16 diciembre 2008

Verdades que salen a la luz

Últimamente van apareciendo en titulares, nombres de grandes beneficiarios de procedimientos que han permitido el latrocinio de los miles de millones desvelados por la presente crisis económica el más reciente el de Madoff, que ha fundido la friolera de 50.000 millones de $. Los que mediante subterfugios tales como: derivadas, apalancamientos, subprimes, hedge funds, etc., mecanismos puestos en práctica por las finanzas virtuales con las que se enriquecieron unos pocos, causando paro y hambre, crímenes de lesa humanidad, que no están incluidos en los derechos humanos ahora que se celebra su 60 aniversario. A los desaprensivos, dueños de los centros financieros, Bancos, etc., los gobiernos les indemnizan con fondos públicos propiedad de los contribuyentes.

El futuro tendrá que desenmascarar a los delincuentes sociales que han sido los causantes del paro y el hambre de millones de seres humanos, para satisfacer sus instintos de avaricia y codicia perjudicando a pobres carentes de lo más perentorio para su subsistencia, sin que aparezca el menor atisbo de sentimientos de solidaridad, fraternidad y justicia; al tiempo que dicen hablar con Dios, se lanzan por derroteros del lujo soez y ostentoso del despilfarro, sin hacer mella en sus conciencias, ni en el expolio que hacen del ecosistema, patrimonio de la humanidad.

Los neocons, que tras la caída del muro de Berlín, afirmaron que el liberalismo económico junto con la democracia, serían los sistemas destinados a regir el mundo por los siglos de los siglos al proclamar el fin de la historia. ¿ Quien puede concebir mayor absurdo, cuando los humanos son llamados a perfeccionar todos los aspectos de la vida en la búsqueda de un mayor bienestar general?.

Las consecuencias de la presente crisis económica, son el resultado de haber puesto en evidencia que el liberalismo salvaje del “laisser faire” impuesto por el sistema vigente mediante el cual, la producción de bienes y servicios que representa el pilar básico de la subsistencia física de los humanos, haya sido confiada al liberalismo económico cuya finalidad proclamada, es la obtención de beneficios de cada uno de los agentes económicos intervinientes para impulsar la competitividad. Los hechos tozudos, han puesto de manifiesto en esta ocasión: que sin democracia, ni haber transferido la gestión de las producciones básicas a la iniciativa privada, las economías reales de países emergentes han demostrado ser más eficientes y competitivas que las de los países occidentales, los cuales, se han visto obligados a recurrir a las finanzas virtuales, como tabla de salvación para competir con la economía de dichos países. El resultado de las respectivas actuaciones, es la crisis del capitalismo en la que estamos inmersos.

La globalización instaurada por las multinacionales, en sus orígenes fue un éxito sin paliativos, al reunir los ingredientes para sacar partido de las condiciones requeridas para el funcionamiento de las “economías de escala:” investigación, masa crítica, gestión, financiación, marca, mercado, logística, etc., además de la utilización de mano de obra barata reclutada en el tercer mundo. Lo que ha puesto de manifiesto el progreso tecnológico con las aportaciones informáticas, es que los países emergentes con hábitos de mayor austeridad, esfuerzo y disciplina laboral, dando facilidades para la implantación de negocios foráneos con tecnologías de punta, con amplias garantías de mercado local y facilidades logísticas para la exportación, resultan difíciles de competir precisamente por su condición de configurar las pequeñas y medianas empresas en “economía de escala”. En España, éstas últimas empresas absorben el 80% del empleo, lo que las convierte en los minifundios industriales ineficientes como en su tiempo lo fue en nuestro país la agricultura de subsistencia que también absorbía el 80% de la mano de obra produciendo los alimentos justos para no pasar hambre, mientras que hoy con la ocupación del 6% de censo laboral se producen alimentos para mantener una población tres veces mayor y se exportan excedentes.

El futuro, tendrá que orientarse a que la economía proveedora de bienes y servicios que precisa la humanidad, para su crecimiento armónico, tome ejemplo de la modalidad tecno- científica que ha producido los inventos que caracterizan el progreso. Los centros de investigación a los que se atribuyen los mayores logros alcanzados por la humanidad, están formados por equipos de sabios que acometen los proyectos a través del método científico que: concibe, planifica, investiga, prueba, experimenta, etc,. y finalmente ejecuta las ideas sobre la base empírica avalada por la certeza científica. La economía que también se atribuye el título de ciencia, con la crisis actual, ha perdido todo atisbo de credibilidad, debiendo ser revisada a fondo para no incurrir en sucesivas aberraciones.

El conocimiento, que debe presidir el frontispicio de la más excelsa de las cualidades humanas, en tiempos recientes, la tecnología de las comunicaciones ha hecho aportes cruciales para su difusión. La informática, con sus capacidades de almacenamiento y cómputo de datos, y la rapidez de difusión de los mismos, permitirá a las futuras generaciones disponer del instrumento idóneo para la extensión del conocimiento en todos los países, para facilitar el intercambio entre ellos de las personas más idóneas para el desempeño de cada cometido, en función de sus respectivos curriculos.

Los países serán dirigidos, por equipos de planificadores seleccionados según méritos objetivos inscritos en sus respectivos curriculos, a los que les serán encomendadas las tareas solicitadas por los pueblos en función de las prioridades expresadas en las encuestas y cualquier otro medio de medición de las demandas expresadas por las mayorías formadas e informadas de cuanto sucede en el ámbito de cada jurisdicción y por extensión de lo que sucede a nivel planetario cada vez más integrado.
Pido se me disculpe el haber esbozado un planteamiento universal expuesto en cuatro líneas, cuando un desarrollo somero del tema requeriría la extensión de la Biblia. Tengo la intención de volver sobre este particular, en mi vocación frustrada de bucear sobre temas que me superan pero que me atraen como pasatiempo intrascendente.