15 mayo 2006

Ciudades a la medida del hombre: urbanismo y logística

Mis hijos, que son partícipes de mis inquietudes, debido a que, durante el tiempo que estuvieron en el hogar familiar, sosteníamos animadas tertulias en las que se debatían toda clase de temas, en especial sobre política. Ha sido uno de mis hijos quien me ha puesto la etiqueta "A sueldo de Pekín" con la que me identifico por dos poderosas razones que tienen raigambre milenaria. La primera razón fue según mis informaciones, que El Imperio Central, nombre que se daba a la China antigua, (contemporánea de la Grecia Clásica del siglo segundo antes de nuestra era),fue la cuna de los grandes inventos de la antigüedad: papel, imprenta, brújula , pólvora, la vela para impulsar grandes barcos, las pastas alimenticias, el carbón mineral que les permitió la fusión de los metales: bronce, hierro, incluso cromo, (que se ha encontrado en las pinturas de los guerreros de Xian), la porcelana, la seda y un largo etc.. de difícil determinación. La segunda razón, fue la construcción de la Gran Muralla que les sirvió de valladar infranqueable con el que evitaron tener que guerrear con sus vecinos mongoles y manchúes, que les atacaban por medio de razias guerreras para apropiarse de los tesoros chinos como botín de guerra,
Las dos grandes obsesiones de mi vida, han sido: la aversión a las guerras y a todo tipo de violencia y mi admiración reverencial por los logros de la creación humana que constituyen mi única religión. Dos anécdotas biográficas, definen mis inclinaciones: Con ocho años de edad el matón de mi pueblo me amenazó con partirme la cara, me salvé por piernas, el resto de mi vida, he conseguido librarme de que nadie me zurrara, conceptuando a la violencia como la energía de los irracionales, cuya suprema manifestación es la guerra.
Ya mayor, con diez y ocho años, me fui a Barcelona para buscar mejores oportunidades, de las que había en el pueblo; las encontré, aprendiendo delineación. Me contrató una multinacional francesa para participar en el proyecto y construcción de una fábrica de nueva planta, en Sant Adriá del Besós (Barcelona), terminado dicho trabajo, me destinaron a Madrid poniéndome al frente de una oficina de ingeniería donde presté mis servicios hasta mi jubilación, veinticinco años después. En los tiempos del despegue industrial de España, en nuestra oficina, tomamos parte en los proyectos de una docena de fábricas de nueva planta, y ampliaciones de otras, lo que me permitió ver de cerca el desarrollo de realizaciones prácticas, en las que interviene la tecnología, que avivó mi entusiasmo por las ciencias aplicadas.
Hoy, que a través de Internet, se pueden expresar todo tipo de elaboraciones mentales, donde tienen cabida las más desbordadas fantasías, donde hallo el cauce idóneo para expresar sueños de futuro basados en la tecno-ciencia,
Una de mis aficiones más recurrentes es el urbanismo que sufre transformaciones drásticas por causa del crecimiento desbordado de las grandes urbes, donde se concentran las actividades y los acontecimientos del futuro de los humanos.
Las macrourbes del futuro constituidas por un núcleo original: administrativo, comercial, monumental, etc.., deberán obedecer a imperativos de racionalidad para su desarrollo, que será espectacular según apuntan las tendencias generalizadas de los últimos tiempos en todo el mundo. Desarrollo que se justifica, en que la facilidad y rapidez en los desplazamientos, no requiere la presencia humana en los puntos donde se generan las producciones: agrícolas, mineras, industriales, etc,...debido a la mecanización de los procesos.
El primer aspecto a tomar en consideración para paliar en lo posible, que las grandes concentraciones poblacionales no desborden el tejido urbano en extensión, será el aumento de la densidad mediante el alojamiento habitacional en altura: rascacielos. Los testimonios de quienes habitan en las grandes alturas, son positivos al disfrutar: de mejores panorámicas, aire puro, silencio, discrecionalidad, privacidad, etc,..
Otro imperativo de los nuevos tiempos, será el de proporcionar alojamiento adecuado a las ingentes masas de población que acuden a las ciudades donde se dan las condiciones apetecidas por los solicitantes a residir en ellas. La celeridad requerida, para dar vivienda a tantos en tan poco tiempo, solo puede ser resuelto mediante la industrialización de la edificación.
La estructura portante de los grandes rascacielos, será erigida mediante muros de hormigón, con encofrados deslizantes que crecerán sin solución de continuidad desde la base hasta la coronación, alimentados por sus correspondientes estaciones de producción de hormigón en continuo, que recibirán cemento y áridos asimismo por conducciones continuas: tuberías, cintas transportadoras, etc,..
La construcción de los pisos propiamente dichos, se iniciará de abajo a arriba tan pronto se disponga de la estructura portante inicial, para ir progresando al tiempo que aquella empleando prefabricados industriales para la conformación de los elementos necesarios al moderno confort habitacional.
