05 diciembre 2011

Consejos para la izquierda

El neoliberalismo está moribundo, ha sido un azote para los pobres y los trabajadores, solo ha favorecido a los más ricos mediante la especulación, provocando la presente crisis que si se pretende solucionar por la via ortodoxa de la austeridad mediante recortes de derechos generales adquiridos, llegará a dar al traste con el neoliberalismo y a más largo plazo con el capitalismo.

El neoliberalismo basado en la explotación de la mano de obra barata, causante de la pérdida de trabajo en Europa, perjudicando más a los trabajadores de Latino-América, con el traslado de las industrias a China. Las revoluciones de los países árabes norteafricanos, también tienen su origen en los efectos del neoliberalismo que ha permitido la continuidad de regímenes dictatoriales durante decenios sin ejercitar el control demográfico, por permitir el “laisser fair” sin ocuparse de los habitantes de los pueblos, con tal se permitan florecer los negocios de las minorías codiciosas.

La transformación de finanzas y servicios, no solo ha tenido lugar en Occidente, sino también en la periferia. Se ha abandonado la tecnología, dando como resultado la destrucción del Estado de Bienestar, con la presente debilidad de los mercados interiores de los países, por la globalización con la mano de obra barata, bloqueando la tecnología y el desarrollo del campo de la producción. Se trata de abandonar los productos genuinos de la innovación y en su lugar de consumir los productos baratos que nos venden, que son los viejos renovados. Los consumidores y el sentido común se resisten a permitir tal absurdo, frenando el desarrollo de la economía global, que no puede avanzar sino es de la mano de la tecnología innovadora.

La financiarización del capitalismo no es en si misma causante de la crisis, sino lo que persigue la eliminación del Estado del Bienestar, con la secuela de salarios bajos y mercados internos más débiles. La globalización es enemiga de las contrapartes nacionales. El estancamiento actual ha llegado al punto de hacer imposible el crecimiento interno y por ende el global. Sin cambios radicales en los modelos sociales y económicos que incluyan el Estado de Bienestar, desplazando las estrategias hacia los mercados internos. Incluso teniendo los medios, China se ha dado cuenta que tiene que desarrollar el mercado interior y distribuir la riqueza.
Hay que orientar las estrategias hacia la producción de trabajo más cualificado y mejor pagado y una reindustrialización hacia programas sociales mejor retribuidos como el estado del bienestar. Para ello, habrá que destruir el neoliberalismo igual que este destruyó las bases del comunismo del (estado social) ¿ Se puede producir sin revoluciones?.Solo en el contexto de algunas revoluciones al estilo del que se creó con la social democracia escandinava, que se benefició de la revolución de 1917.

No se puede volver al keynesianismo de los años 50 y 60 del pasado siglo, las tecnologías y las estructuras sociales han cambiado, aparte que dicho sistema tiene aspectos negativos que ahora se conocen mejor, porque Occidente creó el Estado del Bienestar con recursos aportados por la periferia colonizada, además de la democracia en el primer mundo, aparte de la excepción que fue la India. En algún tiempo la URSS desarrolló un estado de bienestar pasable sin explotar al exterior, pero sin democracia, que fue la causa de su derrumbe.

Hay que crear un estado de bienestar que tenga la democracia como elemento de funcionamiento interno, pero que extienda además las prácticas democráticas más allá de la política, a las esferas económico-sociales es decir en el trabajo, donde sus mismos integrantes estarán facultados para elegir de abajo a arriba a sus mandos mediante la democracia directa. Dicho modelo no puede subsistir con estados ricos y pobres, habrá que superarlo a largo plazo mediante revoluciones a escala internacional en la nos encontramos en primera fase, con las revueltas árabes. La necesidad de que la izquierda aporte políticas nuevas es urgente. La primera necesidad es producir un complejo desarrollo de trabajos productivos y oportunidades actuales de educación, investigación, vivienda, infraestructuras,. Todo ello debe estar interconectado y la gente implicada en toda su planificación y sometidas al test democrático de la discusión. Los buenos profesionales son los necesarios, no los malos contratados para desinformar, sino los buenos elegidos.

Hay que desarrollar los mercados interiores, puede hacerse sin proteccionismo, pero no es nada malo si es para librarnos de los egoísmos de las élites y la defensa de nuestros intereses frente a productos baratos perjudiciales al ambiente del trabajo y al medio ambiente. No al despilfarro. Se necesita buen transporte público, vivienda accesible, internet universal financiado públicamente, programas culturales, desarrollo e investigación científica, energía, agua, nutrientes y buenas comunicaciones.

Reemplazar las privatizaciones para beneficio general, incluso los ricos admiten que no han funcionado, debemos ser las izquierdas quien las repongamos mejorando las empresas al servicio de todos. Los servicios prestados a la gente deben ser nacionalizados, también la banca para prestar créditos emprendedores y autónomos que alumbran nuevas oportunidades. Productores, usuarios y consumidores debemos coadyuvar activamente a través de las redes públicas al bien común.

Lo público no es sinónimo de corrupto, el neoliberalismo ha dado los más escandalosos ejemplos de corrupción. Lo público se crea a través de la propiedad estatal; la burocracia extrema forma parte intrínseca de los grupos de presión que tratan de desacreditar la propiedad pública, Lenin dijo: La democracia parlamentaria es buena pero no suficiente, necesitamos instituciones que ejerzan la democracia directa.

Necesitamos integración regional, no que nos traigan cosas fabricadas en China. Se trata de proteger selectivamente el desarrollo industrial autóctono e introducir estándares de educación correspondientes al desarrollo regional con la ciencia orientada a las necesidades locales, abrir camino no solo a la industrialización sino a las necesidades humanas. Abolición del absurdo que supone la propiedad intelectual que nos imponen las multinacionales y pronunciarnos contra ellas no con el miedo como ha hecho Europa, sino fortalecerlas con institucionales internacionales al servicio del público.

Las revoluciones árabes están destinadas a dirigir la región y a toda la humanidad hacia la democracia, lo que nos llevaría a la desaparición del capitalismo. Teniendo que plantear los temas de integración y de políticas económicas orientadas a los intereses sociales. La lucha tiene lugar en un ámbito nacional pero tiene repercusión internacional, puede iniciarse en la cólera, pero debe basarse en una política seria. La política de izquierdas en dichos países, no solo va destinada a cambiar a dichos países sino para cambiar el mundo.

Este escrito es la transcripción de un artículo de Boris Kagarlitsky investigador del Transnacional Instituto, y director del Instituto de Globalización y Movimientos Sociales de Moscú.

Este artículo servirá de base para una reunión que tendrá lugar el Ramala (Palestina) el próximo dia 20 de diciembre. Mi transcripción se debe a la identidad de puntos de vista que me identifican plenamente con el autor.