19 febrero 2006

La cárcel de Guantánamo, en la picota

Acaba de aparecer la noticia, de que las Naciones Unidas (NU) han denunciado a los EE.UU. para que cierren las instalaciones de Guantánamo donde mantienen a prisioneros terroristas, para que sean juzgados con arreglo a las leyes del país que los tiene detenidos, o sea en los EE.UU. o los dejen en libertad. A continuación, la misma sentencia, avalada por una comisión de técnicos, ha sido aprobada por el Parlamento Europeo.
Parece inaudito, ateniéndonos a recientes comportamientos por los que el imperio se permitió ignorar a la organización mundial de las N.U. con la invasión de Irak, que tras conocerse que ninguna de las justificaciones aducidas para desencadenar dicha guerra: (posesión de armas de destrucción masiva y peligro inminente de ser usadas ) resultaron ser falsas.
Por elemental sentido común, no cabe una justificación racional a los desorbitados incrementos de los presupuestos militares del imperio, (tras la derrota de su oponente en la guerra fría) existe la incuestionable evidencia de que los EE.UU cuentan con tal superioridad militar sobre el resto de los países del orbe que nadie les puede hacer sombra en este terreno.
La historia está plagada de ejemplos, en los que, se ha evidenciado que cuando los pueblos llegando al cenit de su poder, cuando sus caudillos toman conciencia de su superioridad, se emborrachan de narcisismo y aspiran alcanzar glorias imperiales, así procedieron entre otros: Gengis-Kan, Tamerlán, Atila, entre los orientales, les siguieron Siro, Alejandro Magno y Cesar, Carlos V y la reina Victoria para terminar con Napoleón y Hitler. Demasiados precedentes para no tomar buena nota de la gran notaria de los hechos acaecidos, que es la historia.
Según las primeras reacciones, ni el gobierno, ni los "media" de EE.UU. han acusado recibo a la denuncia que les ha dirigido las N.U. y tras los numerosos desestimentos que han mostrado a los acuerdos tomados por la mayoría de las agencias dependientes de la organización mundial, amén de los retrasos en el pago de las asignaciones mayoritarias que le corresponden hacer al imperio para el mantenimiento de dicha institución, daba la impresión, que la actual dirigencia de la primera potencia mundial, no se acomodaba muy bien a los dictados de las N.U.
Los éxitos alcanzados en muchos aspectos de la modernidad, que tan pródiga ha sido en logros espectaculares conseguidos por los EE.UU. los que pueden haber influido en su autoafirmación, para erigirse en guías de la humanidad, al punto de ser juez y parte, que les permite señalar con el dedo a países soberanos, acusándolos de ser "el eje del mal." Tras los desastrosos resultados de las guerras de Vietnam e Irak, que no consiguieron los efectos del objetivo perseguido, sería deseable que los omnipotentes hicieran un ejercicio de humildad, tomando conciencia de que los humanos, que en la actualidad constituyen mayorías en los países punteros, son individuos ilustrados en posesión de poderosos medios de información, que no comulgan fácilmente con ruedas de molino, como fue la norma histórica
Hoy, las masas ilustradas de los países con solera, como son por ejemplo los europeos, que tienen detrás una larga experiencia histórica, que les aconseja hacer uso de grandes dosis de modestia, al haber tenido que practicar dolorosas pero fructíferas catarsis, por efecto de los sucesivos conflictos bélicos, que sin solución de continuidad han tenido que soportar en sus respectivos territorios a lo largo de la historia, con pérdidas de las vidas de los jóvenes, cuando habían levas obligatorias y guerras de trincheras. A medida que los armamentos se han ido sofisticando para convertirse en horrorosos, hasta llegar al apocalíptico ingenio nuclear, que la humanidad tendrá que evitar que se repita aquella experiencia, que supuso el mayor oprobio de las prácticas guerreras, que podrían conducir a la extinción de la vida en el planeta ¡La guerra debe ser proscrita!
Los incendios de pasiones que cíclicamente tienen lugar, como el actual de las viñetas del profeta Mahoma, deberán ser tratadas con sumo tacto por los agentes más prestigiados a nivel mundial, que cuenten con el mayor crédito en su trayectoria, con la popularidad que dan los servicios prestados a la humanidad, para poner todo el empeño en atenuar los efectos de los desbordamientos de pasiones inherentes a creencias y fanatismos de todos los signos, que ciegan los entendimientos bajo el influjo de agentes incendiarios, que conturban los espíritus al punto de convertirnos en irracionales, movidos por instintos primarios que desembocan en los suicidios colectivos que son las guerras.
El inconmensurable activo de riquezas físicas y las más importantes atesoradas en el acervo cultural de la humanidad, deben ser salvaguardadas frente a peligros latentes en las sociedades que tienen su germen en intereses bastardos, ruines, egoístas, etc.., heredados de actitudes y comportamientos ancestrales, del despotismo absoluto ejercitado por las élites en los tiempos pretéritos, de los que los humanos incorporaron a sus genes psicológicos. Las catarsis que han efectuado los pueblos por la vía de las grandes revoluciones: sociológicas, políticas, culturales, educativas, científicas , tecnológicas etc..,han transformado tan drásticamente las percepciones y los comportamientos de las sociedades actuales, que los sátrapas despóticos, los dictadores, los que desde cualquier instancia superior pretendan arrogarse privilegios sobre los demás, serán denunciados en el éter de los "media" que como el aire lo abarcan todo para rechazo y escarnio de los repudiados.
Lo importante, lo que tenga incidencia sobre las comunidades humanas, deberá ser confiado a las instituciones de ámbito universal, regional, local, que los administrados se otorguen a si mismos, mediante los procedimientos democráticos establecidos, con los debidos controles a despecho que a los que siempre gobernaron con absoluta impunidad, les produzcan alergias y sarpullidos psicológicos. El prodigio de eficiencia que para el cómputo de tratamiento de los hechos que proporcionan la Informática, el Internet y los teléfonos móviles, con la difusión instantánea de los acontecimientos, se constituirán en los instrumentos conformadores de la modernidad.