19 febrero 2011

Brotes verdes en desiertos

No tienen nada de inéditos, los últimos hechos acontecidos en Túnez, Egipto y otros intentos en países de aquel entorno. La historia está plagada de cambios estructurales que han supuesto virajes copernicanos en la marcha de las comunidades humanas, que no tendrían razón de ser racional, si no se alumbrasen nuevos amaneceres cada mañana y nuevas luces en las neuronas humanas para escenificar nuevas pautas de comportamiento individual y colectivo. No cabe sin sentido más absurdo, que el haber proclamado el fin de la historia y que tal anuncio tuviera eco.
Lo realmente nuevo de los tiempos actuales, son los instrumentos con los que se cuenta para acelerar los procesos de cambio de forma exponencial. Se dijo, que a través de Internet se propagaron las consignas para concentrar a las ingentes masas de población, ya concienciadas del contenido del mensaje que denunciaba el expolio practicado durante decenios por sus gobernantes y sus camarillas afines, hasta extremos, que se publicó que Mubarak atesora en paraísos fiscales del exterior, etc,.. una fortuna 40,000 millones de €. Nada de ello puede extrañar, cuando el imperio proporcionaba a Egipto ayudas económicas y armas profusamente, para asegurara el “estatu quo” de una zona geoestratégica crucial para los EE.UU., por intereses petrolíferos y el pueblo judío ubicados en ella.
¿Hasta cuando las juventudes instruidas, ubicadas en un país turístico como es Egipto, donde se intercambian opiniones con los clientes en todas las lenguas, pueden ser toleradas tasas de paro de la mitad de los demandantes de empleo.? Resulta aberrante ver los comportamientos obscenos de los beneficiados por aquellos regímenes despóticos, que se mantienen durante décadas en el poder sin dar señales para mejorar la vida de sus súbditos, ello resulta insostenible en el siglo de las luces, cuando se tiene noticia de lo que sucede en otros países civilizados.
Las consecuencias de la crisis actual que han sido tan dispares para los trabajadores, artífices de la economía real, que como resultado de la hegemonía neocon en las últimas décadas, no han tenido mejoras en sus emolumentos reales, al tiempo que los más ricos, han experimentado ganancias medias del 50%, en el mismo período de tiempo, consecuencia de las bajadas de impuestos decretadas por los gobiernos Bush, en los EE.UU. donde se ha hecho el cómputo de los efectos que ha tenido la crisis en la extrema polarización entre las clases sociales. Un ejemplo aleccionador al respecto, sucedido en Letonia, el país balcánico de 2, 4 millones de habitantes que fue elogiado por los neocons, por la forma radical en que su gobierno, se dice que por cuestiones étnicas, entre nacionalistas conservadores y rusófilos keynesianos, han llevado al país mediante privatizaciones y otras medidas extremas de corte neocon, al desastre económico del que dicen que no podrán resarcirse en el plazo de una década, con pérdida del PIB del 25%, un paro de dos dígitos y la emigración de más del 10% de la juventud mejor preparada, en contraste con su vecina Bielorrusia, que con economía centralizada, no conoce el paro habiendo tenido crecimientos de dos dígitos del PIB en el mismo período de tiempo.
Además de las protestas que tienen lugar estos días en los países árabes, se está levantando un clamor generalizado en los círculos progresistas, difundidos por sus medios afines, sobre el descalabro: económico, social y político, causado en nuestro país por el boom del ladrillo, con un desempleo del 20%, con la merma de beneficios del Estado de Bienestar y teniendo noticia de las afrentas que produce al sentido común los bonus de escándalo que se auto-asignan los ricos: banqueros, especuladores, empresarios y toda la casta de aprovechados de la miseria ajena.
El espectáculo que suponen los 50.000, puestos en que se necesitaban ampliar las plantillas de docentes de la enseñanza pública, que por efecto de la crisis inducida en nuestro país por la ley de 1996 de urbanización del territorio español, supone la pérdida del recurso crucial del progreso por antonomasia: la educación, junto a la sanidad y otros logros de solidaridad social en nuestro país que han conducido a un desmarque del gobierno actual de sus posiciones de izquierdas, pasando a defender las imposiciones de los mercados financieros, que amenazan con la aplicación de altas tasas de interés, para saldar la abultada deuda contraída por los bancos, que concedieron hipotecas para pisos sin la suficiente garantía, que como consecuencia de la crisis que ha dejado en el paro a muchos de los que tomaron las hipotecas, que ahora no pueden satisfacer los plazos. Lo inexplicable de lo sucedido, es que ninguno de los organismos de control financiero no se apercibieran de los que iba a pasar dejando a nuestro país al borde de la quiebra.
Últimamente se escucha un clamor, consecuente con los amotinamientos de masas que tienen lugar en las plazas de las ciudades norteafricanas y del oriente medio, por la crisis de valores que estamos atravesando, en un contexto en que los hechos acaecidos en cualquier lugar adquieren difusión instantánea en todo el planeta, es por lo que, los causantes de las fechorías recurren a sus resortes habituales: policía, ejercito,.. .y sobre todo tratando de evitar que los media difundan los hechos, vano intento, puesto que la proliferación de teléfonos móviles lo facilitan.
El mal está implícito en las sociedades que paulatinamente desde la aparición de dos personajes nefastos para la humanidad ( Reagan y Tatcher) han ido inculcando en la práctica cotidiana de los comportamientos humanos la doctrina neocon, basada en la codicia y el egoísmo personal, que ridiculiza conceptos éticos como la solidaridad humana que sin embargo es ejercitada por jóvenes idealistas que se prestan a sacrificios a veces heroicos, trabajando para ONG•s, en países del tercer mundo, de forma voluntaria y anónima, apartados de los focos, sin la menor compensación. Comportamientos tan contradictorios, se dan en el mundo plural que caracteriza la modernidad, que sin embargo se predispone con más facilidad, a adoptar criterios de egoísmo personal, alentados por el márketing, hacia el uso y abuso de objetos de consumo desbocado que conduce a la degradación del usar y tirar, cuando tantos carecen de medios de sustento.
Podría darse el caso, que los avances que la tecno-ciencia aporta para suplir las necesidades físicas, determinando que la satisfacción de las mismas, pierda quilates para espíritus selectos capaces de encontrar metas de mayor entidad cultivada que seduzcan a las nuevas generaciones para acometer proyectos de vida más excitantes que la sola satisfacción biológica-placentera de los sentidos, desatendiendo el reclamo de impulsos superiores del espíritu. Querríamos pensar, que suplidas las apetencias que proporcionan un bienestar envidiable como son las que da la modernidad, acumular riquezas sin límite a que ha conducido la filosofía neocon, puesto que la codicia dicen que es insaciable, alguna vez se tendrá que asumir que la suprema felicidad del espíritu la proporciona el reconocimiento sincero de la sociedad.