Remoción de atribuciones

La crisis financiera actual, ha puesto al descubierto el cúmulo de despropósitos urdidos por dicho gremio, en los centros donde se han fraguado las maquinaciones:
Wall Street y la City. Las trascendentales consecuencias derivadas de los fallos consentidos a dichas instituciones financieras, han hecho estragos en la economía productiva incrementando el desempleo y forzando a los gobiernos a suplir los enormes déficits de Bancos, Seguros, Empresas, etc,.. recurriendo a los fondos públicos estatales, con el dinero de todos.

Los escándalos aparecidos en todos los medios de difusión, con nombres y apellidos de los que mediante auto-asignaciones astronómicas, han permitido la proliferación de los paraísos fiscales, que se nutren de dineros sustraídos a las haciendas públicas mediante el fraude fiscal que se inhibe de controles, gracias a legislaciones hechas a la medida de quienes conocen patrañas para burlar las leyes, han salido de rositas del anuncio hecho por el propio Obama, de exigir a los que se asignaron grandes sumas al tiempo que llevaban a la quiebra a sus empresas, deberían restituir parte de lo apropiado, saliendo en defensa de los interfectos, leoninos contratos, que declaraban sus inmorales ganancias, como estrictamente legales. (sic).

Sacando las oportunas consecuencias a lo que, se ha denominado el tsunami de las finanzas clásicas y que son los países emergentes del denominado BRIC, los que, últimamente demuestran contar con estructuras de organización económica más eficientes y en mejor sintonía con la globalización actual, irreversiblemente establecida. Cuando, después de muchos años de pugna se consigan poner en práctica los postulados de la Ronda Doha, para hacer efectiva la máxima comercial: de que los artículos de menor precio a igual calidad serán preferidos por los consumidores, los países occidentales, abocados al despilfarro depredador causante de la contaminación
ecológica, no podrán competir con países emergentes que con sueldos de austeridad, inundarán el mercado con artículos más baratos, al tiempo que se deslocalizan los centros que emplean más mano de obra, desde los desde Occidente a los BRIC.

Estamos inmersos en las consecuencias de la crisis financiera, especialmente duras para nuestro país, con tasas de desempleo que dobla los índices de los países de nuestro entorno, al tiempo que la recesión económica del área occidental, se sitúan en retrocesos de PIB de hasta seis puntos porcentuales en Alemania, que ha sido la locomotora económica de la Unión Europea, al tiempo que en países emergentes se prevén alcanzar crecimientos próximos a los dos dígitos, contra el pronóstico de organismos tales como el Banco Mundial y el FMI, que les auguraban fuertes caídas en sus exportaciones como consecuencia de la crisis de sus clientes occidentales.

Se había especulado en círculos económicos, debatido en reuniones del G-20, que a la vista de las catastróficas consecuencias causadas por la crisis financiera se crearían controles para evitar reincidir en trances como el actual. Los controles se oponen al principio del “lessair faire” que constituye la esencia del capitalismo, admitiendo una incompatibilidad estructural, con el sistema vigente del liberalismo económico.

Las atribuciones otorgadas a la economía tradicional, que en el transcurso del devenir histórico ha adoptado distintas modalidades, en la etapa actual se le advierten fallas estructurales, que tendrán que adaptarse a los nuevos tiempos en aspectos tales como:
1º) Eliminar las manipulaciones fraudulentas de las instituciones financieras.
2º) Suprimir los paraísos fiscales que se nutren de lo que se hurta a la Hacienda.
3º) Moderar los desorbitados sueldos de los altos ejecutivos de las empresas.
4º) Dejar que los mercados se desenvuelvan sin subvenciones ni favoritismos.
5º) Cerrar las oficinas del paro, lacra social, que se contrapone a la organización.
6º) Delegar a los gobiernos la facultad de procurar el bien para sus ciudadanos.
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Los nuevos paradigmas apuntan a que se están atisbando cambios drásticos en las políticas que permitirán mejoras sustanciales en las administraciones, apoyándose en los avances tecno-científicos mediante la selección de los mejores denominamos SABIO-ÉTICOS, que configurarán los think tanks, encargados de administrar los asuntos cruciales de las sociedades, que requieren del debate con la participación de mayorías significativas para hacer efectiva la función democracia.
La actual modalidad consistente en depositar un voto en la urna cada cuatro años, es un sarcasmo con el que se han embaucado a multitudes de ingenuos que mediante el espejismo de la igualdad, induce a creer que nos han liberado del yugo tiránico, cuando por vía de privilegios heredados, se siguen aumentando las diferencias entre ricos y pobres que determina el poder real en las democracias actuales.

Se han venido produciendo loables intentos para aproximar el poder adquisitivo entre clases sociales, mediante tributaciones progresivas ensayadas en los países nórdicos, soslayadas mediante paraísos fiscales y trampas financieras que han propiciado que las diferencias económicas últimamente, se hayan incrementado exponencialmente.

Las expectativas de cambios cruciales en la percepción solidaria de los últimos acontecimientos que tienen lugar en el mundo, desde el estruendoso fracaso de la filosofía “neocon”, orientada a conseguir el dominio mundial mediante la posesión de las armas y el dinero, tal como había sido la pauta imperante a lo largo de la historia, se olvidaron de incluir en sus presupuestos, que la cultura de masas, está ocupando un puesto preponderante en la configuración política del futuro en que la razón objetiva de los hechos, solo podía ser falseada por la ignorancia.

Los métodos caciquiles, que aún se siguen empleando por el PP en España, son una rémora franquista que tiene su arraigo en mayores no ilustrados que depositan su voto a favor de corruptos que son aceptados y consentidos a pesar de la letra y el espíritu de los estatutos del partido que preconiza apartar de las instituciones a quienes son imputados, por el dicho de que la mujer del cesar no solo debe ser honrada sino que hace falta parecerlo.