Reivindicación de la Filosofía

Dos escritos aparecidos en El País mismo día (13-11-2007), de sendos filósofos: (Sloterdijk y Todorov) ponen en evidencia que el oficio de pensar no está reñido con nuestro tiempo, sino que, descartadas por obsoletas la mayoría de las funciones estrictamente manuales, donde se ha asentado la modernidad tecno-científica, el pensamiento juicioso está llamado a ocupar el cenit de las prioridades humanas, por su trascendencia crucial en la paz de las conciencias.

Sloterdijk dice que en la UE las tendencias se orientan al proteccionismo del bienestar y el lujo, sin haber entendido la radical diferencia entre la unidad coexistencial y la unidad de supervivencia para Europa. No se puede concebir un país europeo viviendo fuera de Europa. El antiguo contexto de nación como supervivencia ahora es como coexistencia.

Preguntado que si el miedo al comunismo que fue el factor que indujo al capitalismo a las concesiones sociales, una vez caído el comunismo ¿se está condenado a retroceder?, contestó que no piensa en que hayan retrocesos, pero que harán falta movimientos sustitutivos del miedo para afianzar dichos objetivos. A su juicio los sindicatos actuales no son los agentes idóneos para afianzar las conquistas sociales, sino que son el neoliberalismo y el terrorismo los que en inconsciente y perversa coincidencia, el primero quiere bajar los costes de la paz social, el segundo coadyuva a producir un clima en el que nadie se atreve a plantear exigencias de cambios del statu quo. Sobre, si tienen más influencia las patronales que los políticos, dice que esto supondría una caricatura minimalista de Europa y sobre lo que espera a la UE en el próximo futuro, contesta que tras unos diez años de tranquilidad los 27 hijos únicos aprenderán a vivir juntos.

Todorov, trata de racionalizar que la antinomia: amigo- enemigo engendrada por el odio, lleva al maniqueísmo irracional por sus connotaciones morales y éticas que sitúan a los humanos supeditados a los instintos primarios por encima de la primacía de los efluvios del espíritu que generan las neuronas. En esencia sus tesis, avaladas por ejemplos históricos, tienden a situar a los enemigos como chivos expiatorios de todos los males que nos acucian. Los sectarismos, que provistos de las preceptivas orejeras o vendas por ignorancia o excesiva exposición a un mensaje monocorde esclaviza los espíritus al privarlos de libertad.

La acción reacción entre “aliados-enemigos” en las relaciones internacionales no garantiza la victoria de los que parece que tienen las mejores bazas para la victoria. Cuando se toman las prácticas del enemigo, como en el caso de las torturas de Abu Ghraib y el campo de Guantánamo para vengar el 11S, abandonando los principios del Estado de derecho, se incurre en el efecto bumerang, que en el griterío de la confusión se confunden los mensajes de las partes transformándose todos en negativos. La oposición frontal entre judíos y palestinos y las prácticas de acción reacción a imitación de las físicas denotan la falta del elixir que proporciona el raciocinio humano. Otros ejemplos históricos como el Tratado de Versalles, la batalla de Argel, la ocupación de Bagdad proporcionan evidencias de lo errónea que puede ser la estigmatización del enemigo que por serlo no dejan de ser seres humanos.