Paralización de la Ley del aborto

En el curso de la presente legislatura, el PP con su mayoría absoluta, ha aprobado cantidad de leyes todas ellas favorables a los intereses de los poderosos de siempre, consecuentemente nocivas para los trabajadores, que a pesar de contar con la mayaría de votos en razón de sus intereses, permitieron que su enemigo socio-económico les expoliara de los derechos adquiridos en anteriores legislaturas, mediante los cuatro años de gobierno inamovible que permite la constitución, a pesar de que exista una protesta mayoritaria del pueblo en la calle.

Se ha dicho que la ley del aborto elaborada por Gallardón era la más ideológica de cuantas han sido aprobadas por el PP, por incidir en la libertad de las mujeres. Las demás, han tenido efectos económicos de considerable repercusión en las familias en que ninguno de sus miembros tiene trabajo y no recibe ninguna ayuda por parte del Gobierno y si viene al caso que puedan ser desahuciados de su casa por el banco que la mantiene desocupada, a pesar de lo que dice la Constitución sobre el derecho al trabajo y a la vivienda. Creemos que esto tiene también efectos ideológicos.

Pero vayamos a la ley del aborto: desde tiempo inmemorial, los llamados poderes fácticos: dinero, ejército y religión siempre estuvieron interesados en el fomento de la natalidad especialmente de varones para atender a las necesidades bélicas. Recientemente, durante la dictadura fascista en nuestro país, se hacía publicidad de las familias numerosas, mediante premios en metálico e incluso películas, que exaltaban las virtudes de las familias con muchos hijos, con el Caudillo, (que tuvo una sola hija), apareciendo en los actos en los que los beneficiados eran halagados, para darles la mayor solemnidad y reconocimiento.

Puesto que siguen presentes los tics caciquiles en los comportamientos y las convicciones de la gente mayor, especialmente en la España profunda, donde la población rural sigue huérfana del elíxir modernizador de la cultura, se siguen manteniendo en la creencia que solo los ilustrados, que han tenido los recursos suficientes para tener la inteligencia que proporciona un título universitario, tienen la facultad de dirigir a los pueblos. Estas poblaciones envejecidas física e intelectualmente, disfrutan en España del privilegio de que su voto vale más que el de los que habitan en las grandes urbes. De aquí se deriva, de que en los pequeños pueblos carentes de parejas jóvenes que procreen, en ausencia de nueva savia vital se carece de los estímulos necesarios para alcanzar los beneficios que proporciona la vida moderna.

El descontrol de nacimientos que tiene lugar en los países del tercer mundo, es la causa de numerosos problemas para países situados en el sur de Europa que se encuentran en las rutas de acceso por mar para acceder a la Unión Europea, que representan un paraíso con respecto a sus países africanos de origen, representan un problema de asimilación para países, que encontraron la fórmula de mantener su demografía fiscalizada dentro de límites admisibles, al tiempo que en la mayoría de los países del tercer mundo, la natalidad está fuera del control de los responsables, encargados de velar que las poblaciones humanas no sobrepasen los límites que alteren las constantes ecológicas admisibles para el planeta que nos acoge. La humanidad cuenta con los recursos necesarios para auspiciar fórmulas de racionalización demográfica, que han sido aplicadas mediante incentivos, incentivos atractivos para cada condición humana dada, por ejemplo Indira Ghandi, propuso dar regalos a las mujeres que engendraban menos hijos.

Ateniéndonos a lo que nos ocupa en este artículo, la extrema derecha se dice que es la mayor defensora de la restricción del aborto eliminando el recurso de hacerlo dentro de los plazos adoptados por la ley de plazos actual aplicada en la mayoría de los países de nuestra órbita. La Iglesia católica, representa el mayor apoyo al proyecto de ley Gallardón, que rechazan las encuestas de la mayoría de españoles, es por lo que el PP la ha paralizado por razones electorales, cuando es mucho más crucial para el conjunto de la humanidad conseguir el grado de estabilidad demográfica que se necesita, para mantener las constantes ecológicas, que están siendo gravemente alteradas por el volumen del factor humano, que es determinante, para el racional equilibrio planetario.