26 agosto 2014

Sentimientos bucólicos

Instalados en pleno campo, rodeados de amplias extensiones de verdor exuberante, sin que la menor obligación demande la atención física y/o mental, distraigan el simple discurrir vegetativo de los organismos vivos que nos circundan, como son aves de distintos plumajes, insectos, y sus depredadores, los reptiles y las golondrinas. Constituyen especial aspecto los centenares de cigüeñas que acuden a los campos recién regados, para alimentarse de los insectos que emergen de la tierra cuando el manto de agua la inunda, lo que aprovechan las cigüeñas para su nutrición.

La madre tierra, en verano, presenta la eclosión de crecimiento acelerado de sus plantas y la madurez de sus frutos, que colman de alimentos para el sustento humano, que en un pasado reciente requería del esfuerzo físico de los artífices del milagro: los agricultores, que dedicados de sol a sol todos los días del año, ofrecían su sudor y sacrificio al altar primario de la alimentación, con los pies asentados en la tierra a lo largo de los siglos, sin otros avatares que no fueran echar raíces en sus reductos rurales en la proporción rayana en el 80% de la población en los países atrasados en los que el músculo tuvo que sustituir a las neuronas por imperativo vital.

Aún hoy, algunos nostálgicos añoran paraísos bucólicos del pasado, del que quedamos testigos vivientes, que podemos dar testimonio de que los pueblos salpicaban los territorios, para atender los cultivos que no podían estar a más de dos horas perdidas de la jornada de trabajo para llegar y regresar de la finca a cultivar, al paso del burro o de la yunta de bueyes, con sus velocidades de tres o cuatro kilómetros a la hora. En los pequeños pueblos actuales vegetan viejecitos, que reciben la visita de fin de semana de parientes y vecinos para consuelo de los últimos residentes, que a falta de niños no podrán tener continuidad.

Actualmente la mecanización y la racionalización de los cultivos se permite que con el 6% de efectivos dedicados a la agricultura en países como el nuestro, con buenas condiciones climáticas, se puedan exportar frutas y verduras, que como acabamos de tener noticia, ingresaban a las arcas nacionales sustantivos beneficios procedentes de países tan lejanos como Rusia. Lo que demuestra que la sustitución del músculo por las neuronas, representa que las sociedades modernas han hecho mayores aportes a la economía de los pueblos y sus habitantes, que el sacrificio denodado de los esclavos del terruño, sujetos a las ingratas condiciones de vida, previas a la eclosión de beneficios materiales aportados en el último siglo, por la tecno-ciencia, que ha transformado los parámetros estructurales de la obtención de metas y aspiraciones humanas, sentidas por los moradores del llamado primer mundo; realidades tangibles, de las que solo gozaron los pocos poderosos que regían los países en los tiempos pretéritos.

Las transformaciones alcanzadas en innumerables órdenes de la vida de las personas, ha sido tan fulminante y espectacular, que volver la vista atrás para observar el desarrollo de nuestras actuaciones cotidianas, sin contar con los medios de que disponemos, sería como regresar a las catacumbas de una antigüedad remota, puesto que todo lo que forma parte de nuestra vida presente, ha tenido su eclosión en el último siglo transcurrido, desde el uso de las energías modernas, a los medios de producción, información, racionalización de las producciones por especialidades y el diálogo erigido en la sociedad mundial para dirimir litigios y confrontaciones con acuerdos civilizados.

Es posible que para muchos los medios de que se dispone, no consigan la plenitud de resultados que se esperan de ellos, pero que sientan las bases teóricas y prácticas, para que se puedan alcanzar las metas a las que van encaminados mediante el consenso, que pre-condiciona el acuerdo entre instituciones multinacionales de las que forman parte personas bien formadas, con conocimiento de las materias que tienen encomendadas, mediante actuaciones acreditadas en su ADN político, al que solo se puede acceder por la vía de la elección democrática, formando parte de los think tanks, del último escalón de cada país que ofrezcan el máximo prestigio en el manejo de la diplomacia globalizada.

Es cierto que la perfección en la resolución de los problemas mundiales, además de contar con las garantías que pueda ofrecer una altura de miras suprema, a través de los organismos multinacionales, que están obligados a cumplir tan delicado y trascendental cometido, las relaciones que generan los contactos de todo tipo entre países, que serán la garantía del entendimiento recíproca entre países y personas.