22 diciembre 2008

Reconocimiento tardío

No me pierdo el artículo semanal que aparece en El País del domingo del periodista inglés Timothy Garton Ash, que acostumbra visitar el lugar objeto de sus trabajos periodísticos previa su publicación. El último lo titula “el ascenso pacífico de China” en el que expone cuatro claves para que asegurar la convivencia mundial.

1º) Evolución interna del sistema chino: dice que corresponde a dicho país las vías ha tomar para su desarrollo, que él, junto con pensadores del propio país, sospechan que serán largas y apasionantes hacia un destino desconocido y que los que vivimos en otros contextos políticos, si bien deseamos que si podéis aportar algo mejor en orden a la gobernación de los pueblos, bienvenido sea, aún estando convencido el autor que la democracia es el sistema ideal.

2º) La relación entre los EE. UU. y China, cree que es mejor que la que hay entre la Unión Europea y China y que el autor defiende que debe ser equiparable a la anterior.
Propone que Obama ofrezca a Pekín una asociación estratégica para resolver los dos problemas prioritarios que tiene el mundo: la ecología y la proliferación nuclear.

3º) Propone pasar del G8 al G14, a decidir en la próxima cumbre del G8 del 2009 en Italia, ello permitiría dar a China más responsabilidad y poder en el gobierno mundial y especialmente en las instituciones financieras, aspecto que añadimos nosotros que buena falta hace, si bien las finanzas son un artimaña virtual del capitalismo para suplir la falta de competitividad con la economía real que se practica en los países emergentes.

4º) En este punto si coincidimos plenamente el periodista con mi punto de vista y es que el traspaso del poder mundial entre Gran Bretaña y EE. UU. se verificó en plena Segunda Guerra Mundial, con toda normalidad gracias a que los dos países estaban plenamente identificados, mientras que China y Occidente, son muy distintos y no hablan el mismo idioma. Los nuevos paradigmas impuestos por el uso de los instrumentos que proporciona la modernidad, deben coadyuvar en gran medida para el acercamiento cultural entre países: el Internet, el turismo, el intercambio de todo tipo: de estudiantes, de libre información etc,.. por vía del conocimiento recíproco, porque hoy no necesitamos reunirnos para empezar a hablar.

No tienen nada de descabelladas las anteriores propuestas, además de ser oportunas en la coyuntura actual, en que el capitalismo salvaje ha desembocado en una crisis a la que asignan un precedente en la de 1929, si bien ha llovido tanto en casi un siglo transcurrido, que no pueden existir paralelismos entre dos fechas que han visto las mayores transformaciones tecno-científicas y de comportamientos humanos que ha conocido la historia. Los que hemos asistido a las transformaciones de nuestro país, podemos dar fe a despecho de los nostálgicos que los cambios han sido copernicanos.

La doctrina neocon que ha impregnado las formas de gobierno occidental desde la eclosión del tacherismo-reaganismo, aumentaron el diferencial económico entre ricos y pobres de forma exponencial, cuando avances tecnológicos y del conocimiento
acercaban las concepciones de justicia redistributiva a la par que la información de las masas desfavorecidas eran concientes que la máquina produce rendimientos de bienes y servicios inimaginables hace un siglo, tiempo en que aparecieron proclamas para una distribución más equitativa de los frutos del progreso, a pesar del fracaso inicial del experimento.

Tras la caída del muro de Berlín, las fuerzas de la reacción, las que se han mostrado reacias a cualquier nuevo experimento que erosione sus privilegios heredados de sus antecesores y transmitidos por el viciado derecho de herencia, que otorga privilegios a quienes no necesitan aportar prueba alguna de su solvencia para el desempeño de cometidos hurgados a la meritocracia, que en puridad, debería ser quien tomara el testigo para el ejercicio de los cometidos de mayor enjundia asignados en función de los méritos objetivamente demostrados por ejecutoria precedente. Asumo que se me tachará de hereje social por el hecho de emitir el anterior juicio, que no dejará por ello, de ser de aplastante sentido común.
Es razonable acometer los problemas en función de sus prioridades que son las expuestas en el anterior punto 2º): ecología y riesgo nuclear. Los puntos siguientes a resolver que están al alcance de los humanas son: hambre, ignorancia, enfermedad y abandono de los seres abandonados a su suerte, sin que rasgos de humanidad como solidaridad, igualdad, austeridad, armonía entre pueblos y personas, sean asumidos por sociedades volcadas en el torbellino del soez despilfarro fomentado por la publicidad consumista, causante del deterioro ecológico.