Apuntes que sugieren paradigmas de futuro

En los nuevos tiempos, conviene hacer uso de los instrumentos disponibles para afrontar los problemas que requieren ser solucionados. Las estructuras burocráticas institucionales de los países de larga tradición democrática están lastradas por: intereses creados, subjetivismos arraigados, prejuicios de todo tipo, que expresan tal maraña de criterios dispares, que complican hasta extremos surrealistas la acción legislativa-ejecutiva de las administraciones públicas, máxime, cuando hay que aunar intereses territoriales, con políticas de ámbito internacional.

Alfredo Toro Hardy, ex embajador venezolano en USA, y por lo visto, conocedor de las deliberaciones y procedimientos asignados a los poderes legislativos y ejecutivo de dicho país, ha hecho una profunda exégesis del intrincado mundo de intereses que se dilucidan entre el Capitolio y la Casa Blanca, llegando a la conclusión que las promesas de cambio anunciadas por Obama, solo podrán tener salida, si la convulsa situación económica actual le permite sortear los obstáculos burocráticos en vigor, para poder desarrollar el viraje ideológico expuesto en su programa electoral.

En nuestra vida cotidiana somos testigos de la cantidad de artilugios empleados en los hogares que van quedando obsoletos y sustituidos por los de nueva aparición, sobre todo en lo que atañe a las nuevas tecnologías. Por el contrario, las administraciones más retrógradas, como ha sido en España la administración de justicia, que ha dado una imagen deplorable al no saber utilizar el instrumental moderno del que ha hecho un uso eficiente, por ejemplo: la Hacienda Pública, que ha sustituido la burocracia por magnitudes cuantitativas que no admiten refutación, símbolos del progreso.

Los EE. UU. que han sido los inventores de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) entre otros muchísimos aportes a la modernidad, sin haber logrado liberarse del lastre de la burocracia, palabra de significado peyorativo por las tretas que secularmente le han sido imputadas, en los tejemanejes gubernamentales de los que han sido víctimas los no iniciados. Hoy, aplicando los TIC en sus virtualidades potenciales, será posible eludir dos magnitudes míticas, como han sido el espacio y el tiempo: en un “pendrive” caben todos los libros de la Biblioteca del Congreso y el tiempo para que llegue un mensaje a las antípodas, es un instante. Con estos mimbres se podrá simplificar la gobernación de los pueblos:

A) Haciendo la valoración objetiva del potencial humano mediante su currículo, se podrán asignar cometidos específicos a desarrollar por los más idóneos.
B) Conformar equipos de Think Tanks para la gestión de las áreas administrativas aplicando el método científico, será más operativo para alcanzar la eficiencia.
C) Los gobiernos tendrán que asumir las atribuciones, que permitan administrar los recursos cruciales, que aseguren las necesidades de sus administrados.
D) La función democrática podrá ser ejercitada por los interesados en la política por medio de la discusión y resolución viva de los problemas, cuando surgen.
E) Los poderosos medios TIC juntamente con técnicas demoscópicas afirmadas incentivarán el debate público de los temas, orientados a alcanzar consensos.
F) Tertulias radiofónicas, televisivas, blogs, crónicas periodísticas, asambleas, congresos y la parafernalia comunicativa en general, permitirán ejercitar la democracia participativa, por los motivados para los temas que se susciten.
G) El scaneado de las opiniones vertidas por los participantes en todas las reuniones deliberantes de los temas a debate a través de Internet, constituirá a futuro, un mejor ejercicio de las libertades formales, que las elecciones clásicas
H) Eliminar las diferencias abismales consecuentes con la dinámica capitalista, tendrá que ser un tema resuelto a la mayor brevedad, para alcanzar mayores cotas de armonía, paz social, y solidaridad, en el planeta.
I) Repensar el futuro, será la tarea más estimulante y apasionante de cuantas le son permitidas al pensamiento, que es el más rentable de los yacimientos con que cuenta la humanidad ilustrada, para alcanzar la excelencia.
J) ¿ Todavía no has cambiado de paradigma, ¿ Pregunta Edward de Bono, prestigioso experto mundial en técnicas del pensamiento moderno, que afirma que lo que Vd. crea es el resultado de lo que Vd. cree.
Los distintos pueblos que han dejado huella en la historia, desde la antigua Grecia que nos legó el vocablo, han experimentado “catarsis”, consecuencia de las cuales se han producido los grandes virajes que han marcado los hitos o saltos cualitativos que caracterizan las diferentes eras o etapas históricas. La coyuntura que abre la grave crisis actual, será el gran revulsivo para un cambio de era o etapa histórica. Sería inconcebible que el expolio llevado a cabo, por tantos ladrones de guante blanco, que además de haber despilfarrado los ahorros de tantos titulares de valores financieros, cuando en tiempos no tan remotos, la acumulación de lo que llamaban bienes raíces: terrenos agrícolas, viviendas, instalaciones artesanales... requerían: sudor, esfuerzo, sacrificios, austeridad espartana... durante generaciones para constituir un patrimonio, que era la razón de ser de la vida de nuestros antepasados, para legar y asegurar el futuro de sus descendencias, cuando las desgracias bíblicas, representadas por las plagas de Egipto fueron la espada de Damocles, que amenazaban con: sequías, hambrunas, epidemias, catástrofes atmosféricas, etc.. imposibles de prever y combatir accidentes que el disfrute actual de los nuevos paradigmas han resuelto y/o minimizado en gran medida por los beneficiarios del progreso del que hoy se disfruta en los países avanzados. De aquí que, no constituya hoy ningún drama las pérdidas patrimoniales de los impositores y accionistas financieros. Las víctimas reales de las convulsiones económico-financiero son los de abajo, los que pierden el puesto de trabajo que constituye el sustento diario de sus familias. El puesto de trabajo tendrá que ser garantizado por gobiernos responsables; es incoherente dejar al albur del capital, de los empresarios la subsistencia a mayorías de ciudadanos asalariados que forman parte, de sociedades modernas: igualitarias, (si bien moduladas por matices meritocráticos para despertar incentivos), armoniosas, civilizadas, justas y solidarias.