20 enero 2012

Inaudito juicio al juez Garzón

Los que hemos sido testigos de las actuaciones de la jurisprudencia española a partir de la transición democrática, nos hemos acostumbrado a oír en los corrillos de la calle, que en nuestro país daba la impresión de que solo existía un juez capaz de resolver los juicios importantes que tenían lugar en España, sobrándole tiempo, para ocuparse de litigios de ámbito internacional como de los estragos causados por las dictaduras de Chile y Argentina. Decimos que es inaudito que el juez Garzón, tenido por el magistrado más popular, en nuestro país y en el extranjero, tenga que verse en el oprobio de sentarse en el banquillo de los acusados por sus colegas del Tribunal Supremo, que solo movidos por resentimientos inconfesables, pueden imputar a dicho magistrado del delito de prevaricación, cuando ha llevado a la cárcel a todo tipo de delincuentes desde: los del Gal, a etarras de todos los pelajes y a sus copartícipes, desarrollando una labor ingente redactando atestados a velocidad de crucero a los que seguramente podrán encontrar defectos de redacción otros magistrados, que son especialistas en dilatar las causas durante años permitiendo que prescriban, cuando uno de los mayores defectos de la justicia es que se mantenga a los afectados por la tardanza en dar resolución a sus pleitos en la angustia vital, que conduce a la esquizofrenia.

Con toda seguridad, dejará huella en los anales de la historia jurídica, el que al juez Garzón le hayan obligado a despojarse de su toga y puñetas, para sentarse en el banquillo de los acusados por haber grabado conversaciones telefónicas de los implicados en la trama Gürtel que planeaban la fuga de capitales robados al Estado español mediante la corrupción política, tan extendida en nuestro país, para ser depositados en paraísos fiscales. Es llamativo observar, que en los juicios que se están celebrando estos días en Valencia, contra pretendidos corruptos políticos, por sus relaciones con la trama Gürtel, en el que se están utilizado precisamente grabaciones telefónicas, que han sido las que mayor impacto popular han tenido, por las chuscas expresiones recogidas en dichas conversaciones, ampliamente difundidas por los media.

El corporativismo jurídico, que se vale de su críptico lenguaje envuelto en el galimatías de su jerga indescifrable para los no iniciados, recurriendo a la tupida fronda secular de leyes que tienen siglos de antigüedad, creando un gremio al que Montesquieu, confirió facultades extraordinarias para la configuración de las sociedades humanas, que salvo excepciones como las del juez Garzón, muchos leguleyos no tienen lo que se dice buena prensa, quizás atribuible a que por lo general, no son muy proclives a usar el instrumental moderno que les brindan las nuevas tecnologías para detectar las infracciones de ley, imprimiendo: seguridad, celeridad y eficiencia, que equivale a una mejor justicia, como ha supuesto por ejemplo la instalación de radares en las carreteras que han permitido salvar miles de vidas humanas cada año en las carreteras. Los antiguos letrados formados en la memorística, rechazan la informática, sustituyendo el ordenador por pilas de legajos de papel llenos de polvo, atiborrando estanterías que hacen impracticable la eficiencia, sin aportar el menor halago para la estética de sus despachos.
La animosidad con la que furibundos colegas del juez Garzón, han mostrado en sus acusaciones contra dicho juez con la oposición del fiscal, que se dice que sería preceptiva, solo pueden tener connotaciones envidiosas y/o políticas, puesto que dicho gremio, constituido generalmente por leguleyos rancios, armoniza mal con un juez resolutivo, que además tiene vocación universal para la administración de justicia, en tiempos en que la globalización de las instituciones básicas en que hoy se mueve la humanidad están determinadas por los TICs, a través de las cuales las informaciones y comunicaciones sobre todos los acontecimientos que se producen alrededor del mundo, son participadas a los interesados en explotarlas, como demostró Garzón en los casos de Chile y Argentina, países próximos a nosotros por mutuas afinidades.

Para muchos observadores, la mayor infracción cometida por Garzón contra los principios de los colegas denunciantes (los otros dos litigios incoados son de relleno), ha sido el haber planteado la revisión de la memoria histórica, asignatura pendiente de nuestro país, que no ha sido resuelta como lo fue en: Alemania, Italia, Francia,…trás la finalización de la Segunda Guerra Mundial, para cicatrizar las heridas dejadas por las conflagraciones bélicas, que han sido a lo largo de la historia el amargo pan nuestro de cada día, a imitación de los irracionales configurados por la naturaleza por ley de subsistencia, mientras que la racionalidad humana esperemos que sea capaz de erradicar tan aberrante recurso. La Guerra Civil Española, fue incluso más incivil que las otras, al matarse entre hermanos situados en trincheras enfrentadas, cuya herida fue cerrada en falso en las mentes de los últimos que la vivimos como espectadores presentes, cuya cicatrización fue hurtada por la amnistía decretada en la transición política de la dictadura a la democracia, aunque muchos creemos que: sin odio, sin rencor, pero con el recuerdo vivo, de que aquella monstruosa barbarie, siga teniendo el apoyo y/o la ocultación de poner en claro lo que ocurrió para enseñanza de las futuras generaciones, para que no vuelvan a incurrir en tan monstruoso debacle física y moral, que nos ha dejado huella indeleble en los espíritus.

Esperemos que la huella dejada por espíritus señeros como creemos que ha sido a través de sus actuaciones en aplicación de la justicia por el juez Garzón, tengan el merecido reconocimiento por sus contemporáneos y por las generaciones venideras que tendrán noticia cabal de las sendas abiertas por un servidor público, en una función crucial del servicio a los demás, libre de la codicia que suscitan tantas actividades económicas fomentadas por el capitalismo, que solo despierta la admiración de cuantos son ensalzados por la publicidad por el brillo que imprimen al “ tanto tienes tanto vales.”
El futuro, tan pronto procure a cada uno la satisfacción de sus necesidades físicas proporcionado por la máquina, asentirá en conceder los valores reales a las personalidades que prestan sus servicios a colectividades humanas amplias, beneficiarias de los aportes de personajes señeros como el juez Garzón, forjador de resoluciones justicieras modélicas y rápidas, dejando en el más espantoso ridículo a tantos administradores de justicia sectaria, como tienen que ser los que imputar el delito de prevaricación a quien ha demostrado ser un audaz y esforzado servidor de la justicia, poniendo en riesgo su propia vida frente a los terroristas que tan pocos reparos han tenido con cargarse a centenares de inocentes, cuanto más fácil hubiera podido ser el quitarse del medio a su peor azote que ha sido el juez Garzón, que ha puesto entre rejas a la gran mayoría de ellos. Con su acusación sus colegas envidiosos, ponen en evidencia sus bajos instintos disfrazados en falsas argucias judiciales traicionando los altos servicios prestados al conjunto de la sociedad española, por una de las figuras señeras de nuestro país.

Sea cual sea el veredicto a tan oprobioso juicio, el buen nombre de una personalidad de conducta intachable, que ha sacrificado incontables horas de un trabajo vocacional esforzado al servicio de los demás, para garantizar la seguridad que proporciona la justicia bien administrada, a favor de una mejor convivencia, el juez Garzón tendrá asegurado el reconocimiento de la inmensa mayoría de sus conciudadanos.