19 agosto 2014

Nuevo sistema bancario

El neocapitalismo vigente en los países que hasta la crisis económica actual, han sido regidos por los poderosos de siempre, por imperativo de la escasez de medios con los que se contaba antes de la eclosión tecnológica, que ha permitido multiplicar por “X” las producciones de todos los ítems demandados por el crecimiento proporcionado de consumidores que ha pasado en el transcurso del último siglo, de 2000 a 7000 millones de habitantes que acoge el planeta Tierra, en la actualidad.

La inercia adquirida en los comportamientos humanos en el tiempo transcurrido, dejan huella indeleble en las sucesivas generaciones de personas afectadas por los cambios, que solo mediante revoluciones sustantivas, y/o adaptaciones paulatinas a las nuevas pautas de comportamiento a que inducen las circunstancias de cada momento, en que cambian los hábitos consuetudinarios de actuación de las personas. Tras las dos guerras mundiales que tuvieron lugar en el siglo XX, en que la resolución de última instancia fue la utilización del ingenio nuclear, cuyas consecuencias en caso de guerra total, podría conducir a la extinción de la vida sobre el planeta Tierra, habida cuenta de las existencias de dichos ingenios con las que cuentan los grandes países, el riesgo que correría la humanidad con el recurso a tal deflagración, sería de suicidio total.

Simultáneamente al potencial destructivo, la tecno-ciencia, ha experimentado un crecimiento espectacular de todos los ítems demandados por los humanos, para dar satisfacción a sus: apetencias, deseos, necesidades,…en función de la disposición de medios que lógicamente tiene sus límites, condición por la cual, habrá que tener en cuenta la densidad demográfica que podrá soportar el planeta Tierra que nos acoge y la capacidad de recursos finitos de que dispondrá el mismo para proporcionar los bienes que demanda dicha población, así como, la conservación de las constantes ecológicas que toleren el desarrollo armónico del solar que acoge a toda la humanidad.

Las polarizaciones que han tenido lugar entre los humanos, en el devenir de la historia hasta nuestros días, acordes a conductas propias de la naturaleza que obedecen a las fuerzas telúricas espontáneas que no obedecen a cánones establecidos, que tanto benefician como perjudican a intereses de parte, mientras que los humanos, procuran arrimar el ascua a la sardina de su interés personal, en detrimento del interés común, que mediante la ilustración de las conciencias, se podría llegar a una aproximación de tal desiderata una vez superado el estadio de pobreza de medios que la tecno-ciencia es susceptible de alcanzar, procurando un mínimo de buen vivir para todos, dejando lo demás para el disfrute del libre albedrío, dentro de normas establecidas por derecho.

Hoy persiste una casta opresora formada por los que cuentan con capital especulativo heredado, que les confiere prestigio social para acceder a puestos de responsabilidad y mando, que han sido vedados a quienes por méritos propios no han podido acceder a la formación requerida que otros adquieren a través de influencias. Habrá que otorgar a todos las mismas oportunidades para su formación, que serán el instrumento por antonomasia para hacer de los humanos entes racionales para la eliminación de las polarizaciones que al tiempo que benefician a unos perjudican a otros, al prescindir de la racionalidad de comportamientos, que se degeneran por intereses contrapuestos.

La función capital a desarrollar por una sociedad civilizada en términos de intrínseca racionalidad humana, tendrá que ser implementada mediante la dedicación de los mejor capacitados por selección de méritos reales adquiridos, serán dedicados a la formación y enseñanza de cuantas materias, hagan objeto de una selección exhaustiva, como han adoptados en Finlandia, donde los mejor calificados en sus curriculae de educación primaria y secundaria, eligen como carrera la educación alcanzando con ello dicho país la primacía de la calificación PRISA.

El segundo escalón de preferencias para alcanzar cotas civilizatorias homologables, irá en el sentido de que los bancos, que dicen que son los mayores artífices del progreso, al promocionar las industrias que lideran el progreso material de los países, tendrán que nacionalizarse al ser admitido que la globalización como hecho irreversible, será fomentada por los contactos que permiten las comunicaciones de todo tipo, el mundo se basará en los intercambios, fuente de los beneficios recíprocos entre países, como han puesto últimamente los cinco países BRICS, que por su extensión territorial y demográfica, han hecho un primer intento de utilizar una moneda común mediante un banco que complemente al dólar como moneda internacional.

Los dos mayores factores coadyuvantes de las polarizaciones humanas son las guerras y la codicia que conducen a comportamientos aberrantes causantes de muerte, destrucción y situaciones de extrema irracionalidad como lo demuestra el caso Pujol de plena actualidad, donde la codicia por retener una herencia durante más de treinta años, ha desbaratado toda una vida de méritos alcanzados en la dirección de un país que otorgó a su más preclaro prohombre, el título de muy honorable Señor, como un precedente superador de otros títulos adquiridos por méritos propios. Supongamos que otros grandes personajes que han hecho grandes servicios a la humanidad tengan que ser apartados de la historia por tan ruines motivos como pueda ser la codicia, un acto de rapiña indigno, que desmerezca los méritos de toda una vida, da la medida de lo perjudicial que puede llegar a ser la innoble entidad que ha sido atribuida al dinero en el contexto actual en que tantas personas hayan incurrido en la corrupción vicio generalizado a juzgar por la proliferación de casos inmersos en ella.