Cambio del ciclo económico
Las últimas instrucciones recibidas en España de la Unión Europea, para fijar su porcentaje de déficit en el 4,4% al final del 2012, son taxativas e ineludibles, en contra de las opiniones de los entendidos en materia económica que tal decisión se traducirá en un aumento de la recesión y del paro. Al infundir tal dosis de pesimismo y desazón en nuestros conciudadanos, será difícil esperar de los mismos, el estado de ánimo requerido para acometer grandes iniciativas para salir de la crisis, convencidos como estamos muchos, de que los engaños servidos por el PP en su campaña electoral, de que tan pronto gobernaran ellos, llegaría la prosperidad y la creación de empleo, cuando la realidad nos muestra que la recesión y el paro que nos esperan, van a ser los más severos que ha conocido nuestro país en democracia.
En contraposición a las apocalípticas perspectivas con las que nos enfrentamos en el mundo occidental abocados a la recesión económica y la merma de los beneficios proporcionados por el estado del bienestar hasta la llegada de la presente crisis. Acabo de leer un libro escrito por dos españoles, titulado: La silenciosa conquista china” que infunde un rayo de esperanza, mostrando las intervenciones que China realiza en 25 países del tercer mundo, para tratar de paliar en parte la pobreza a la que están sometidos, mediante ayudas diversificadas a cambio de que China obtenga las materias primas de las que dichos países han sido dotados por la naturaleza, pero que carecen de los medios para transformarlas en artículos de uso y consumo.
Por fin, parecen estar empezando a cambiar las fórmulas empleadas por el colonialismo clásico, consistentes en expoliar a los territorios ocupados por las potencias que invadían manu militari a los países pobres, apoderándose de cuanto les fuera de utilidad sin contrapartida alguna, proceder que en el libro citado, presentan un ejemplo en el que ha sido modificado el anterior proceder, en el contrato firmado entre la República Democrática del Congo (RDC) y China, mediante el cual este último país, está construyendo en el primero una red de infraestructuras ferroviarias y de carreteras, para facilitar el transporte los minerales de aluminio y molibdeno, que tendrán un período de explotación de 30 años. Lo más novedoso, es que en dicho contrato se estipula, que previo a la explotación de los minerales, los chinos, tendrán que estregar a dicho país africano: hospitales, escuelas, urbanizaciones, viviendas,… para los nativos empleados en la zona de explotación de dichos yacimientos. Dicho proceder podría crear un precedente que permitiera a los países desarrollados, transferir a los países pobres los instrumentos que les permitieran, salir de la mayor servidumbre humana que es la pobreza, en los tiempos actuales en que se disponen de los conocimientos científico-técnicos que permiten proporcionar lo necesario para que los habitantes del planeta puedan disfrutar de una vida digna con solo evitar el despilfarro que suponen por ejemplo, los millones de toneladas de alimentos que solo en España, se ha publicado que se tiran al vertedero.
Son aleccionadores los numerosos ejemplos puestos en práctica por China, en los 25 países reseñados en el libro citado más arriba, por la diáspora china extendida por el mundo para poner en valor los aportes de todo tipo y sobre todo los personales, para la ejecución de los proyectos en curso, por especialistas chinos, dando muestras de gran dedicación y sacrificios, en busca de mejoras económicas que en su país quizás no conseguirían. El llamado en tiempos el Imperio del Centro, en esta nueva etapa de crecimiento sostenido, de dos dígitos anuales por espacio de los últimos 30 años, ha adoptado lo que se llama poder blando, en sus relaciones con los países de su entorno mediante el convenio de colaboración de Shanhay, y lo más importante, el haber propuesto a países africanos el establecimiento de centros de experimentación económica (CEE) que tan buen resultado económico les dieron a ellos al poner en práctica las consignas de Deng Ziaoping. Ello demuestra en apariencia, que desean aportar fórmulas más civilizadas de trato entre los humanos que las empleadas tradicionalmente imbuidas por la codicia, que es mala consejera en orden a armonizar las relaciones entre los humanos, puesto que la ambición en todas sus manifestaciones responde al “siempre queremos más” intempestivo en los tiempos actuales en los que, la máquina está en disposición de satisfacer las exigencias lógicas de bienestar y concordia entre los humanos, equilibrando la inadmisible inequidad instaurada por el neoliberalismo que ha hecho “vox pópuli”, el que el 1% de la población mundial domine al restante 99% mediante las finanzas, a despecho de que lo legislado en democracia, en que cada persona ostenta un voto para nombrar a sus gobernantes, ¡a que extremos de hipocresía hemos llegado!
Es asombrosa la cantidad de proyectos de todo tipo, que China tiene en desarrollo en los 25 países pateados por los autores del libro citado más arriba: desde presas hidroeléctricas, redes de distribución eléctrica, infraestructuras de transporte: carreteras, ferrocarril, puertos, aeropuertos, túneles, puentes, urbanizaciones, viviendas, estadios deportivos, viviendas, hospitales, escuelas, centros sociales, un largo etc, que dan idea de la liquidez económica de que dispone el coloso oriental, todo gestionado tanto por bancos como empresas nacionalizadas, dependientes en los protocolos que se firman a través de las embajadas de los países en los que intervienen con las garantías gubernamentales requeridas. No sería posible allanar los obstáculos que se presentan en la tramitación de muchos de ellos, si tuvieran que someterse al escrutinio de opiniones que habitualmente surgen en aplicación de leyes obsoletas empeñadas en poner palos a las ruedas del progreso.
La liquidez que ha pe
rmitido al gobierno chino desarrollar tal ingente plan de obras alrededor del mundo, dicen que procede del espíritu de austeridad, laboriosidad y sacrificio de sus naturales que dedican el 40% del PIB al ahorro que solo lo pueden encauzar, hacia sus instituciones nacionales haciendo gala de su ADN nacional en cualquier lugar donde ejerciten sus actividades. Se dice en el libro, que el prurito de ahorro en muchas ocasiones queda desvirtuado por la inflación, no obstante la gente mantienen un fuerte entusiasmo colectivo, naturalmente correspondido por los avances espectaculares alcanzados por dicho país para sus ciudadanos.
El cambio de ciclo, que eventualmente podría tener repercusión mundial, partiendo de posiciones antagónicas adoptadas por dos sistemas económico-sociales que difieren en lo sustancial de sus antecedentes tomados de dos ejemplos: Alemania, que tras un largo período de prosperidad, ha acumulado en las cuentas de sus naturales, sustanciosos ahorros que les permiten, junto con las garantías ofrecidas por su modélico Estado del Bienestar disfrutar de una vejez confortable, acrecentada con los dividendos aportados por sus ahorros, desentendiéndose de cuanto sucede en el resto del mundo, que difícilmente saldrá de la ruina en que está sumido, sin ayuda de otros. China, cuyo punto de partida fue el maoísmo en el que no existía la propiedad privada, sinó que estaba sustentado en las comunas, no existiendo el ahorro, parece que con la prosperidad actual, se interesa en que la globalización apoyada en las TiCs es irreversible, conformando un mundo más igualitario lo que parece apuntarse, en los aportes hechos en el libro glosado, que tiene una serie de ejemplos que expondremos en otras entregas.
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