09 noviembre 2008

Tras la elección de Obama

En dos ocasiones, en mis premoniciones, del 7-1-2008 y el 12-3-2008, hice unas aproximaciones al candidato Obama, hoy elegido presidente de los EE.UU. de Norteamérica después de leer su libro “La audacia de la esperanza”, valorándolo como un personaje providencial que podría contribuir a traer la concordia mundial.

A pesar de mis reservas al sistema democrático como la modalidad de gobierno más idónea para la organización política de los pueblos en el futuro, debo rendirme a la espectacularidad del show que han montado con las elecciones democráticas de la gran nación americana, que han tenido una trascendencia inusitada en todo el mundo, despertando manifestaciones de entusiasmo y esperanza en las masas, que auguran comportamientos más acordes en las pautas de gobierno de la primera potencia mundial, con el sentir mayoritario de los pueblos en el siglo que se estrena.

Calificada la elección como factor que puede producir un viraje importante en la marcha de acontecimientos mundiales, por su incidencia crucial sobre amplias poblaciones humanas, no es baladí atribuir a esta elección la importancia que merece, en aspectos capitales de la vida de las personas afectadas como son:
1º) La resolución de los conflictos armados en curso, mediante la negociación entre las partes en litigio como la vía más racional para alcanzar la paz.
2º) Poner a contribución los medios necesarios para la salvación del planeta de la degradación ecológica, mediante los estudios pertinentes que lleven a conclusiones objetivas para evitar tal desenlace.
3º) Tomar conciencia del deber prioritario de los países que disponen de los medios para erradicar la pobreza que se abate sobre los indigentes del tercer mundo.
4º) Restituir a los gobiernos que han desembolsado ingentes sumas a las instituciones de crédito, retrotrayéndolas de los que se han apropiado de las mismas: los gestores de las finanzas virtuales, que habrán puesto a buen recaudo el producto de sus hurtos.
5º) Poner todo el empeño y el espíritu de colaboración con las Naciones Unidas, que conforman el embrión del multilateralismo que habrá de regir los destinos planetarios evitando con ello el descalabro a que habría conducido la filosofía neocon, de haberse consolidado, cuya finalidad era demoler metafóricamente el símbolo universal.
7º) Tomar ejemplo del Estado de Bienestar europeo, para dotar a todas las personas faltas de lo indispensable en: salud, educación, subsidios, etc,. con la instauración de la solidaridad humana, en el frontispicio de las sociedades civilizadas.

Cabría esperar del nuevo inquilino de la Casa Blanca, que según se deduce de su biografía personal y su discurso moralizante, se aplicara en ejercitar el poder blando en su ejecutoria, con las facultades que le otorgan el ser el presidente ejecutivo de la mayor potencia mundial del siglo XXI, inmersa en la globalización consecuencia de las tecnologías de la información y las comunicaciones, capaces de exponer a la luz del día los hechos acaecidos. Los EE.UU. de Norteamérica han sido el paradigma mundial de la gestación de los mayores flujos de poder blando con sus : Universidades, Laboratorios de investigación, Inventores, Cine, del Arte en todas sus manifestaciones, Empresas multinacionales difusoras de procedimientos productivos eficientes, etc,.. etc,..en los períodos de esplendor como con el New Deal rosweliano.
En el mundo moderno en el que nos encontramos inmersos, la juventud demanda la puesta en práctica de nuevos paradigmas en las relaciones humanas en las múltiples facetas en que se establecen los contactos, para denunciar artimañas destinadas al lucro personal, alentado por la codicia, la avaricia, la insolidaridad, la mala fe en las actuaciones que puedan ser hurtadas al esclarecimiento. La bonhomía habrá de tener en el futuro, mejor acogida que las premoniciones inhumanas de Hobbes.

A nadie se le ocultan los ingentes problemas en los que estamos inmersos como consecuencia de la crisis económica que se abatirá como de costumbre sobre los parados y los más pobres, debido a que se pretendía hurtar a los gobiernos los medios necesarios para subvenir las necesidades perentorias de sus naturales. Los neocons, tenían el propósito de transferir todas las atribuciones a las empresas cuya finalidad estatutaria es la de generar los mayores beneficios para el lucro de sus socios.
Las sociedades humanas no solo se componen de triunfadores, desgraciadamente la perfección no es un atributo universal y se requiere un padre protector para atender a los excluidos, sin tener que recurrir a la limosna que degrada la dignidad.

Decía un parlamentario en un congreso de economistas y políticos que la crisis actual será sangrante para muchas familias abocadas al paro y otras que han perdido una parte sustancial de sus ahorros destinados a mitigar eventuales desgracias de fortuna, pero en contrapartida se dispone de un arsenal productivo de toda clase de artículos capaz de subvenir a todas las necesidades que a incitado al despilfarro causante del deterioro ecológico. Eventualmente la humanidad tendrá que escoger entre dos extremos: ordenar la demografía para no desbordar los límites que permite la capacidad planetaria o cambiar los hábitos de consumo material al que incita la publicidad, para no incurrir en despilfarro como delito ecologista y practicar cierta austeridad consumista mediante otros alicientes anímicos, tendentes a la búsqueda de parcelas de felicidad en el cultivo del espíritu, cuando la máquina nos libere de la mayor parte de los cometidos laborales.

Nuestra tendencia a la utopía nos induce a pensar que el gobierno de los humanos deberá ser ejercitado por los mejores, dando prioridad a la “meritocracia” entendida como la valoración objetiva de las credenciales que proporciona el currículo de los elegidos para el desempeño las funciones de gobierno que les son encomendadas. Para justificar tan arriesgada proposición, nos apoyamos en que las sociedades humanas en cada período histórico, son beneficiarias del instrumental disponible para realizar los cometidos que consigan la mayor eficiencia material y la satisfacción de las esperanzas de los humanos. Los medios de cómputo actuales, tienen capacidad ilimitada para almacenar los datos de las actividades profesionales que constituyen el currículo de las personas que pueden ser procesar instantáneamente, lo que permitirá convocar a los más idóneos para el desempeño de cada cometido de gobierno. En el caso de Obama, creemos que su elección aleatoria ha sido un gran acierto.