28 febrero 2011

El factor demográfico

De entre los diferentes enfoques aportados por los media a los movimientos surgidos en varios países de la cornisa sur del mediterráneo africano, encontramos a faltar la incidencia que puede tener en los mismos el factor demográfico, aparte el haber resaltado la gran participación de los jóvenes sin trabajo que dieron especial dinamismo a las consignas verbalizadas, exhibición de pancartas y muy especialmente en los mensajes que circularon a través de la red utilizados preferentemente por los jóvenes.
Históricamente el factor demográfico ha sido crucial en el devenir de los acontecimientos mundiales, al punto que la Iglesia, en los siglos de su absoluta hegemonía europea, llegó a negar el privilegio de tener alma a las mujeres, porque no aportaban su servicio a los ejércitos que en tiempos de los Borgias, la superioridad militar vaticana fue una de sus bazas para la dominación del continente europeo. Sucesivamente, en los tiempos pasados, se siguió magnificando la condición varonil por los servicios prestados a las guerras de conquistas que tuvieron continuidad con el colonialismo, oficios o servicios desempeñados exclusivamente por hombres, por lo que la mujer fue relegada al cuidado del hogar y a proporcionar la materia prima para satisfacer las ambiciones de la otra mitad de la sociedad: (parir hombres). En España , hasta el advenimiento de la democracia la mujer estuvo relegada en gran parte de derechos legales, mientras en las últimas décadas ha demostrado tener mejores notas que los hombres en asimilación de conocimientos, que constituyen la mayor reserva de recursos con que cuenta la humanidad.
La demografía, ha sido dejada a su libre albedrío, cuando su incidencia socio-político-económica es crucial en el desarrollo de los pueblos. Bastaría tomar ejemplo de la incidencia que ha tenido en dos pueblos vecinos en el transcurso de las tres últimas de décadas el factor demográfíco: China partía con una población de 1300 millones habitantes, cuando decretó la ley de “una familia un hijo”, lo que le ha permitido dejar a salvo de la pobreza a centenares de millones de sus ciudadanos manteniendo su población sin variación en dicho período de tiempo, en el que, el crecimiento del PIB ha sido de dos dígitos anuales, mientras que su vecina la India, partiendo de una población de 500 millones de habitantes y teniendo crecimientos económicos similares a los de China, no ha conseguido disminuir la pobreza de sus naturales, al haber doblado su población, pasando: de 500 a 1000 millones de habitantes, en el mismo período de tiempo.
El anterior ejemplo, pone de relieve que existen distintas formas de acometer el problema de la superpoblación, condicionado a múltiples factores aportados por la modernidad tales como: la rechazo de las guerras por la ONU, los avances en las expectativas de vida debidas a: vacunas, prótesis, transplantes, sanidad, higiene, alimentación más abundante y sana el empleo de anticonceptivos, incentivos económicos para modular la natalidad a cuotas convenidas y la educación generalizada, que es un factor crucial para alcanzar los objetivos programados. Los anteriores condicionantes se dan en los países avanzados, mientras que el tercer mundo donde se origina el boom demográfico, no se dan las condiciones anteriores, es por lo que deberán disponerse de otros medios que estén al alcance de los pobres como podría ser la disponibilidad gratuita de preservativos como medida profiláctica y píldoras de después del coito, siempre a mano en cualquier lugar y momento, asegurándose que no suponga el menor dispendio, sacrificio, ni demora, el poder el disponer de los mismos. Laboratorios indios han suministrado específicos contra el sida a precios irrisorios. La ONU debería subvenir los gastos para proporcionar los elementos antes apuntados, por ser decisivos para el bien de la humanidad.
