Haciendo alusión al punto anterior, tenía recuerdos de mi infancia y pubertad, en que el único aliciente que había en los pueblos pequeños como el mío, era el cine sonoro en blanco y negro, en el que abundaban las películas del Oeste, por ser casi las únicas que permitía el régimen, en las décadas 40 y 50 del siglo pasado. Los argumentos de las películas que ahora se están proyectando con profusión: tres películas diarias en Telemadrid después de transcurridos sesenta o setenta años, sirven para recordar el espíritu del Oeste inserto en los sustratos del gran país americano, de recurrir al expediente bélico para resolver problemas en los que se dirimen las diferencias entre ideologías confrontadas. Al gran país americano se le atribuyen las últimas guerras de intereses entre los sujetos antagónicos citados: capital- trabajo, siempre a favor del primero, cuyos centros neurálgicos radican en Wall Street y en la City, que reúnen el mayor poder económico conocido, asignando a los bancos privados la gestión basada en la financiación especulativa, que permite a los tenedores de fondos, contar con los resortes necesarios y suficientes, para gobernar a la mayoría de los países del mundo, por medio de la añagaza, de que el valor acumulado por las finanzas, supera con mucho el valor de todos los bienes físicos y de cualquier otro orden que existen en el planeta Tierra. No se puede por más que combatir tamaña aberración, que pone al dinero por encima de los valores de las personas, a las que puede eliminar con toda facilidad como se escenifica en los westerns, o que mantienen en prisión a tres veces más de reos en proporción, a los restantes países de su entorno.
Los anteriores argumentos, son botones de muestra para demostrar que el capitalismo auspiciado por los malos ejemplos dados por sus apologistas y beneficiados, nos advierten del futuro que nos puede acarrear tan nefasta institución, que hace tabla rasa de las virtudes atribuidas al trabajo entendido como compendio de todas las actividades positivas desarrolladas por los humanos en todo el devenir de la historia de la humanidad, como rasgo representativo del legado humano transferido por el trabajo de los progenitores a las generaciones sucesivas que han sido las depositarias de los ingentes tesoros acumulados por la humanidad a lo largo de los siglos, para el disfrute de sus herederos.
¿Qué atributos se pueden alegar los poseedores de grandes fortunas, acumuladas en épocas en que la especulación financiera, ha sido el expediente más empleado por la banca privada, para acopiar fortunas que dicen que rebasan el valor de lo existente sobre la faz de la Tierra.? Resulta de todo punto aberrante que con lo que acaparan familias y/o lobbies multimillonarios, se podrían suplir las carencias de los millones de indigentes carentes de lo indispensable para subsistir, obligados a vivir una existencia indigna de llevar tal nombre, por la simple opción de unos pocos de mantener en sus arcas , o dándole la función que estiman más conveniente para su interés personal, a un recurso, que podría proporcionar lo necesario para disfrutar de una vida digna, a tantas personas carentes de todo, dando con ello salida a excedentes alimenticios y de otra índole que se desperdician a diario, que, mediante la adecuada administración de las existencias para que no fueran los intereses espurios de los beneficiados, al optar por destruir las mercancías para mantener los precios, antes que beneficiar a otros.
Un sistema que utiliza tales prácticas para mantener su primacía sobre los demás, no puede subsistir por mucho tiempo al veredicto que debe promulgar la inteligencia, que se está instalando con toda celeridad por medio de los TICs, en todas las instancias que inciden en la vida de las personas, como lo están demostrando los niños que imitando a lo que ven a su alrededor, se habitúan pronto al uso del teléfono móvil en el que encuentran información para satisfacer sus: aficiones, inquietudes, preferencias,.. con las que dar salida a preguntas que los espíritus inquietos de las personas alimentan a su ego, que desde su más tierna edad repugna de los dogmas que mantuvieron a nuestros antepasados ausentes de profundizar en el análisis de los hechos, que son los que proporcionan legitimidad a todo cuanto ocurre en cualquier rincón del orbe, que tras la libre elección de la ideología por cada persona discerniendo entre información y la persuasión que nos es servida por la mediática, que invade el éter a través de sus emisiones.
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