04 marzo 2009

Alternativas democráticas VII

Siempre me he postulado como elucubrador de situaciones y acontecimientos que puedan acaecer a futuro, partiendo de antecedentes y deducciones que configuran las tendencias a medida que se van produciendo, analizando el desarrollo de los hechos y la incidencia que tienen sobre ellos el instrumental tecnológico que paulatinamente se incorpora a usos y costumbres. Los títulos de mis dos libros confirman tal vocación: “Utopía Factible” y “Reflexiones Premonitorias”. Además de lo que contienen los libros, muchos más supuestos que van en la misma línea, figuran en mis artículos de los años: 2006, 2007, 2008, 2009,...en los que, mis intuiciones apriorísticas no han ido muy desfasadas con los hechos acontecidos.

Lo más comprometido, es lo que me propongo exponer a partir de aquí, que no tiene otra finalidad que ejercitar un divertimento consistente en describir eventuales sesgos que tomarán algunos comportamientos sociales a futuro, sin la responsabilidad que contraen los profesionales en ejercicio, sometidos a la escala jerárquica. Por mi parte solo comprometo a mi persona anónima que profesa un gran respeto a la integridad de convicciones, que he tratado de observar en mis comportamientos con las luces y sombras propios de la condición humana.

Me he propuesto pasar a los papeles, ideas que bullen en mi cabeza, seguramente descabelladas para los pragmáticos y los conformistas con la situación en que nos encontramos, pero como todo es mejorable, según el axioma del idealista que ha sido testigo de los cambios espectaculares que a ninguna generación anterior a la nuestra les ha sido permitido observar.
Trataré de exponer los cambios de instituciones susceptibles de ser mejoradas con arreglo a planteamientos avalados por experiencias empíricamente constatadas, que persigan mayor eficiencia social. El orden de los temas planteados es aleatorio, concordante con mi mente anárquica y alérgica a la jerarquía de los asuntos.

A) PUBLICIDAD

1º) La publicidad, asunto de crucial importancia por su incidencia en el consumo de bienes y servicios, que los economistas califican de impulso que mueve la rueda de la producción, al incitar al consumo que contribuye al despilfarro “del usar y tirar” que exacerba las diferencias, entre los que derrochan lo que les sobra y los que carecen de lo indispensable para poder subsistir, es uno de los desencadenantes de polarización y crispación existente entre clases, que dificulta la concordia y la armonía en las relaciones entre los humanas.

2º) El uso y abuso que se hace del automóvil, al que incita la publicidad con sus atractivos spots; para elegir el modelo más potente y lujoso, empleado en recorrer cortas distancias y en los atascos en horas punta para los desplazamientos entre la residencia y el trabajo, los coches muy contaminantes, que deterioran por el efecto invernadero la ecológica del planeta, solar de toda la humanidad.

3º) La publicidad invasora, que se prodiga en los medios de comunicación: radio, TV., cine, periódicos, revistas, etc., constituye una indeseada interferencia para muchos espectadores, a los que se impide hacer uso de la libertad de elección de sus programas, entretenimientos, etc., al ser infestados por anuncios: monótonos, machacones, reiterativos, molestos en sumo grado para los sufridos espectadores.

4º) Estamos convencidos que el medio idóneo para exhibir la publicidad, a petición demanda y servicio de quien esté interesado en ella sea Internet. En la red, el cliente, podrá elegir entre los productos por los que esté interesado, escoger entre todos los que existen en el mundo globalizado con precios y homologaciones, avalados por organismos que den garantías de cuanto se publicite en la red, impidiendo el chalaneo que ha permitido a los listillos negociantes el dar gato por liebre a los incautos. Como ratificación de este aserto, apareció en un periódico que un comerciante criticaba acerbamente que los especuladores urbanísticos y constructores, habían sido los causantes de la crisis actual con sus abusivas plusvalías. Un conocedor del asunto, le espetó al comerciante que vendía por 20 €, la sudadera que le había costado 2€.

5º) Últimamente, tiene lugar un fenómeno altamente aleccionador del masivo traslado de la publicidad desde los medios tradicionales a Internet, en el campo de la música moderna y también de la otra, consumida preferentemente por la juventud, que han encontrado un filón que les permite disfrutar de gran variedad de piezas musicales sin coste, bajándolas de Internet sin tener que comprar los soportes de la música por procedimientos que yo desconozco, mediante los cuales el autor de la música es remunerado, sin que los beneficiados tengan que pagar ni que cargar con el soporte.

6º) Siento no disponer de la información necesaria para explicitar una obsesión largo tiempo alimentada por mi de que toda obra humana: significativa, importante, que pueda ser de utilidad para alguien, pase a ser patrimonio de la humanidad y puesta al alcance de los solicitantes de dicho bien, mediante los milagros que permiten las tecnologías informáticas: libros, museos, paisajes, especies raras: vegetales, animales, arqueologías, fórmulas, patentes, en definitiva, todo cuanto existe, tenerlo al alcance en la pantalla del ordenador.

Utópico, ¿verdad? ¿Cuánto se economizaría la humanidad con este servicio? Serían cifras ingentes y más eficientes y satisfactorios serían los servicios prestados a las personas para su satisfacción física y sobre todo espiritual, al poder realizar sueños y anhelos que para muchos se ven frustrados por falta de medios.
7º) Resumiendo: la publicidad que potencialmente cuenta con medios disponibles para hacer la vida: grata, instructiva, placentera, armónica, fraterna y solidaria, que el maldito dinero y sus efectos nocivos la conviertan en: polarización, enfrentamientos, despilfarro, contaminación, agotamiento de recursos, tormento psicológico para las víctimas a las que se les entorpece la elección de programas: informativos, culturales, de entretenimiento, distracción, etc.