La vanguardia política revolucionaria mundial
Muchos ingenuos idealistas, creen que el cambio estratégico mundial se puede dar a partir de movimientos políticos que tienen lugar en pequeñas parcelas del inmenso mundo, cuando procede tomar conciencia del enorme poder alcanzado por el neoliberalismo económico, que abarca: a grandes extensiones territoriales, países con amplias demografías, recursos importantes, influencias arraigadas en el subconsciente de las personas por herencia biológica, tras haber permanecido desde la aparición del homo sapiens hasta nuestros días bajo la férula de los poderosos, sirviéndose de las artimañas debidamente adaptadas para el dominio de las masas, como han sido: el monopolio de las riquezas, los ejércitos y la ignorancia, propagada por brujos y magos de distinto pelaje, que han favorecido a sus potentados, que han sido los depositarios de los escasos bienes materiales con los que se contaba en el discurrir de la historia. La fundación de la Unión Europea, ha sido un claro ejemplo de la necesidad de agrupar a 28 países, a pesar que entre ellos, figuran naciones que concitan enorme poder en el ránking mundial de los países.
Los paradigmas que hay que acometer a futuro, obedecen a imperativos que se han demostrado eficaces en su aplicación práctica en el pasado, para la obtención de los mejores resultados para sus promotores, como son para incrementar la producción de bienes y servicios para la sociedad de referencia: contar con el personal más idóneo para desarrollar las distintas funciones, disponer de los equipos más modernos en las nuevas factorías de economía de escala, que la gestión la desarrollen los trabajadores elegidos por sus compañeros, que tanto los medios económicos para la financiación de las industrias de cada país o coalición de países, sea suplida por bancos estatales, que cada entidad dedicada a la administración de bienes y servicios que afectan a la vida de las personas sea pública, que exista una ecuánime y justa distribución de la riqueza entre los miembros de un mismo país, que se tenga asumido un grado de austeridad que asegure una vida digna, y que se disponga de una diáspora de naturales formados para ejercer en los países subdesarrollados la pedagogía de sus experiencias exitosas, para ayudar a los que necesitan prosperar con la fórmula de “ganador – ganador” favorable para ambas partes, en contraste con los expolios perpetrados por los colonialismos clásicos.
Los anteriores presupuestos, ubicados en la coyuntura actual serán tachados, a pesar que no difieren de otros expuestos en el pasado por autores de prestigio, cuando no se disponía de los instrumentos que hoy forman parte del acerbo común, en campos que pertenece a la condición racional de las personas con la difusión del pensamiento a través del éter, que, como el aire que respiramos, abarca todos los resquicios del planeta Tierra, en contraste con los tiempos a los que nos referimos, que el faro que da luz al pensamiento que es la cultura, estaba reservada a las élites de los poderosos. Acabamos de ver en un reportaje emitido ayer por TV, donde a una multitud de 2400 niños destinados a ser futuros futbolistas, eran provistos cada uno del correspondiente teléfono móvil, como su alter ego, para acceder al insondable mundo del conocimiento universal, en función de sus: preferencias, inquietudes, aspiraciones, vocación,… para darles cauces racionales sobre los que cimentar sus vidas con opciones distintas a las que se han aferrado los mortales hasta aquí, en pos de la codicia para poseer bienes materiales, opuestas a las más nobles aspiraciones humanas, como son la solidaridad con las personas que forman nuestro entorno, metas, que conducen a un mayor grado de felicidad que los enconos y polarizaciones a que conduce el siempre queremos más.
La vanguardia revolucionaria, cuya guía podría ser un factor coadyuvante para salir del callejón sin salida a que nos ha llevado el capitalismo depredador que padecemos con la actual crisis económica, que ha puesto a los pies de los caballos a tantos expuestos a la felonía del hambre física junto al despilfarro soez de unos pocos, que se permiten dejar en el abandono del paro sin subsidio alguno, a cinco millones de trabajadores y a sus familiares, así como con el desahucio ordenado por los bancos que dejan en la calle a familias enteras, pisos que los bancos no pueden vender por haber excedentes de los mismos, permaneciendo vacíos sin ser ocupados por nadie durante años.
Con todo lo expuesto, el camino lógico por el que tendrá que discurrir la humanidad, a la vista de los cambios operados en los actuaciones de sus miembros, determinados por el uso de los medios que la tecno-ciencia ha puesto a su disposición, situando en el frontispicio de sus obligaciones: “la formación”, como factor crucial de la vida de las personas por encima del trabajo, que paulatinamente será transferido a las funciones encomendadas a la máquina, facilitadora de las necesidades físicas que demanden las personas, cuyas actuaciones irán dirigidas preferentemente a sacar el mejor partido al instrumental disponible, a su amplificación, y a programar las actuaciones a futuro, del infinito campo de actuaciones que abarcan las funciones humanas en la modernidad.
Una tema debatido actualmente en los medios de difusión-persuasión es la austeridad, por la repercusión que está teniendo en España, en los trabajadores que son los más afectados por la merma de calidad de vida que supone para las mayorías de afectados la imposición impopular, que ha dado pié a las manifestaciones callejeras, plagadas de pancartas con las tijeras del recorte de toda clase de derechos y servicios que han sido suprimidos y/o mermados mediante leyes siempre nocivas para los de abajo, para favorecer aún más a los que rebosan de todo. Lógicamente esto produce: malestar, desánimo, pesimismo y desmoralización, en los productores de bienes y servicios que son los trabajadores.
En un mundo competitivo como el actual, con la globalización, los países en los que la austeridad venía impuesta por costumbre, al ser más competitivos por los bajos costes laborales, han colocado sus productos en el mercado mundial, permitiendo subir los sueldos a sus obreros con lo que han generado: satisfacción, reconocimiento y optimismo..., en los trabajadores mejorando sus rendimientos, que redundan en incremento de la competitividad, lo que genera un circulo vicioso positivo, que no se comprende bien en el capitalismo, que no tiene otra función que sacar el mejor partido de los productores para su propio beneficio, a no ser que crean que el someterlos a la injusticia supone el desempleo, los sojuzga aún más bajo su férula, rayana en la esclavitud.
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