19 agosto 2014

Sugerencia para Podemos

A muchos retrógrados les ha escandalizado, que PODEMOS, aportara en su discurso, los términos “casta” y “eliminación de la deuda externa,” términos, que son tabú para la derecha pura y dura que nos hemos dado los españoles en la última legislatura, que con su mayoría absoluta, han legislado en solitario sin el apoyo de ninguno de los restantes partidos políticos del parlamento, para expropiarnos a los demás habitantes de nuestro país del cúmulo de derechos adquiridos con sangre, sudor y lágrimas, con la conquista de la democracia con dos siglos de retraso, respecto de los países europeos.

En efecto, las pérdidas de derechos sufridas por los trabajadores españoles, en los dos años y medio transcurrido desde que el PP legisla contra el clamor de la calle y las encuestas, hechos que contradicen la eficiencia de las elecciones democráticas cada cuatro años, sin que existiera manifestación alguna que aportara el menor aliento de aire nuevo al discurrir del quehacer político hasta que las elecciones europeas han permitido a la novedosa iniciativa de PODEMOS, manifestar las inquietudes sentidas por mayorías de españoles, que no dispusieron de los cauces idóneos para exponer sin complejos el sombrío panorama a que conduce el neoliberalismo para los desposeídos.

A pesar de los exhigüos medios publicitarios con los que contaron PODEMOS, y el corto espacio de tiempo de que dispusieron hasta las elecciones europeas, obtuvieron un buen resultado mejorado en la últimas encuestas, efectuadas por un organismo oficial, les sitúan en el tercer puesto, detrás de los dos partidos llamados mayoritarios que han gobernado nuestro país, desde la transición democrática.

Constatado que el neoliberalismo actual, dominante en países de tradición demócrata, representados por los EE.UU. la Unión Europea,.. han expoliado a los trabajadores, que son en su más amplia expresión, los verdaderos artífices del progreso de los pueblos, a los miembros que aportan su contribución en beneficio de la colectividad humana, en contraste con lo que sucede con los poderosos de siempre, que se valen de medios espurios como son la herencia de capitales y prebendas, transmitidas a través de generaciones mediante el fomento de la ignorancia de las mayorías, con lo que se permitían que la escasez de medios disponibles existentes en el pasado, fuera monopolizado por los poderosos, que hoy ha sido transferido a los poseedores del capital especulativo, que manipulado por los bancos, Wall Street y La City, unidos en grandes lobbies que son los proveedores del dinero, que es el combustible que mueve la máquina del progreso. Si se atribuye al capital, la función orgánica por antonomasia que contribuye al progreso, la posesión del mismo, racionalmente debe ser transferida a las respectivas sociedades comunales como son los gobiernos para su administración para que el recurso por antonomasia sea empleado en beneficio de todos, en lugar de favorecer al 1% de la población como se dice ahora, desmintiendo nada menos que la esencia del principio democrático: de una persona un voto.

El progreso experimentado en todos los órdenes de la vida de las personas, no ha tenido traducción en aspectos estructurales de incidencia tan directa como es la organización de aspectos tan fundamentales como son: las atribuciones conferidas a la herencia, y a la función preferentemente especulativa de las entidades financieras, que con el manejo de los capitales en manos de selectas élites agrupadas de lobbys de presión, que en los medios de información sugestión están en su gran mayoría bajo la égida del dinero, defendiendo los privilegios de los poderosos de siempre, que se han valido: de la codicia, de la ignorancia y de los ejércitos, para someter a los pueblos. La civilización tecno-científica ha puesto a las neuronas en situación de privilegio sobre el músculo, en multitud de aspectos directamente relacionados con aplicaciones físicas de la vida de las personas, sin embargo en aspectos anímicos como son: la posesión del dinero, de las armas, de la cultura, el gobierno de los pueblos,.. siguen actualmente en posesión de los poderosos, que PODEMOS ha puesto por primera vez en cuestión denunciando: las castas, corrupción institucionalizada y la eliminación de la deuda externa, como aspectos claves de los comportamientos que hay que desterrar de las sociedades que aspiren a la racionalidad que aportan la civilización y el progreso, a las sociedades que alcanzan cotas de acomodo espiritual de las conciencias democráticas con las administraciones colectivas de los pueblos.

Es lógico que las adherencias milenarias que conforman a los individuos con hábitos que nos han precedido, constituyan un lastre de difícil eliminación por los colectivos informados por tantos testimonios dejados por la huella histórica, de la que por efecto de la cultura, son más conocidos hoy que en cualquier otro período precedente, por lo que solo mediante revoluciones drásticas, es posible alcanzar cambios estructurales que introduzcan revulsivos radicales en los comportamientos colectivos como son los efectos que producen; el dinero, las armas, y la gobernación de los pueblos. Utopías como la expuesta más arriba son difíciles de poner a la práctica, cuando los obstáculos que se oponen a su aplicación son tan poderosos como el poder omnímodo que nos ha precedido por espacio de milenios desde la aparición del homo sapiens, consecuencia de limitación de recursos reales existentes en la naturaleza, a imitación de los restantes seres vivos, que se han valido de recursos irracionales para imposición a sus congéneres: por medio de la fuerza, la astucia,..u otras condiciones para su prevalencia sobre sus congéneres, para sacar partido a la supervivencia hoy en día suplidas por la difusión del conocimiento a través del éter, a imitación del aire que respiramos, que con la rapidez que se propagan los acontecimientos actualmente, es de suponer que la racionalidad de los comportamientos tome carta de naturaleza más pronto que tarde, y que las nuevas generaciones que nos sucedan, puedan gozar de condiciones más acordes con el bienestar general: tanto físico como conceptual, que hagan tabla rasa de las injusticia prevalente aún en nuestros días, de los poderosos sobre los más débiles.