Contradicción estructural
En los países a los que se ha dado el calificativo de democráticos, consecuente con la existencia de que a cada persona le corresponde un voto, que puede ejercitar para la elección de quienes le van a gobernar, este principio ha quedado refutado por los acontecimientos subsiguientes a la crisis económica actual, donde ha sido ratificado por los especialistas socio-políticos, a tal punto de quedar como vox pópuli, que estamos gobernados en el mundo occidental, por un exiguo 1% de los super-ricos, a los que les ha sido conferido el privilegio de nombrar a los gobiernos de dos países europeos: Grecia e Italia, pueblos que en la antigüedad fueron los focos que alumbraron la civilización de los pueblos de Europa con la marca greco-romana. Es incompatible conciliar que tan bajo porcentaje de sujetos, impongan sus gobiernos a mayorías aplastantes de ciudadanos que alardean ser demócratas, al tiempo que consienten ser manipulados por el dinero.
Ello contradice el más elemental sentido común, máxime en el contexto actual en que se está mejor informado por los ubicuos medios de difusión, del interés de las partes para ser gobernados por los que favorezcan a las mayorías de votantes. En este caso gobiernan los que se aprovechan del sacrificio de las mayorías, para arrogarse todos los privilegios que concede el dinero para humillar a sus congéneres, por medio de la ostentación del despilfarro soez, frente a las carencias de mayorías de indigentes privados del elemental derecho de un puesto de trabajo, que constituye el supremo derecho, que es la dignidad para la persona humana.
Dice Emanuel Wallerstein en un artículo, que el sistema-mundo actual gobernado por lobbys formados por el 1% de la población sobre el 99% de gobernados, al tiempo que se proclama el principio democrático de una persona un voto, constituye la más radical de las contradicciones. En el año 2011 que acaba de terminar, los gobiernos occidentales han afrontado altos niveles de deuda soberana, por la reducción de los ingresos aportados por la fiscalidad debido a la crisis económica, decretando medidas de austeridad para la sociedad y subvencionando a los bancos: socializando las pérdidas y privatizando las ganancias. Esto ha motivado protestas de los indignados, más efectivas por los Ocupa Wall Street (OWS) que concitaban al 99% de los afectados contra los gobiernos corruptos, tanto si son gobiernos multipartidistas como a otros. Los indignados de los pueblos de la primavera árabe no consiguieron todo lo que esperaban, pero lograron despertar tantos sentimientos contra la inequidad, la injusticia y el neocolonialismo, que por primera vez se lanzó un grito contra el sistema-mundo, que ahora se traduce en un llamado para la unión de la izquierda, que está tan disgregada que permite gobernar a este 1% sobre el 99% con la parodia democrática que ello comporta.
Las diferencias en la izquierda son numerosas y muy acusadas, al tiempo que las derechas en Europa están constituidas por mayorías de clases medias que tienen depositados ahorros en los bancos, creyendo que botándo a las derechas defienden mejor sus intereses, cuando el interés general de las sociedades del futuro consistirá en aplicar las vitales consignas de la Ilustración para conseguir la armonía social entre las personas y los pueblos, en sus relaciones recíprocas cada vez más intensas facilitadas por las redes sociales que se desarrollan a través de Internet.
Las izquierdas por su parte no conseguirá sus objetivos si persiste en sus divisiones internas que se manifiestan en numerosos posicionamientos tales como: A) Los que dicen que votar permite aceptar el falso sistema-mundo actual tal y como está instituido, que permite gobernar a unos pocos sobre las mayorías, como se explicita más arriba. B) Que los que los pragmáticos creen que la única forma actual que permite alcanzar a gobernar países, es ganando las elecciones tanto con partido único, como si es multipartidista. C) Otros creen, que ejercitando tácticas cortoplacistas para gobernar a los países, no permite aplicar estrategias de largo plazo para fijar programas, que a imitación de cómo procede la tecno-ciencia, que ha demostrado como se pueden alcanzar resultados de excelencia para transformar el sistema-mundo actual, que si bien se ha intentado en otras ocasiones siempre han fracasado, lo que no quiere que acercar posturas en las distintas opciones de izquierdas no constituya para las mismas la única via para asegurar sus objetivos.
