La necesaria redefinición de las clases sociales
Siempre se ha tenido a la socialdemocracia, representada en España por el PSOE, como el partido de izquierdas defensor de los trabajadores. La práctica en los comportamientos de dicho partido, ha sido bien distinta, por ejemplo, en el discurso de investidura de Zapatero, citó varias veces a la clase media, sin aludir ni una sola vez a los trabajadores que siempre fueron el soporte de dicho partido, y aunque en las primeras etapas de su gobierno Zapatero promulgó leyes de signo socialista, al final de la misma, influenciado por consejeros como: Miguel Sebastián, Jordi Sevilla, Moscoso del Prado, entre otros, favorables a la nueva izquierda, dejando bien patente la influencia de la nueva vía de Blair, al que Zapatero invitó en la presentación de su último libro como acompañante único en el estrado, a pesar que dicho personaje, que se ha forrado, y es el político más impopular entre la clase trabajadora inglesa.
El PSOE, siguiendo la estela de los restantes partidos socialdemócratas europeos, que han hecho de estandarte a las clases medias, influenciados por los medios de la información y persuasión captados por el gran capital, que con el auge alcanzado en las últimos tiempos, según proclaman los mensajes del M15 y el Occupy Wall Street denunciando, que el 1% de las finanzas mundiales en la actualidad, monopolizan la acción de gobierno de los países occidentales, por medio del neoliberalismo, que ha englobado en sus filas a partidos tenidos por obreristas, que a partir del invento de la tercera vía de Blair lo están adoptando: Valls en Francia y Renzi en Italia.
A pesar del descalabro que supone para los trabajadores de los países periféricos de la Unión Europea, la crisis en la que estamos inmersos, las socialdemocracias, siguen coqueteando con el mito de las clases medias representadas por un sector de votantes que en su mayoría contribuyen con sus prestaciones al bien general de la sociedad que les acoge, al igual que a los trabajadores, que, tomados en su más amplia acepción, comprende a todos los agentes activos que aportan servicios útiles a la humanidad en la infinita gama de actividades que abarca la vida moderna, que entre todos alcanzan mayoría aplastante, que por pura lógica democrática deberían gobernar.
Es de todo punto imposible abarcar actualmente las funciones que se podrán derivar de un ingenio capaz de implicar a todas las personas de todo el mundo en los temas de su interés. Nos referimos a “Internet” instrumento que alcanzará la plenitud de sus prestaciones para las generaciones que alcancen asimilar en el futuro desde niños, los mecanismos para sacar el mayor provecho que abarcará la mayor parte de actividades de las personas, al serles asignadas funciones laborales que podrán ser realizadas, gran parte de ellas, desde el emplazamiento más idóneo elegido por el ejecutante, para obtener el mejor resultado de la función a desarrollar, en ambiente placentero en el que la psique, se encuentre en las mejores condiciones para llevar a cabo las actividades futuras, que requerirán más de la contribución de las neuronas, que del esfuerzo muscular, por lo que las grandes aglomeraciones humanas, podrán ser diluidas en paisajes gratos, por la facilidad que da el poder realizar trabajos a distancia mediante el uso del Internet.
La redefinición de las clases sociales, vendrá determinada por prestaciones aportadas por Internet, instrumento de versatilidad asombrosa, capaz de abarcar la mayoría de las funciones laborales, entendiendo por tales a cuanto las personas aportan servicios a la colectividad, así como para satisfacer las propias necesidades personales. Sería de todo punto pretencioso abarcar las prestaciones que se pueden esperar de un útil que acaba de aparecer, no obstante lo cual, son miles de millones, las intervenciones de todo tipo que se hacen a través del mismo en todo el mundo, por los que acceden desde niños a su uso tenaz, durante muchas horas del día. Internet, insertado en el teléfono móvil, supone para su usuario tener todos los conocimientos existentes en el mundo en su bolsillo, disponibles en sustitución de la memoria, y de multitud de otros servicios prácticos, como evitar la pérdida de tiempo ocupado en desplazamientos y gestiones de todo tipo, puesto que la mayor parte de los asuntos son susceptibles de ser resueltos mediante la facilidad de la comunicación e información a distancia.
Contando ya con el cúmulo de instrumentos aportados por la tecno-ciencia, para surtir a los humanos de las necesidades perentorias como son: alimentos, agua potable, aire puro, energía, comunicaciones, infraestructuras residenciales, viviendas insertas en un urbanismo humanizado, servicios sociales para asegurar una vida digna a ciudadanos civilizados, que han procurado legislaciones intercambiables entre países, para ser adaptadas al interés de sus beneficiarios, para el disfrute de los servicios aportados por un Estado del Bienestar, susceptible de ser perfeccionado en función de los recursos disponibles en las comunidades humanas, para el disfrute de libertades, toda clase de servicios que los adelantos de la modernidad proporcionan a los beneficiarios del progreso que aún dista de alcanzar a todos los humanos, por falta de una distribución más equitativa de los aportes técnicos, salidos a la luz en las últimas décadas, en las que la humanidad ha hecho los aportes necesarios, para alcanzar dicho fin.
Poner al alcance de las mayorías, el ingente arsenal de medios sofisticados aportados por la inteligencia humana, representa un reto crucial que tendrá que afrontar la humanidad para proveer de lo necesario para fijar el volumen de humanos que puede soportar el planeta Tierra, puesto que es evidente, que son nuestros congéneres los que mayor impacto producen en nuestro solar común donde los excesos de población, son la causa de los cambios adversos que tienen lugar en el necesario equilibrio de la naturaleza, susceptibles de ser aplicables con los medios farmacológicos de los que se dispone, que son ampliamente aplicados en las sociedades avanzadas, que han hecho compatible el envejecimiento y los avances disponibles con el equilibrio demográfico de los países que han aplicado la racionalidad, con la aplicación de los medios de los que se dispone, evitando con ello un desmadre de alarmantes consecuencias.
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