01 octubre 2006

Memoria histórica

He sido introducido en el tema de la MEMORIA HISTÓRICA, por mi amigo Gonzalo Adrio que, a sus 86 años, ha acometido el acopio de datos sobre este tema, con el entusiasmo que lo haría un recién iniciado.

Partiendo de sus recuerdos vivos de la República, de la guerra civil en la que los facciosos fusilaron a su hermano al que más admiraba, terminó su carrera de abogado postrado en el lecho sobre un molde de escayola, al padecer el mal de Pott. En la dictadura, desarrolló numerosos servicios en la clandestinidad en favor de los más necesitados, con espíritu altruista y solidario poco común en su oficio.

Desde años atrás acometió la tarea de acudir a los archivos de Ayuntamientos, registros civiles, hemerotecas, parroquias, etc. de sus tierras gallegas, para acopiar datos fehacientes, con el rigor que requieren aspectos tan delicados como son los relativos a la vida y al sufrimiento de las personas, durante los períodos de la Republica, de la Guerra Civil y de la Dictadura, para su preceptivo esclarecimiento por quien proceda, para situar los hechos históricos en su lugar. Para llevar a cabo tan ingente labor a nivel nacional, recomienda formar equipos idóneos a tal fin.

En su libro de memorias: (SIN ODIO, SIN RENCOR, PERO EL RECUERDO VIVO) refiriéndose a la Ley de Amnistía tras la transición, por la que se otorgaban los mismos beneficios para los vencidos en la guerra que los disfrutados por los vencedores, Adrio se encargó de los trámites graciosamente para la gente que requirió sus servicios. Se lamentaba que hubieron muchos olvidados de dichos beneficios que solo fueron atendidos debidamente en: Navarra, Madrid, Asturias y Cataluña.

Para la puesta en el lugar que corresponde a la MEMORIA HISTÓRICA, se formula las siguientes preguntas acerca de las sentencias dictadas durante la Guerra Civil:
¿ como no se va a reconocer la nulidad de los juicios celebrados?
¿ es que no había un gobierno legítimo en España y los rebelde quería tomar el poder?
¿ es que tenían legitimidad los rebeldes y traidores para condenar como rebeldes y traidores a los que estaban actuando bajo la legitimidad del Gobierno español?
Es tan elemental el argumento aducido desde cualquier punto de vista, ¡que gran decepción! si no se recoge en la futura ley, declarar nulas todas las sentencias dictadas por los tribunales rebeldes, durante y después de la guerra, al no aplicar las normas jurídicas universales.
Mi amigo Adrio, aporta cantidad de consideraciones jurídicas y casuísticas probadas que quedan fuera de mi alcance, que serán oportunamente publicadas por dicho autor, al tiempo que reivindica con el mayor énfasis, que la futura ley obligue asimismo a la eliminación de los símbolos franquistas existentes, junto con los demás aspectos a recoger en dicha ley.

Tras la anterior introducción al tema de la MEMORIA HISTÓRICA, la Guerra Civil española que viví en mis propias carnes, desde mis 9 años de edad en que los recuerdos se fijan en la memoria de forma indeleble para toda la vida, por lo que mi radical aversión a las guerras de agresión no han podido encontrar jamás la menor justificación racional en mi raciocinio.

He leído con interés libros sobre los desastres producidos por las guerras del siglo XX, junto con las aportaciones recientes obtenidas de los archivos y demás fuentes de información, con la ecuanimidad requerida después de transcurrido el tiempo necesario para su valoración objetiva exenta de apasionamientos. Dichas lecturas me llevan a conclusiones que muchos tacharan de excéntricas e incongruentes, mientras para mí contienen un mensaje desolador en su progresión geométrica de la barbarie:
A) La iglesia católica, ha tenido que pechar durante siglos con su pecado de la Inquisición por haber quemado infieles: ¿ cuantos fueron ¿ cientos, miles ¿
B) Los nazis quemaron judíos: se estima en seis millones; un incremento exponencial con respecto a la Inquisición, que ha sido ampliamente publicitado mediante el llamado Holocausto, aceptado como uno de los mayores crímenes de la historia.
C) Mucho menos publicitadas fueron las consignas de Hitler para que fueran eliminados además de los judíos: los eslavos, los gitanos, los comunistas, los subnormales, etc..,que unidos a las masacres de la guerra de agresión, sumaron la friolera de veintitantos millones de muertos soviéticos que nunca han merecido el menor reconocimiento por la comunidad internacional, a pesar de haber sido los que dieron la puntilla al monstruoso régimen nazi, escenificado con la toma de Berlín.

La lecturas de SIN NOVEDAD EN EL FRENTE, LA GUERRA QUE HABÍA QUE GANAR, OPERACIÓN BARBARROJA, entre otras, de las que debería hacerse pedagogía para que hicieran repudio de las mismas las nuevas generaciones. Es difícil cuantificar el impacto que las víctimas de las guerras del siglo XX han producido sobre los pueblos europeos, que por la vía del testimonio oral se han sabido los más afectados por las mismas, de lo que se deduce, que se ha producido una especie de catarsis cuya consecuencia ha sido la tregua de más de media centuria sin estallidos bélicos de consideración en su suelo y la aversión de la mayorías de sus gentes ha emprender nuevas aventuras bélicas.

Siempre hemos tenido la convicción de que las guerras serán impracticables con los medios armamentísticos de que se dispone en la actualidad, que permiten destrucciones masivas desde un pupitre a distancia ( aún sin utilizar el arma definitiva. ) El rechazo de los ciudadanos cada vez más concienciados e informados en tiempo real de los acontecimientos que tienen lugar en la aldea mundial, no podrán asumir los costes que acarrean las guerras, impidiendo que ideas megalomaníacas como las aplicadas en la Segunda Guerra Mundial por Hitler, para seducir a todo un pueblo que se tenía por evolucionado, puedan repetirse nunca más.

Durante la secuencia de la guerra fría, se dieron circunstancias alarmantes con ocasión de acontecimientos puntuales de todos conocidas, que llevaron a la humanidad al borde del precipicio nuclear, cuando las dos grandes potencias contaban con arsenales capaces de arrasar todo atisbo de vida existente sobre el planeta tierra. La sensatez de algunos, evitó el holocausto total que como pandemia general provocada no hubiera tenido retorno. Los nacionalismos que se arrogan atributos de superioridad sobre los demás pueblos entrañan enormes riesgos desestabilizadores, habida cuenta de la superioridad de medios de los que dispone en la actualidad; solo mediante la potenciación de organismos multinacionales como la Unión Europea, las Naciones Unidas y los test mediante encuestas del sentir de los pueblos se podrán embridar los instintos inhumanos de los estados que se auto-asignan especiales privilegios: sobre otras concepciones, razas, creencias, desarrollo económico, poder militar y un sinfín de otros atributos que imbuyen a sus naturales de una especie de integrismo nacionalista más peligroso que otros integrismos hoy tan denostados.