23 diciembre 2011

Metamorfosis que sorprenden

Hasta las últimas cesiones parlamentarias de la anterior legislatura, todas las intervenciones de portavoces de los dos principales partidos mayoritarios, se han caracterizado por una polarización radical de las posturas surgidas de cualquier proposición surgida de cualquiera de ambos partidos. Tras las últimas elecciones que han dado ganador con mayoría absoluta por amplísimo margen, el presidente elegido, ha dado un vuelco copernicano respecto de sus intervenciones anteriores en la sesión de investidura, tendiendo la mano hacia el principal partido de la oposición y lo más sorprendente hacia otros partidos situados en las antípodas de su ideología neoliberal, como son: el partido comunista y el de los ex etarras, algo que lógicamente ha sorprendido a propios y extraños después de una legislatura que ha transcurrido a cara de perro entre derechas e izquierdas, sin que se hubiese observado en transcurso de la misma, ni el menor indicio de entendimiento entre ambas ideologías.

Por lo que respecta a las relaciones con Europa, asistimos con estremecimiento contenido a la amenaza de la espada de Damocles a los que nos expone la Merkel: los países llamados PIGS: (cerdos en inglés) por el anagrama formado por: Portugal, Italia, Grecia y Spain: (como se nos conoce en el mundo). A estos cuatro países se nos tilda de: vagos, derrochadores, poco competitivos,.. que es el marchamo del que se valen las agencias de calificación para rebajar la confianza a los países por su deuda soberana, creada por los especuladores causantes de la burbuja urbanístico-inmobiliaria. La ley del gobierno Aznar que permitía urbanizar todo el territorio español desencadenó el boom de la construcción desorbitada de viviendas en España, por las facilidades que dieron los bancos para contraer hipotecas a los solicitantes de viviendas. Los bancos pidieron préstamos al exterior que ahora no pueden pagar, causantes del paro galopante y de la deuda soberana,.. factores que solo se pueden resolver mediante la apelación a la austeridad, según preconiza la Merkel, lo que supondrá el expolio del Estado del Bienestar, que es la mayor conquista alcanzada por los trabajadores a través de la lucha por sus reivindicaciones.

La salida tradicional que se aplicaba para salir de las crisis económicas que tenían lugar en la marcha de los países, solía resolverse mediante la emisión de papel moneda para inyectar liquidez a los bancos y que éstos permitieran mediante créditos a los emprendedores acometer nuevos proyectos que pusieran la máquina productiva en marcha. Ello naturalmente comportaba devaluación del dinero, es decir inflación que perjudicaba a los tenedores del vil metal que perdía de su valor, a extremos que con las reparaciones de guerra que los aliados impusieron a la republica de Veimar alemana tras la Primera Guerra Mundial se llegaron a imprimir billetes por valor de millones de marcos alemanes, con lo que los poseedores de dinero se arruinaron.¿Puede atribuirse acaso a la obsesión alemana de recurrir a la austeridad, antes que a la devaluación del € para salir de la crisis en la que estamos inmersos?

A pesar del auge alcanzado por los partidos de derecha en la mayoría de los países que forman la Unión Europea, parece que los nuevos paradigmas se orientan hacia una profunda frase filosófica de largo alcance que reza: “ La conciencia alcanza a los acontecimientos, pero cuando éstos no permiten vivir en las mismas condiciones, es el momento de emprender el viraje necesario para competivilizar ambos conceptos”.
El momento actual en el que está inmerso el mundo, apunta hacia paradigmas distintos a los que aconsejan las tradiciones afianzadas, que han sido reemplazadas por acontecimientos derivados del instrumental que la tecno-ciencia ha puesto a disposición de los humanos. El inconmensurable arsenal de recursos colectivos intangibles con el que se cuenta en la actualidad, por efecto de la distribución universal del saber humano que es la esencia estructural de los seres racionales, ha tenido lugar en tiempos tan recientes que aún no ha sido incorporada a las conciencias: son las TICs: “tecnologías de la información y la comunicación” que a través del éter que es el equivalente del aire que respiramos que nos asiste a todos, este aporte de inconmensurable trascendencia va a ser el vehículo a través del cual recibiremos el alimento espiritual por excelencia que es el conocimiento real de los acontecimientos en su esencia prístina sin poder ser manipulados por ningún factor exógeno al mismo. Pongamos por ejemplo un método quirúrgico que extirpa un cáncer sin dejar rastro del mismo, que permite eliminar todos los tratamientos que se vienen aplicando hasta ahora, sin el menor riesgo para el paciente. El procedimiento puede ser grabado con toda fidelidad pedagógica para ser: aprendido, aplicado, con la máxima exactitud y garantía por cualquier otro cirujano en cualquier lugar del mundo; ¿puede concebirse un mayor aporte.? Así puede tener lugar en la multifacética aplicación de todas las ciencias, artes y procedimientos que permitan elegir lo mejor entre la inmensidad de actividades humanas, en sustitución de un factor oneroso y espurio que todo lo degenera, con la dimensión de dominio absoluto que le ha sido conferida en los últimos tiempos al extremo de imponer a países con la tradición cultural y de prestigio que les ha sido asignada por la historia, como son Grecia e Italia, cunas de la civilización mediterránea, que es la nuestra, en que se han superpuesto gobiernos del dinero sobre los parlamentos elegidos democráticamente. No puede asistirse a un mayor esperpento como espectáculo que se nos representa frente a la impasibilidad sumisa y consentidora de tamaña aberración.

Así van las cosas en nuestro mundo occidental abocado a una recesión de caballo, frente al éxito exhibido por los llamados emergentes que con crecimientos económicos de dos dígitos, mediante la observancia de una austeridad asumida a partir de una miseria indigente rayana en la falta de lo indispensable. Si la austeridad obedece a la observancia de una vida digna, que permite el disfrute moderado de los recursos existentes y primordialmente de los frutos y placeres que proporciona la vida armoniosa y solidaria suministradora de las delicias espirituales que ofrece el conocimiento y la relación ecuánime con los humanos, se puede vislumbrar un horizonte de bienestar colectivo, distinto al que nos ofrece la codicia que incita al siempre queremos más para alcanzar metas de ostentación y despilfarro que ponen en cuestión el sostenimiento ecológico.