26 julio 2014

Falta de autocrítica en el PSOE

Una vez más debo confesar mi proclividad con mi admirado Vicenç Navaro, del que tomo sus artículos como lecciones de un buen hacer periodístico dentro de cánones científicos, propios de un consagrado profesor formado en acreditadas instituciones académicas internacionales y domésticas, que hacen de sus artículos políticos de la ideología que comparto, pero que en mis limitaciones soy incapaz de acotar donde radica la potencial puesta en práctica de las proclamas de tan eximio político, que considero demasiado complacientes con los hechos derivados del capitalismo que padecemos que habría que combatir con ejemplos como los que siguen.

En la campaña para la elección del próximo Secretario General del futuro PSOE, de la que desconozco los discursos de los tres candidatos que se presentan, que dijeron estar satisfechos de sus respectivas exposiciones en su primer discurso del 6-7-2014, que mi admirado Sr. Navarro, persiste en el temor de que no hayan sido lo suficiente explícitos con la necesaria autocrítica que requieren las actuaciones del PSOE, en sus largos años de gobierno, desde la transición democrática, en la que los componentes del aparato de dicho partido, han favorecido con sus actuaciones al neoliberalismo que desde la última crisis económica, ha acarreando la pérdida de derechos conquistados por los trabajadores a lo largo de su reciente historia, debido en gran medida a las concesiones hechas por el aparato del PSOE, a las clases medias herederas de sumas dinerarias discretas depositadas en bancos, que viviendo de su trabajo votando al PP, por sentirse a gusto con el capital heredado, que no forma parte de sus prioridades. Si bien las numerosas leyes que trajeron en España el Estado del Bienestar, han sido promulgadas por el PSOE, dicho partido ha sido incapaz de emitir el mensaje crucial que acaba de proclamar Podemos, consistente en la denuncia palmaria de que el 10% de los votantes beneficiarios de los gobiernos del PP, consigan la mayoría absoluta en la última legislatura española, que les ha permitido revertir los beneficios de la crisis a favor de unos pocos, mientras que los trabajadores de nuestro país, que han tenido el mayor expolio de los derechos y beneficios conseguidos con tanto esfuerzo y sacrificio mediante sus aportaciones a la sociedad, no hayan sido capaces de unirse en defensa de sus legítimos intereses, con el peso de los votos izquierdistas para legislar a favor de los trabajadores, como se ha hecho en Andalucía.

En la actual coyuntura española en la que la mayoría absoluta del PP, ha conseguido revertir los beneficios conseguidos por los trabajadores mediante decretos ley, como han sido la última remesa que afecta a la friolera de 25 leyes, además de las emitidas mediante su mayoría absoluta, mantenida con férrea disciplina de partido, en que no ha aparecido la menor deserción con representación parlamentaria desde la fundación de dicho partido por Fraga tras la caída de la UCD con Suárez. Los nuevos candidatos a la Secretaría General del PSOE, no parecen proclives a tender la mano a los partidos de izquierda beneficiados por las últimas elecciones europeas, que denunciaron los daños causados por el PP a los trabajadores en su última legislatura, consecuencia de la crisis económica contraída por las instituciones de crédito mediante la burbuja inmobiliaria especulativa, que hemos tenido que asumir todos los españoles con la deuda soberana que será difícil saldar, en la que los paganos serán los de siempre. Ciertamente que la burbuja inmobiliaria estalló en las manos de un gobierno del PSOE, justificando con una severa autocrítica de sus actuaciones pasadas en las que consintieron actuaciones que han mantenido a los trabajadores bajo la férula del capital su enemigo natural, so pretexto de favorecer a clases medias que han sido también severamente castigadas por la crisis, por pertenecer a la clase trabajadora.

Otra faceta crucial a la que tendrá que atender un partido de izquierdas es a la abismal diferencia de percepciones a que ha llegado el capitalismo mundial y español mediante las finanzas especulativas, a las que se le atribuyen recursos suficientes para comprar todo lo que tiene un precio, que rima como diría el poeta, con el dicho popular de que todo tiene un precio, es decir que el sistema capitalista actual podría hacerse con todo lo existente en el mundo, si bien, ellos se sustentan con los aportes generados por los trabajadores, asignando tal condición a cuantos contribuyen con su óbolo al sostén de la sociedad. Simplificando, se podría tomar dos clases políticas opuestas: el capitalismo que es saprofita de la otra: el trabajo, que mediante la especulación dineraria que no es productiva de bienes tangibles, mientras que la otra: el trabajo toma a su cargo todas las necesidades y obligaciones del cuerpo social humano. Si el capital, puesto al servicio de los gobiernos de los pueblos, para suplir las necesidades perentorias de las personas, podría desarrollar las mismas funciones a las que atiende en la actualidad, sin que sus beneficios redundaran en beneficio de unos pocos cifrados en el 10%, para que lo fuera para la mayoría de las personas, el 90% restante.

El PSOE, que hasta aquí ha formado parte de uno de los dos partidos gobernantes de nuestro país, cuya alma se declara de izquierda y en sus mandatos gubernamentales actuó con aparatos afines a la derecha, por la influencia alcanzada por el liberalismo en el mundo occidental, del que se están viendo sus resultados con las crisis económicas cíclicas, que tanto perjudican a las masas trabajadoras que son mayoritarias aparte de ser las fuentes prístinas de la producción y los servicios, que la modernidad ha puesto al servicio de las personas para darles un buen vivir, hurtado por los herederos de las castas, que durante el transcurso de la historia pretérita de la humanidad tuvieron el privilegio de gobernar los poderosos que eran muy pocos, en detrimento de mayorías sometidas a la miseria más espantosa por carencia de los medios de que hoy provee la inteligencia a las nuevas generaciones, que dependerán de la buena administración de los recursos para dar a todos un buen vivir, alejado de lo que permite el capitalismo que mantiene en pocas manos lo que correspondería disfrutar a la generalidad. Van apareciendo ejemplos de los que tomar ejemplo de prosperidad mejor repartida como corresponde a políticas que han hecho tabla rasa de una tradición y costumbres arrastradas por inercias y rituales que hacen presa en espíritus impregnados de rutinas caciquiles difíciles de desterrar. La luz que surge del aprendizaje desde la infancia con el uso de los instrumentos que difunden las verdades que harán cada vez más difícil la ocultación de los hechos con la profusión de medios sectarios de difusión-persuasión movidos por intereses bastardos, que tanto se prodigan en el entorno capitalista y que tanto arraigo han tomado por el brillo que sigue teniendo el vil metal.