25 mayo 2010

Educación

Me permito hacer algunas anotaciones sobre un tema tan comprometido como es la educación, por haber recibido un encargo informal para manifestarme al respecto. Precisamente soy el menos indicado para tomar partido por una materia de la que he sido desposeído, al coincidir en plena guerra civil mi edad de formación en un pequeño pueblo.
No obstante los blocs permiten efectuar incursiones a quienes no incurrimos en la menor responsabilidad al manifestarnos sobre cualquier asunto

Partiendo de las primeras nociones de la educación, impartidas en el ágora griega, por los filósofos: Sócrates, Platón, Aristóteles…, solamente para los hombres libres, que eran exiguas minorías, que tuvieron continuidad en el imperio romano, con el senado y otras instituciones difusoras de cultura siempre constreñida a las clases poderosas de dichos países.
Otra cultura, de la que no se tiene mucha información, que tuvo su asiento en el extremo oriente asiático: llamado El Imperio del Centro, donde existió un personaje contemporáneo de los filósofos griegos antes citados: Confucio, cuya doctrina difundida por sus discípulos hasta nuestros días, consistente en aplicación de la bonhomía, la armonía, exaltando la meritocracia para la dirección de los asuntos, que dieron lugar a la civilización más avanzada de la época, alumbrando los inventos más importantes de la antigüedad, que se solo se conocieron en Occidente, varios siglos después a través de la ruta de la seda.

En Europa la revolución industrial auspiciada por los enciclopedistas que siguiendo la huella de Locke, desbloquearon el dique impuesto al pensamiento por la época negra medieval que sumió a la imaginación humana en los abismos insondables del oscurantismo con el diálogo con Dios que todo lo fiaban para después de la muerte, de lo que nadie ha podido dar noticia como es público y notorio, con la evidencia de que nadie ha vuelto de allí para dar noticia. El tiempo perdido en elucubraciones teológicas, que aún siguen manteniendo mentes brillantes enfrascadas en despropósitos que restan: potencial, ímpetu, entusiasmo, tiempo, medios,.. en desarrollar acciones positivas, vitalmente necesarias para la difusión de la educación, que es la sangre y sabia del pensamiento humano que requiere del aporte de los mejores a través del expediente supremo de que se han valido todas las generaciones precedentes, que ha sido la entrega del testigo del conocimiento en cada estadio de las administraciones a través de la cátedra, con ejemplo deontológico, en los comportamientos de los enseñantes.

Además del impulso impreso por la Ilustración, en el pensamiento filosófico- político, hay que alabar los servicios prestados por la educación en el orden material para la producción de bienes y servicios aportados por la investigación tecno-científica que ha propiciado la superación de las limitaciones humanas en términos: de producción de alimentos, del confort para mitigar las inclemencias atmosféricas, produciendo objetos que contribuyen hacer la vida grata, a la atenuación de sacrificios físicos que asume la máquina, y recientemente el inconmensurable aporte hecho por Europa con el Estado del Bienestar que ha prestado a sus habitantes, servicios tan cruciales como: educación, sanidad, protección a la vejez, al paro, a los necesitados de asistencia, a la seguridad, y a un cúmulo de protecciones desconocidas precedentemente.

No obstante el caleidoscopio de beneficios aportados por la modernidad, citados en el punto anterior, Europa en este momento no es jauja, con la crisis endémica que atravesamos que según algunos pensadores puede ser una buena crisis para salir del circulo vicioso a que ha conducido la codicia de unos pocos que han monopolizado los beneficios comunitarios por influjo del factor más influyente que rige los destinos del mundo actual que es el dinero, en detrimento del real tesoro del género humano que es la educación que nutre al pensamiento con instrumentos capaces de proporcionar la desiderata de la felicidad, que si bien es un concepto: sensorial, inaprensible, sutil, experimentado por cada sujeto afectado por efluvios espirituales, propios, intransferibles, comparable a los ideales de las personas que persiguen un horizonte siempre lejano que de la satisfacción completa: la felicidad.

La educación es el motor del progreso, que en sus infinitas acepciones, proporciona el instrumento conceptual que desarrollan las conciencias para que puedan ejercitar, poniendo en práctica el potencial inconmensurable del pensamiento humano, para bien general, siendo las comunidades humanas en su función jurisdiccional suprema, las que cuentan con el instrumental requerido para modularlas colectivamente mediante los recursos con los que cuenta para efectuar la selección objetiva de los mejores con ayuda de los TIC (que han minimizado el tiempo y el espacio, conceptos antes inabarcables) poniendo a disposición de los tribunales examinadores expedientes completos, que permiten efectuar la selección de los mejores sabio-éticos para que asuman los puestos de mayor responsabilidad formando think-tanks, que unidos en red entre ellos por Internet, asumirán la generalidad de las funciones, que actualmente desarrollan: gobiernos, empresas, finanzas, judicaturas, así como la multitud de funciones que atienden las sociedades modernas, con el concurso del personal meritocráticamente seleccionado que reúne las condiciones idóneas para el desempeño de cada función específica.

Contando con los más capacitados para el desempeño de cada cometido, la promoción en el escalafón laboral de los puestos de mayor responsabilidad, será en función del desempeño que haga cada agente fiscalizado por los más directamente afectados, como serán por ejemplo los trabajadores de una fábrica o de cualquier centro de actividad estarán facultados para ejercitar la democracia directa, interviniendo en la marcha de los asuntos por los que estén interesados, mediante la exposición de sus opiniones a través de Internet y/o en asambleas, con la aportación de su voto en las resoluciones de los asuntos importantes.
De las designaciones de los órganos locales y departamentales, surgirán los candidatos para los estadios superiores de la administración, hasta la cámara donde se resuelven las más altas instancias, de eventuales litigios que puedan surgir en sociedades donde la tradición asentada en buenas costumbres afianzada por comportamientos que la tradición ha impregnando los genes de sus componentes con virtudes emanadas desde la más remota antigüedad, por consejeros justos que han promocionado buenas prácticas ejercitadas y consolidadas en el tiempo que aseguren la armonía en las relaciones sociales, para satisfacción general.