La explotación, causa de desigualdades
Vicenç Navarro en su último artículo, expone a través (del caudal de datos que le caracterizan en todos sus escritos,) aporta la verdad de Perogrullo, de que la explotación, es la causa de la gran desigualdad que caracteriza a las sociedades occidentales, y la consecuencia de que unos vivan mejor a costa de otros que viven peor, fenómeno que se ha visto incrementado de forma exponencial, desde la década de los años 80 del siglo pasado hasta nuestros días. Éste fenómeno, que tiene su desarrollo en lo más avanzado de lo que se dio en llamar el siglo de las luces, en que los acontecimientos están expuestos a todos los focos de observación y análisis, tanto física como estructuralmente con el auxilio de los TICs, para determinar los hechos que tienen lugar en cualquier: lugar, circunstancia y tiempo; sin embargo, un asunto de crucial incidencia en el meollo de las sociedades más avanzadas, no es puesto en cuestión, atribuible al ingente poder mediático-persuasivo, alcanzado por el dinero como factor determinante de lo que siempre hasta aquí se ha venido asumiendo, de que todo tiene un precio, menos la dignidad de las personas, que alguna vez tendrán que alcanzar la condición superior a la del vil metal.
Supongamos que alguna vez, en algún lugar, se pudiera hacer tabla rasa de un pasado vergonzoso, como ha sido el de las sociedades que nos han precedido, en las que los poderosos, siempre se han valido de artimañas para transmitir a sus descendientes: la fortuna y los privilegios inherentes al poder económico, para ser ejercitado sine die.
Un cambio copernicano a dicho proceder, podrían consistir en que solo prevalecieran los méritos alcanzados por cada persona, a la que le fueran reconocidos por la órbita más próxima la misma, o por otras áreas de mayor alcance, los méritos para juzgar por vía democrática, sus actuaciones. Dado que, para la infinita multiplicidad de funciones, se requiere más de una persona en el desarrollo de las mismas, que son precisas para la vida moderna, los votos positivos de los colaboradores de su entorno, o de la percepción de sus prestaciones a las comunidades beneficiadas, serían llamadas a emitir su voto, para elegir a la persona más idónea para el desempeño de cada una de las funciones específicas requeridas para el desempeño de cada función.
Las personas elegidas en cada una de las infinitas especialidades profesionales en que se configura la modernidad, serían además invitadas a formar los think tanks asesores de las instancias de cada jurisdicción, para establecer las estrategias de actuación de los gobiernos de las mismas, permitiendo a los responsables especialistas en cada uno de apartados, dictar las leyes consensuadas por los afectados, acordes con las coyunturas temporales para dar satisfacción general de los administrados, todo ello mediante el concurso asambleario con derecho a participar a todos los afectados por cada tema específico, necesitado de ser puesto al día por demanda de las mayorías. Cada una de las prolijas intervenciones citadas, que en el actual momento histórico pueden parecer utópicas, por desconfiar de la efectividad de instrumentos disponibles de los que no se hace uso, como por ejemplo de las elecciones políticas, en las que la abstención es creciente en la mayoría de los países, circunstancia consecuente con la influencia que tienen los intereses dominantes, que, conscientes de que dominan a los pueblos mediante la trampa democrática de cada persona un voto, voto, que es comprado, por los medios de difusión y persuasión, además del pesebre que supone para otros situados en los aledaños del poder, convencidos de formar parte de los privilegiados, respecto de los indigentes que son mantenidos en la intemperie social por los que mandan, inmersos en el despilfarro ostentoso, que está lejos de poder mantener la dignidad de la que hacían gala los antiguos mandatarios, cuando no existían bienes para que todos pudieran disfrutar de una vida digna, mientras que en la actualidad ello sería factible.
Recientemente, hemos sido testigos en nuestro propio país, de beneficios alcanzados en un corto espacio de tiempo con el gran aumento del estándar de vida alcanzado por los agricultores que se fueron a vivir a las ciudades. Cambios como el producido con el paso dado desde la agricultura, a la industria, los servicios,.. ha permitido pasar desde porcentajes del 70% dedicados a las labores del campo hace un siglo, al 6% actual, con mejores resultados cuantitativos y cualitativos, como consecuencia de la mecanización y la química empleados en los cultivos.
Un fenómeno tanto o más espectacular que el agrario, está en vías de tomar cuerpo actualmente, con los aportes hechos por las tecnologías TICs, capaces de cambiar aspectos cruciales de la vida de las personas, por las facilidades que se espera de ellas en orden a la difusión del conocimiento, que se ha demostrado hasta aquí como el factor que más beneficios ha proporcionado al progreso material y estructural de los procesos productivos, susceptibles de aportar a las personas imbuidas de racionalidad contrastada, beneficios derivados de la solidaridad humana mutuamente beneficiosa.
Ejemplos de aberraciones puestas en práctica hasta nuestros días, han sido las guerras, que han tomado el carácter de holocausto para la humanidad, por el peligro nuclear latente en los movimientos que tienen lugar actualmente en Ucrania, en los que toman parte países poseedores de ingentes reservas nucleares, con el riesgo de ser empleados, en el caso de estallar un conflicto bélico entre ellos.
El mundo, que está inmerso en el mayor problema social que enfrentan las sociedades del sur europeo, como es el desempleo galopante, al que no se le ven visos de pronta solución, al tiempo que el enorme diferencial de percepciones dinerarias, entre el capital financiero que ha sido acumulado por medio de la especulación en los últimos 30 años, caudales, que han sido retrotraídos, a los trabajadores, considerados en su total acepción, de todos aquellos que aportan sus servicios a la comunidad humana, que son la mayoría aplastante de los componentes de la humanidad, hecho que constituye la total descalificación del principio democrático de una persona un voto, que figura en el frontispicio de las constituciones, para escarnio de los que estamos sometidos a las mismas, advirtiéndose cada vez más, que en las elecciones aumenta la abstención, por la aplastante influencia que ha adquirido el poder financiero actual, que solamente podrá ser combatido con la generalización de la inteligencia.
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