Los dos mayores desafios
De forma monográfica, se nos muestra como un gran peligro de futuro, lo plantea la degradación ecológica, consecuencia del calentamiento de la atmósfera del planeta, que puede terminar derritiendo las ingentes masas de hielo de los polos, lo que elevaría el nivel de los océanos inundando zonas costeras en las que residen ingentes masas poblacionales. Numerosos estudios científicos avalan esta hipótesis, con base en los ingentes volúmenes de gases causantes del efecto invernadero que se vierten a la atmósfera, por la combustión indiscriminada de hidrocarburos consecuencia del crecimiento exponencial del progreso demandado por los humanos.
El segundo gran peligro que se cierne sobre la humanidad, lo constituye el abrumador aumento demográfico experimentado en los últimos lustros en los países más pobres del planeta, consecuencia de numerosos factores positivos aportados por difusión del progreso: contención de catástrofes, guerras, enfermedades, pandemias, hambrunas,... Los países punteros se han provisto de recursos muy sofisticados para equilibrar sus poblaciones, dando un mal ejemplo de consumo, que si pudiera ser imitado por los restantes pobladores del planeta se agotarían rápidamente los recursos existentes.
Para enfrentar con garantías de continuidad los dos desafíos anteriores, los humanos tendrán que diseñar nuevas estrategias que soslayen dichos desafíos, para lo que, según ha demostrado la experiencia histórica, los humanos han hallado recursos para superar obstáculos, en coyunturas menos pertrechadas de medios de los que se dispone actualmente, que permitirán emprender resoluciones tales como:
A) Para la conservación ecológica.
Recurrir en primer lugar a las energías renovables, como se está haciendo, pero en el menor plazo posible dedicar los recursos prioritarios en el desarrollo de la fusión nuclear, que según los teóricos dedicados a esta materia, sería la panacea que podría asegurar, sin el menor riesgo de contaminación atmosférica, la creación de toda la parafernalia de artículos y servicios demandados por los humanos con el recurso a la energía inagotable producida por al fusión nuclear y los medios tecno- científicos de los que hoy está en posesión la humanidad.
B) Para poner límites a la superpoblación planetaria.
Se disponen de dos notables ejemplos ya experimentados para la resolución del problema: Por una parte en la Unión Europea, mediante una educación sexual bien implementada desde los colegios infantiles y en todos los grados sucesivos y muy especialmente por la pedagogía institucional difundida por los media para la concienciación de la ciudadanía, se han conseguido equilibrios demográficos notables, corregidos y proporcionados a las necesidades específicas de cada país mediante incentivos fiscales. El segundo ejemplo ejemplarizante, si bien coactivo, por una de las partes, ha tenido como campo de aplicación en dos países: India y China. El primero (India) en los últimos treinta años ha doblado su población pasando, groso modo, de 500.000 a 1000.000 de habitantes, consecuencia de lo cual a pesar de haber tenido notables índices de crecimiento de la riqueza nacional no ha crecido el PIB por persona, manteniéndose el nivel general de pobreza. Por el contrario (China), por imperativo legal, solo se puede tener un hijo por pareja, a pesar que según se dice han transgredido en parte. En el transcurso de los últimos treinta años ha mantenido su población inalterada en 1.300.000 habitantes lo que le ha permitido incrementar notablemente su nivel de vida y su influencia mundial.
Supuesto que se pudieran solucionar las dos anteriores espadas de Damocles que se ciernen sobre la humanidad, quedan otros muchos aspectos cruciales por resolver, como ejemplo: la cita de un notable comentarista de la información internacional, referente a que los multimillonarios despilfarros hechos por los anglosajones, etc..., puestos en evidencia en la crisis actual, achaca la culpa, a los superausteros chinos cuyos enormes ahorros reciclados, han dado lugar al obsceno derroche occidental.
La globalización mundial, auspiciada y puesta en práctica por las multinacionales que en su codicia propia del sistema, del liberalismo salvaje, fabricaban sus manufacturas en las maquilas del tercer mundo pagando sueldos de miseria, incluso empleando mano de obra infantil como en el manchesterismo denostado en sus legislaciones laborales propias, sin que el menor atisbo de conciencia ponga coto a sus desmanes egoístas. Los productos así fabricados, son vendidos en el mercado mundial, sirviéndose del artilugio de la publicidad de las marcas a precios centuplicados con respecto a como retribuye a los productores directos. No se si se habrán apercibido, que otros fabricantes emplazados en países emergentes, donde la mano de obra es barata han aprendido el truco y se aprestan a desembarcar en el mercado globalizado con precios competitivos.
Los flujos financieros provenientes de los ricos de todo el mundo, que por miedo a las turbulencias y crisis cíclicas económico-financieras que suele propiciar el sistema capitalista, se aprestaron a poner a cubierto sus fortunas, depositándolas en el país que tenía la moneda de referencia “el dólar” lo que permitió a EE UU invertir en I+D y reclutar los mejores cerebros, con los que alumbrar los yacimientos más rentables de futuro: “los inventos”. Últimamente se dice que las grandes reservas de fondos, de las que han tenido que echar mano los EE UU procedentes del ahorro chino, que han sido empleados por aquel país para enjugar las pérdidas astronómicas contraídos por sus Bancos y entidades de crédito. Consecuencia de todo ello si EE UU cae en crisis de crecimiento y el gigante chino sigue con sus dos dígitos anuales de crecimiento ya se viene insinuando si la próxima moneda de referencia pueda ser el “remimbi”.
El sentido común apunta que en la sociedad del conocimiento y la información de extensión universal que se está conformando, los hábitos del despilfarro no podrán competir con los que practiquen la austeridad en un mercado globalizado, en el que prevalezca la equidad e igualdad de derechos y obligaciones para todos. No cabrá otro alternativa que occidente tendrá que apretarse el cinturón.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home