El diagnóstico del autor del artículo es francamente negativo al aseverar que si en el plazo de unos pocos años la izquierda no consigue superar sus diferencias, está condenada a estar sometida por la ominosa férula derechista para muchos años, a través de las numerosas fórmulas que han puesto en práctica los poderosos a lo largo de la historia, desde: La guerra, la ofuscación de los privados de la inteligencia mediante el monopolio de la cultura valiéndose de la superstición religiosa, la esclavitud, el colonialismo, el neocolonialismo, el neoliberalismo y lo impuesto sobre los poseedores de las más altas cotas de conocimiento colectivo alcanzadas en la historia, el dominio ominoso del dinero a través de las finanzas virtuales, que mediante las mafias maléficas más poderosas conocidas por los efectos que ocasionan, mediante manipulaciones efectuadas por seres maquiavélicos, han conseguido situar las especulaciones de todo tipo en los medios que consiguen los mayores beneficios para el 1% de la población mundial en detrimento del 99% restante.
Frente a tamaña anomalía, las fuerzas productivas encuadradas en la economía real que es la única que impulsa el progreso humano en el orden material, produciendo cuanto demandan las personas para su bienestar físico, complementado con lo más importante que son los servicios que recíprocamente se prestan las personas entre sí para satisfacer sus: necesidades, ansias, anhelos, satisfacciones espirituales, entendiendo como tales a los goces intangibles, opiniones personales, elaboradas en las neuronas intransferibles en el ejercicio de la libertad de cada individuo, a las que conviene fijar los cauces racionales que determine cada sociedad en función de su idiosincrasia específica, con leyes sabias que serán puestas a disposición de todos, por los TICs, medios de difusión universal que permiten ser usadas sin restricción, como deberá serlo cualquier conquista alcanzada por la humanidad, como patrimonio universal, por el hecho que se decía que no se pueden poner puertas al campo, menos se las podrán poner al éter que como el aire, que es de uso común inalienable de todos, los conocimientos también lo estarán.
Se acaba de difundir por la red, un artículo de Mayor Zaragoza en el que hace acopio de cuantas recomendaciones positivas se pueden hacer en el. uso de los medios de que se dispone y de los que se podrían alcanzar, mediante la buena disposición de los que cuentan con los resortes para ponerlos a disposición de la humanidad, si no existiera la contradicción estructural impuesta por los poderosos que en el discurrir de la historia, han impuesto el beneficio propio explicitado en la codicia, que no tiene límites por el “siempre queremos más” de unos pocos que determina el sufrimiento de las mayorías aún hoy en que hay tanto por repartir que el más elemental espíritu de solidaridad humana, podría según las fórmulas expuestas por Mayor Zaragoza serán suficientes para proporcionas altas cotas de bienestar colectivo y dosis suficientes de armonía, entendimiento social y solidad humana, entre las personas y los pueblos del planeta.
Venturosas serán las nuevas generaciones que consigan conjugar el acopio de felicidad permitido por los medios, tanto físicos como intangibles, aportados por el conocimiento humano al haber comunitario. La experiencia heredada no ha sido ejemplar, al haber fracasado loables intentos de cambiar las coordenadas establecidas por la ostentación del mando por unos pocos que les permite por las más maquiavélicas argucias que han sido permitidas hasta aquí por la ignorancia de las mayorías sometidas. No obstante, lo alcanzado hasta aquí permite a pensadores como Mayor Zaragoza proponer fórmulas factibles orientadas por la racionalidad, que conducen al bien común para la generalidad de los humanos sin detrimento de que los que ahora gozan de privilegios inmerecidos no puedan ser partícipes solidarios de un bien universal que congratula a los espíritus elevados.
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