07 marzo 2013

Constataciones estadísticas

Resulta llamativo observar en la actual coyuntura económico-social en que se encuentra el capitalismo occidental, inmerso en una crisis aguda atribuible a las prácticas del liberalismo económico, que, basado en las finanzas virtuales, que se nutren de la especulación y la corrupción, para obtener beneficios por procedimientos espurios, que han hecho del dinero depositado en los bancos y monopolizado por los lobbys económicos mundiales, el factor dominante por antonomasia de la gobernación de los pueblos sometidos a su férula.

Los países del sur de Europa, sometidos por parte de los del norte, a la acusación de ser derrochadores, por haber tomado préstamos, que hay que devolver con intereses de usura, que han de pagar los países pobres, respecto del interés que carga el BCE a los bancos a los que presta su dinero al 0,75% para que los bancos cobren a más del 5% de interés a los países pobres, como consecuencia de que las agencias de renting han asignado a estos últimos, una prima de unos 400 puntos por encima de la fijan para los países ricos. Tamaña arbitrariedad muestra a las claras quien sale favorecido.

Las anteriores componendas incorporadas en las leyes emanadas de los parlamentos en los que los poderosos imponen sus prerrogativas. El liberalismo económico, como factor preponderante donde rige el capital, bajo la coartada democrática usada como cortina de humo para enmascarar el dominio que el dinero ejerce sobre las masas de votantes de los países influenciados por la tradición decimonónica que atribuía a los ricos, estar como los mejor facultados para gobernar, siguen condicionando las leyes que salen de los parlamentos llamados democráticos.

El factor determinante que está apareciendo últimamente, son las constataciones estadísticas, que determinan por ejemplo que la economía dominante en el mundo es la china, que destina a la economía real, los mayores recursos personales y materiales para la creación de riqueza, que pone al servicio de la humanidad, mediante precios más baratos, para hacerlos asequibles a los que menos medios tienen. Este hecho, ha puesto en duda que los ricos sean más eficientes que los pobres, que lo fueron cuando monopolizaban la cultura en sus universidades y centros de investigación, mientras que la globalización ha popularizado los conocimientos, determinando que la racionalidad será la que conduzca a la verdadera igualdad de oportunidades.

Por otra parte conocemos a través de estadísticas, emitidas por organismos oficiales vinculados a la ONU, que Cuba figura entre los mejores países del mundo cuyos índices: referidos a la esperanza de vida de las personas, a la salud, a la mortalidad infantil, a la eliminación del analfabetismo, a la prestación solidaria a los personas de los países en los que han ocurrido catástrofes, a la curación gratuita de enfermos con afecciones oculares, a la formación de médicos, enseñantes, deportistas etc., en sus respectivos centros especializados para surtir de los mismos a países suramericanos

y del tercer mundo, para lo que dedica el 13% de su PIB. Además figura en el ránking mundial, como uno de los mejores países como paraíso de la infancia, y según Amnistía Internacional, no existen reclamaciones sobre violación de los derechos humanos, que tiene un bajo índice de criminalidad y donde no han sido asesinados periodistas.

Las anteriores constataciones han sido recogidas por organismos internacionales de probadas garantías de imparcialidad, lo que contrasta con las opiniones vertidas por la generalidad de los medios informativos en España e incluso de dirigentes de la llamada izquierda de nuestro país, a los que parece haber calado el liberalismo económico en sus conciencias, que se permiten descalificar actuaciones que se están afianzando en países hermanos de Iberoamérica, contra los que se están vertiendo desde nuestro país, epítetos poco edificantes para sus gobernantes y para sus formas de gobierno, que se valoran como triviales, poco elaboradas, desfasadas respecto de los modernos ideales de futuro que ofrecen las tendencias occidentales.

Con lo que está sucediendo en España, en la que gobierna por mayoría absoluta un partido, que ha hecho burla de todas sus promesas electorales, gobernando por decretos ley, obedeciendo a consignas dictadas desde el exterior, que son mayormente nocivas para los más desfavorecidos e incluso para las llamadas clases medias, que sufren en propia carne ver a sus hijos bien formados que no encuentran trabajo, que las protestas callejeras son el pan de cada día, en las que participan todos los estamentos ciudadanos a excepción de los más ricos que son minorías. ¿Se puede conceder la menor virtualidad a un sistema político que dicen que se rige por una persona un voto, en que mayorías de sus ciudadanos protestan de la forma en que son gobernados, sin que cuenten con ningún medio para salir del trance puesto que el derecho al pataleo no pone trigo?

Existirá algún sistema de gobierno genuinamente democrático, que permita a sus gobernados contar con medios para remover infraestructuras anquilosadas, sujetas al dictado del dinero y la confabulación de la judicatura sujeta a su nefasto influjo, suscitando malestar colectivo que amenaza con alcanzar disfunciones administrativas rayanas con la subversión, por sufrimientos físicos y anímicos que nos libren de los facinerosos que por el hecho de haber sido elegidos, no pueden contar con la patente de corso de seguir gobernando por espacio de cuatro años, que para los faltos de recursos son una eternidad, mientras que los pocos rectores del tinglado se permiten practicar los desafíos que supone el despilfarro y la ostentación, epatando a indigentes informados en un mundo globalizado en el que la información fluye a raudales por todos los resquicios. En tiempos del oscurantismo y la ignorancia, para los poderosos era más fácil oprimir hasta la extenuación a los indigentes, en el mundo actual va siendo cada vez más difícil aplicar dichas prácticas.