75 años de República
Dentro de pocos días el 14-4-1931, celebraremos una efemérides que pudo ser trascendental en la vida de este país: el despertar por primera vez en nuestra historia a los beneficios de la Ilustración, (La Pepa fue un espejismo instantáneo sin consolidación). La mayoría de los restantes países europeos, percibieron los beneficios del mayor atisbo civilizador que ha recibido la humanidad a lo largo de su historia, del que una vez más nos hurtó la reacción a los españoles, mediante la monstruosa guerra incívica, con el oneroso plus de cuarenta años de dictadura consentidos por los americanos, a fin de asegurarse un aliado más para la guerra fría.
La génesis de aquel primer soplo civilizador, la debemos a hombres visionarios como: Locke, Hume, Berkeley, Kant, Jefferson, Adams, Franklin y muy especialmente a los enciclopedistas franceses. Los filósofos citados entre otros muchos, fueron los grandes revolucionarios del pensamiento, poderoso motor, que permitió sentar las bases para la revolución industrial de la que se lucraron países de nuestro entorno europeo, librándose del oscurantismo a que nos relegó a los españoles la dictadura, privándonos de los frutos prometidos por la República, que aún pudimos disfrutar esporádicamente en Cataluña, durante los azarosos ocho años de gobierno de la Generalitat.
Tenía cuatro años de edad, aquel 14-4-1931, que marcó el primer recuerdo que conservo de mi vida por la espectacularidad y el jolgorio que trajo dicho acontecimiento a nuestro pueblo : alquilaron una banda de música para el pasacalle festivo en el que acudió todo el vecindario exultante de gozo plasmado en las expresiones de alegría de los asistentes. Nunca anteriormente se había visto que las mujeres adornaran los balcones colgando en ellos sus mejores tesoros del ajuar de bodas, los damascos que usaban como cubrecamas, cuando querían hacer ostentación de su estatus con ocasión de visitas de compromiso. ¡ Fue un día memorable ¡
Aquella experiencia que marcó sensaciones iniciáticas de mi infancia que dejan huella indeleble en la vida de las personas, fue reafirmado, con la continuidad de los hechos que se fueron sucediendo con los cambios copernicanos que el nuevo régimen republicano ejercitado desde la Generalitat de Cataluña, abriendo puertas y ventanas al aire fresco de la modernidad.
La escuela fue siempre para mi, el punto de referencia donde confluían todos mis anhelos; me entusiasmaba el aprender cosas nuevas, con lo que me granjeaba el reconocimiento de los maestros. La transformación que experimentó la escuela de mi pueblo entre el antes y el después de la República, fue abismal, tanto en equipamientos físicos como en los métodos de enseñanza, que estuvieron impregnados de las luces de la Ilustración.
Tras el desastre nacional que supuso el triunfo de la rebelión contra el orden establecido, el país retrocedió a los abismos de la involución milenarista, donde la educación y la cultura eran los enemigos a someter mediante la censura y la persecución de cualquier ideal político que no cuadrara con el pensamiento único impuesto por el régimen dictatorial.
Me llenó de indignación el escuchar a Rajoy en la entrevista que le hicieron ayer en la Ser, el especial énfasis que puso en sus palabras para estigmatizar el Estatuto Catalán con argumentos plagados de generalidades, sin otras precisiones que perjudicaba a las personas porque contenía excesivo número de artículos que coartaban la libertad de las mismas. Me admira, sabiendo de donde viene, que se erija en defensor del anarquismo práctico, suprimiendo preceptos que no tienen otro objetivo, que dar normativas que encaucen los comportamientos humanos por carriles de viabilidad práctica. La defensa a ultranza de la Constitución al punto de hacerla intocable, denota un inmovilismo incompatible con las ciencias, que son el motor que condiciona de forma drástica los hechos sociales, avanzan con tal celeridad, que las instituciones que ostentan la responsabilidad de regir los pueblos no pueden eludir. Se ha publicado que el Tribunal Constitucional tiene del orden de 8ooo casos pendientes de resolución, lo que yo conceptúo como déficit del órgano institucional por antonomasia. La justicia retardada no es justicia; si un médico se retrasa con la terapia aplicada, dando tiempo a que muera el paciente.¡ Vaya servicio.! Lo mismo es aplicable a la justicia.
No me sorprende en absoluto que las consignas básicas que rigen las estrategias del PP, de las que el núcleo duro de dicho partido está bien empapado y corea con una sola voz, vayan en contra de normativas muy explicitadas lo que les permite compensar las lagunas legales por medio de los bufetes caros, que tienen los recursos necesarios para acomodarlas a sus intereses.
Un caso paradigmático de lo anterior, fue el de un tal Martinez que se encontraba en el corredor de la muerte de una cárcel de EE.UU. Sus padres emprendieron una colecta para reunir un millón de dólares, que permitió revisar la causa con la que compraron la libertad de su hijo.
La derecha rancia, se ha valido toda la vida de las influencias que da el dinero, del caciquismo rural, que ha mantenido al pueblo llano en la ignorancia, y por el dominio de los llamados poderes fácticos, garantes de la posesión de los resortes del poder. Los votos como recurso del pueblo para acceder a cotas de poder, difícilmente asumido aún hoy por los más recalcitrantes y la generalización de la cultura como privilegio universal, ha trastocado de tal manera sus planes de dominio, que de tanto en cuanto aparecen tics, como el exteriorizado ayer por Rajoy , que rememoran sus nostalgias.
El hecho de haber quedado descolgados de los efectos de la revolución industrial, y de las prácticas democráticas durante tanto tiempo, la derecha, ha exteriorizado su catalanofobia fomentada por diferentes instancias del resto del país, que acusan a Cataluña de tener mayores afinidades con Europa, (seguramente por proximidad geográfica) que inducen a pensar que son más proclives a independizarse de la piel de toro, hecho incompatible con la actual legislación de la U.E.
Decía Rajoy, que con la cantidad de atribuciones otorgadas a la Unión Europea por los países que forman parte de la misma, no justifican la modificación de estatutos como el catalán que aspira a tener mayores competencias de las que tiene el estatuto vigente. La modernidad empuja a delegar atribuciones por arriba: (hacia la U.E.) y por abajo:( hacia las grandes ciudades) siempre que sean objeto de consensos mayoritarios entre los afectados, reconocidos como entes sociales mayores de edad, concientes de sus decisiones responsables, que no atentan para nada a los valores morales y de convivencia que dice defender el PP.
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