Será condición indispensable que los modernos rascacielos cuenten con un servicio logístico que permita aprovisionar a pié de piso, todo clase de artículos y productos necesarios a su normal desenvolvimiento desde sus puntos de origen. Logística propiamente dicha, será también la relativa al transporte urbano, que permita efectuar cualquier desplazamiento en el menor tiempo posible.
Además todos los suministros y servicios susceptibles de ser vehiculados por cables, tuberías, ondas, etc,.. tendrán sus galerías de servicios donde se ubicarán los contadores, con facturación a distancia sin posibilidad de intervención externa, que no sea por responsables.
El tratamiento de los residuos urbanos se realizará en el interior de los mismos rascacielos, mediante la clasificación de cada uno de ellos para su reciclaje en procesos continuos, con envío de los mismos a sus respectivos destinos.
La disposición de los rascacielos en la malla de las nuevas urbanizaciones, será despejada, distante de las edificaciones entre si, pues con las considerables alturas alcanzadas por las modernas edificaciones se obtienen considerables densidades de población en reducidas superficies. Los grandes espacios liberados de edificios, serán destinados a la plasmación por los artistas más eximios donde ubicar sus creaciones, destinadas a proporcionar a los moradores de dichas ciudades, sensaciones de reposo, relax y goce de tanta belleza puesta al alcance de tanta gente.
Que me perdonen los agoreros del catastrofismo, por la exposición de utopías que considero factibles a la vista de los cambios positivos experimentados en el transcurso de una vida, que, referidos a cualquier otro período histórico precedente se han alcanzado avances exponenciales.
1º) Desarrollar logística urbana, consistente en disponer de una red de transporte colectivo subterráneo, que sirva a la malla de la ciudad con desplazamientos mínimos para sus usuarios, que permita aprovisionar a pié de viviendas, de toda clase de clase de artículos que se puedan necesitar sin interferir en superficie, con lo que se evitarían los atascos.
2º) Que los centros neurálgicos de la ciudad: de distribución de toda clase de mercancías, establecimientos sanitarios, educativos, culturales, deportivos, recreativos, asistenciales, etc..sean fácilmente accesibles por los usuarios en tiempos mínimos.
3º) Reducir a mínimos racionales la extensión de las ciudades, abandonando la tendencia a la expansión ilimitada en forma de mancha de aceite que condiciona a sus moradores a la servidumbre del automóvil con su secuela de gastos suplementarios que comportan: las infraestructuras viarias, el consumo de energía para los desplazamientos, la extensión de las conducciones para los suministros: de electricidad, agua, gas, alcantarillado, limpieza , retiro de desperdicios etc..que para una economía de optimización de recursos, supone un despilfarro.
4º) Las grades ciudades clásicas, tipo: Paris, Roma, Nueva York, etc.. tendrán más difícil su adaptación a la racionalización urbanística, por la imposibilidad de alterar su morfología, sin hacer tabla rasa de lo existente, que requerirá ser conservado por sus valores artísticos.
5º) Los conglomerados urbanos, las grandes urbes del futuro, ejercerán las funciones administrativas de primer escalón por proximidad a los residentes. Previsiblemente, las divisiones territoriales del futuro radicarán en las grandes urbes y su área de influencia; la existencia de los pueblos en tiempos pretéritos, tenían su razón de ser en la imposibilidad de los desplazamientos cotidianos a distancia: los cultivos agrícolas, las explotaciones mineras, la caza, la pesca, etc.. en general todas las actividades productivas, estaban sometidas al tiempo necesario para desplazarse, cuya lentitud obligaba a fijar las residencias de los operadores que las activaban a proximidad del tajo.
6º) La morfología que adoptarán los grandes conglomerados residenciales del futuro será con rascacielos, los cuales reúnen todas las ventajas preconizadas por la modernidad; para los que lo han experimentado, aseguran, que desde las alturas de los rascacielos se puede disfrutar de sol, aire puro, vistas panorámicas, silencio, amen de todas las comodidades que proporcionan las modernas construcciones; para su construcción, sistemas aplicados ahora que emplean mano de obra semiartesanal, no se corresponde con los modernos sistemas industriales que tendrán que tener acomodo en la generación de un bien tan universalmente demandado como es la vivienda para los miles de millones seres humanos carentes de ella.
7º) Las viviendas, contarán a proximidad con los servicios de uso inmediato, entornos ajardinados provistos de toda la gama de mobiliario urbano colectivo, concebido por artistas que proporcionan: goce, bienestar y confort a los espíritus, al que tendrán acceso las futuras generaciones. Basta contemplar la evolución medida en progresión geométrica de los avances que ha aportado el progreso según muestran todos los índices, desde los inicios de la era tecnológica hasta nuestros días, para atisbar lo que les espera a nuestros nietos.
7º) El bienestar físico, es requisito importantísimo para la búsqueda de la felicidad humana, la que siendo una desiderata fundamental, cantada por los poetas, no se le asignan los medios hoy puestos a disposición por la tecno-ciencia, para gozar de los atributos físicos: salud, reposo, nutrición, cobertura de los elementos adversos, etc.., y de los anímicos: educación, cultura, conocimientos, vida de relación, información y el abanico inabarcable de ventajas de todo tipo que proporciona el progreso.