26 noviembre 2007

África en la encrucijada

El despertar al progreso de los pueblos del Extremo Oriente Asiático, a la vez que se atisban mejoras para el disfrute de los bienes que proporcionan los hallazgos tecno – científicos a más ciudadanos de los países latinoamericanos, permitirían concebir esperanza de una paulatina recuperación de los medios de subsistencia. Si no fuera por la multitud de ciudadanos que siguen privados de lo más indispensable en la inmensidad del continente africano, se podría pensar en un mundo futuro redimido de la pobreza.

El panorama mostrado por los avances alcanzados en todos los campos de actuación humana en los últimos tiempos es de tal magnitud, que en términos de comparación histórica, los logros que se obtienen actualmente en el transcurso de un solo día, habrían requerido siglos de esfuerzo para los menguados medios de que se disponía en tiempos pretéritos. Muchos calificarán de butade la anterior aseveración, por su total eclecticismo, pero solo un ejemplo bastaría para ilustrarlo: un siglo atrás- en los países avanzados- el 60% de sus habitantes estaban dedicados a la producción de alimentos, para nutrir a 1000 millones de habitantes del planeta: hoy el 3% destinados a este cometido, son capaces de alimentar a 6000 millones de personas.

Con el recurso a la metáfora del punto anterior, y valiéndonos del ejemplo aportado por países que han alcanzado crecimientos económicos de dos dígitos anuales durante varias décadas, sin haber estado sometidos a las crisis cíclicas periódicas predichas por los economistas clásicos, partiendo de niveles de riqueza tercermundistas, se han situado en plazos irrisorios en el top de la producción planetaria, al punto de merecer el título de “ fábrica del mundo”.

Las conquistas alcanzadas por los humanos en todos los campos de actuación, a despecho de las patentes..etc, terminan por ser patrimonio de la humanidad; a estas alturas del siglo son aberrantes las prácticas que traten de mantener los inventos enclaustrados. Internet desborda cuantas barreras y obstáculos traten de impedir la difusión del conocimiento.
¿ Cabe concebir que prácticas exitosas que han conseguido erradicar la pobreza, que constituye la más atroz de las servidumbres humanas, se le pongan barreras para su difusión, impidiendo que sus beneficios alcancen a dos tercios de los habitantes del planeta, hoy excluidos del mana que brinda la modernidad.?

Paulatinamente, van apareciendo indicios que muestran hechos que incitan a la esperanza de que problemas seculares como la pobreza extrema, serán erradicados de la faz de la tierra, mediante la puesta en práctica de modalidades productivas que crean bienes en cantidades ajustadas a la demanda, ateniéndose a imperativos propios del mercado: fabricar productos más baratos que los de la competencia en igualdad de calidad. Para ello, algunos factores que tienen incidencia son: sueldos bajos, tecnologías de punta, factorías de economía de escala para mercados globales, especialistas bien formados para cada cometido específico, paz social que aporte entusiasmo al trabajo bien hecho por vocación, en contraposición al aforismo clásico de que el trabajo es un castigo de Dios.

Los anteriores ingredientes incorporados al proceso productivo, serán considerados seráfico-utópicos por la mayoría de los que hemos sido formados en conceptos heredados de la competitividad y la agresividad más acordes con la ley de la selva, que con los postulados de la solidaridad humana. La vertebración y el racionalismo de los comportamientos humanos en la era de la información, el turismo, el mestizaje, etc.., en los que estamos inmersos, con la abundancia de productos expuesto más arriba, nos veremos en el espejo del prójimo con el que relacionarnos, para perseguir las mayores cotas de felicidad, paz de espíritu, bonhomía, etc.., valores propios de las mentes, únicos entes sobrenaturales de que disponemos, para elevarnos por encima de las contingencias físicas, como seres finitos que somos.

¿ Sería admisible proseguir en la zozobra y el escarnio de las conciencias frente al macabro espectáculo de la llegada de pateras con cadáveres de los que pugnan con riesgo de la pérdida de sus vidas, para salir del infierno de la pobreza, a sabiendas de que existe un paraíso de abundancia.?

Está en la mano de los países que cuentan con los medios para paliar tal desaguisado, acudiendo en auxilio de los excluidos del continente negro con aporte de sus recursos como están haciendo los chinos que a trueque de las materias primas que necesitan, mediante los acuerdos esbozados en el encuentro de Shanghay, que tuvo lugar en 2007, donde participaron los responsables políticos de la práctica totalidad de los países africanos, para acometer la acuciante tarea de sentar las bases para sacar al continente africano de su atonía y poner en explotación sus inconmensurables recursos potenciales mediante inversiones en producciones energéticas , vías de comunicación, modernización agrícola, minería, educación, etc..

Noticias de prensa recientes dan cuenta de la construcción de una gran presa hidroeléctrica en el Nilo sudanés cerca del disputado Sagel, donde se encuentran yacimientos petrolíferos. Se dice que 750.000 ciudadanos chinos están poniendo a “África patas arriba” sic por la cantidad de obras que tienen en curso. Contrariamente a los comportamientos habitualmente empleados por los colonizadores blancos que solo se dedicaron a expoliar las riquezas del continente africano sin aportar activos que les beneficiaran. La situación actual difiere de la anterior, en que los acuerdos son objeto de tratados que interesan a las partes, al tiempo que los equipos empleados en obras públicas, se optimizan dándoles empleo continuado.
El multilateralismo, consecuencia del boom que han tenido los intercambios de todo tipo: de conocimientos, informaciones, y especialmente de productos y de prestación de servicios, son facilitados por los desplazamientos y los transportes, que incentivan encuentros para poner en común soluciones mutuamente beneficiosas. Equipos de tecnócratas especializados en la resolución de los complejos asuntos que demanda la modernidad, tomarán a su cargo lo que antes se encomendaba a políticos, patronos , empresarios, etc,.. que recibían el testigo del mando por herencia, sin tener vocación ni facultades para su desempeño. Los hábitos antiguos, tomados de la modalidad monárquica tan enraizada en la historia, no compatibilizan con la eficiencia.