22 mayo 2011

Concentraciones en las plazas españolas

Las recientes concentraciones en plazas de las capitales del norte de África mediante movimientos reivindicativos de derechos democráticos reales, por masas concienciadas de que a pesar de los paripés hechos con votaciones seudo-democráticas, amañadas y escenificadas por dictadores instalados por las grandes corporaciones económicas, mantenidas durante décadas en el poder para defender los intereses geostratégicos de sus patrocinadores, dieron muestras de madurez al persistir en su empeño de mantener su reivindicación conscientes de sus derechos, informados por la educación que proporcionan los nuevos medios de difusión, a los que difícilmente podrán seguir poniendo barreras los poderosos para monopolizar el poder, como lo han mantenido a lo largo de la historia mediante expedientes tales como: la esclavitud, la ignorancia, el colonialismo, la guerra, el caciquismo,.. y actualmente, con las finanzas virtuales, la especulación, el omnímodo poder del dinero, procedimientos modernos denunciados en las plazas árabes, que hoy ha sido reproducido en las españolas.

En España, se tiene argumentos más que sobrados de seguir los pasos de los países del Magreb y del Oriente Medio, concentrándose en las plazas demandado democracia real. Las juventudes españolas presumiblemente mejor informadas que las de sus vecinos del norte del Mediterráneo, son víctimas de más del 40% de paro, con empleo precario, que no les asegura mejoría en su situación laboral a corto plazo. Ciertamente en nuestro país, las elecciones son más garantistas que en los países reseñados, pero no resuelven injusticias como el paro, mediante la participación cada cuatro años en unas elecciones delegando a los parlamentos la formulación de leyes por uno de los dos principales partidos políticos teóricamente antagónicos: (uno favorece a los ricos y el otro a los pobres), y en sus alternancias en el gobierno, suelen prometer en sus campañas electorales derogar leyes aprobadas por el partido contrario. No obstante, ambos partidos políticos están sometidos a las leyes del mercado, a tal punto, que el partido social-demócrata en el poder se ha visto obligado a prostituir sus bases ideologías al final de la legislatura actual adoptando disposiciones contrarias a sus principios, a instancia de la Unión Europea por imposición de los mercados financieros que graban con intereses draconianos la deuda de los países que se encuentran en apuros económicos.
Las concentraciones pacíficas escenificadas en las plazas de las ciudades españolas, obedecen a un sentir mayoritario expresado por jóvenes concienciados que claman por que se moderen las abismales diferencias económicas, que en las últimas décadas y especialmente por efecto de la crisis económica que padecemos, los poderosos que detentan el dinero y el poder real, son solo el 1% de la población mundial, los que mediante las grandes corporaciones monitorizan la marcha de la economía a nivel planetario, dejando a la función democrática que en teoría debería regir la marcha de los pueblos según se dispone en las constituciones, en un lugar secundario incapaz de aplicar las decisiones establecidas en los programas de los partidos elegidos por los votantes.
Los nuevos paradigmas, tendrán que ajustar las necesidades objetivas de cada momento a la función demandada a las distintas jurisdicciones. A la democracia, se le atribuye la suprema facultad social de gobernar a los pueblos y a sus moradores con normativas avaladas y llevadas a la práctica con la aquiescencia de sus electores a través del voto. Más arriba se describe el hecho incontrovertible por el que, el gobierno español en sus últimos decretos se ha visto obligado a tomar medidas contrarias a sus atribuciones por imposición de terceros, privando a la democracia ejercitar el poder omnímodo de gobierno que le atribuye la constitución.
Dado que los humanos nos servimos de los medios que la modernidad pone a nuestra disposición, con la celeridad que determinan las ventajas que aportan, los TICs (las tecnologías de la información y la comunicación) que tantos cometidos están asumiendo, no sería de extrañar que ofrecieran garantías suficientes para que los afectados en todas y cada una de las actividades desarrolladas por los humanos, fueran los componentes de las mismas los que tuvieran el deber y el derecho inalienable, de nombrar a los agentes consideren los mejor calificados para designar a cada responsable en cada escalón de mando de las jurisdicciones que le afectan, desde el puesto de trabajo hasta las distintas instancias gubernamentales, por consultas monitorizadas por el medio informático perfeccionado permitiendo ejercitar la democracia directa en todos los aspectos que afectan a nuestras vidas.
Utopía, dirán muchos, en efecto las encuestas y demás consultas de opinión aún no son lo suficiente fiables con la precisión requerida para llevar a cabo una gestión de tanta trascendencia, pero a la vista de tanto desatino como se da en la aplicación de la política en todos sus apartados, que suscitan discusiones sin fin, pérdidas de eficiencia, actuaciones opuestas en lugar de remar en la misma dirección para beneficio recíproco de los actuantes, sin que ello menguara en lo más mínimo las libertades conquistadas, sino todo lo contrario que la relación entre los humanos informados por la educación y las buenas formas, que condujeran a la armonía, a imitación de la naturaleza que nos obsequia con la belleza, el orden, la variedad de sus manifestaciones que componen la sinfonía más maravillosa que los humanos puedan concebir.
Entre la infinita variedad de enfoques para el desarrollo del futuro político para nuestro país, que demandan los concentrados en las plazas de las ciudades de España, no sería desatinado proponer el ejercicio de la democracia directa, que tiene la mayor aproximación a la idea inicial, de denominar estas concentraciones con la demanda de democracia real que se llegó a proponer como eslogan o título que identificara a este movimiento en la historia política de los países a la vista de la repercusión internacional que está tomando, a imagen de la trascendencia que tuvo el mayo francés de 1968.
La implantación del ejercicio de la democracia directa correspondería a un estadio de organización de los pueblos, en que la educación de todos los ciudadanos estuviera lo suficientemente consolidada, para permitir elegir mediante encuestas reglamentadas que dieran suficientes garantías de equidad para permitir la elección directa de los responsables de todas y cada una de las competencias a las que se debe estar sujeto: desde la jerarquía de mandos en el trabajo a todos los estadios de la gobernación, desde el local al planetario en toda la gama de jurisdiccines.
Esta modalidad de supeditación elegida con todas las garantías, a través de protocolos bien estructurados, por los afectados a cada nivel, mediante consultas efectuadas con la asiduidad convenida por los interesados en lugar de las fijaciones periódicas de las actuales, podría reportar beneficios estructurales de enormes repercusiones al poder hacer abstracción de conceptos periclitados como son: ideologías, creencias, prejuicios, intereses, padrinazgos,.. que distorsionan la consecución de los beneficios generales de las colectividades humanas lastradas por la codicia de las grandes corporaciones económicas que acumulan dineros y poder por parte de los grupos de presión que siendo minoritarios, refutan la ficción de una persona un voto, ejercitando el mando con una hipocresía inaceptable para cualquier ser instruido sujeto a la esquizofrenia que produce el tener que convivir con el absurdo que producen enfrentamientos sectarios que conducen a la ineficiencia.