El mundo desarrollado ha aplicado cauces eficaces para racionalizar la demografía, factor de crucial incidencia para la buena organización de los pueblos. Por el contrario los pueblos objeto del presente escrito, los situados en la cornisa norte del continente africano, han experimentado crecimientos demográficos desorbitados, han duplicado sus poblaciones en medio siglo. Este hecho, y el haber dejado como herencia tras la descolonización a mandatarios sin escrúpulos que todo lo subordinan a su propio beneficio y al de sus anteriores amos: los colonizadores, llevando a los pueblos y a sus habitantes a situaciones límite como parece ser el caso extremo de Libia con Gadafi, que ha hecho unas declaraciones inadmisibles para que la comunidad internacional pueda inhibirse, de tomar medidas humanitarias drásticas, para tratar de paliar en lo posible sus efectos.
Las condiciones límite a que han llegado los países norteafricanos: Tunez, Egipto y Libia, (hasta el momento, susceptible de contagiar a otros vecinos de la zona) constituyen un precedente mundial de alcance planetario, al poner en evidencia el descontento de una juventud concienciada, que cuenta con instrumentos propios de la modernidad que anteriormente no existían, como son los TIC, que permiten la difusión de hechos, conocimientos,… a través de las redes sociales, aunando voluntades que se traducen en esfuerzos: colectivos, constantes, contundentes,.. que les han permitido mantenerse durante 18 días, las concentraciones de la plaza Tahrir de El Cairo. Precedentes como el apuntado, tendrán que hacer reflexionar a los que habían dispuesto hasta aquí, de dóciles sujetos carentes de medios para difundir sus reivindicaciones al mundo entero, cuando siempre fueron privados de la voz, los llamados sin voz.
El mundo Occidental constituido por su cuna europea, y por el imperio de nuestro tiempo que últimamente está siendo puesto en cuestión como tal, por la gestión llevada a término para asegurar la geostrategia mediante bases militares y políticas como las del del intento de golpe de estado del 23F, del que se celebró ayer el 30 aniversario, que por las declaraciones hechas por su secretario de Estado Mr. Haig que se lamentaba de que no hubiera triunfado el golpe en España, que les garantizaba un mejor control de las bases, en la estratégica península Ibérica, o por las hechas por otro secretario de estado americano Mr. Kissinger que se permitió decir que en Chile habían ganado las elecciones los malos, lo cual no lo podían admitir, provocando el golpe de estado en dicho país. Estas prácticas denunciadas en parte por Wikileaks, son ratificadas con declaraciones de tertulianos españoles que no tienen nada de demócratas al decir que las elecciones ganadas por Chavez en Venezuela, a pesar de contar con los preceptivos observadores internacionales, las consideran fraudulentas por que las ganan los malos, como decía Kissinger, por ser pobres,
Visto lo anterior, se puede colegir que los contubernios urdidos por los poderosos, mediante las bases militares, servidas por un ejército que equivale al de los restantes países del mundo, con el que ha conseguido ventajas para la geostrategia a nivel mundial, que con la visita de Eisenhower para asegurar las bases en España, no tuvo el menor escrúpulo para someter al pueblo español, a la terrible dictadura fascista durante casi treinta años más, a pesar que dicho presidente de USA fue general en jefe de los ejércitos aliados que combatió a los ejércitos del eje durante la Segunda Guerra Mundial. Es de suponer que cuando visitó España el laureado general, en la ocasión ya presidente de la primera potencia mundial, se habrían retirado los posters que tanto se prodigaron en nuestro país durante la gran conflagración en los que se mostraban las cuatro fotografías de los jefes de las potencias del EJE: Hitler, Mussolini, Hiro Hito y Franco. Hasta que punto puede llegar el cinismo, la insolencia, la osadía,..de un dirigente político-militar, que impuso a todos los habitantes de un país, el sufrimiento, con los desmanes propios de una dictadura despiadada que se dijo que por cada sentencia de muerte que firmó Mussolini, Franco había firmado cien. Todo ello por asegurar sus bases estratégicas alrededor del mundo. Los acontecimientos de Túnez, Egipto y Libia, dan idea de cómo ha cambiado el mundo en 60 años, en que los pueblos se han revelado contra sus verdugos y los amos que los impusieron.