Preludio de cambios trascendentes
El último cuarto de siglo ha supuesto la puesta en práctica de la globalización económica, en afirmación de la doctrina “neocon” como pauta directriz de las estructuras de dominio mundial. Las enseñanzas de las escuelas económicas de este período, ratificadas por la concesión de los sucesivos premios Novel, sitúan al mercado como factor condicionante de los comportamientos sociales y políticos de aplicación universal, sometiendo a la democracia a sus preceptos, al tiempo que sus postulados tradicionales son derogados por la nueva panacea: (el mercado).
La doctrina “neocon” ha sido elaborada y aplicada por el trío : EEUU, Europa y Japón, que solo representan el 15% de la población mundial a espaldas y contrarios a los intereses del restante 85% de la población, que se constituye en rehén del colonialismo de nuevo cuño, mediante el expolio que hacen de los recursos del tercer mundo: materias primas, productos agrarios, maderas, mano de obra, etc,.. a precios fijados por las lonjas de cotización radicadas en Londres, Nueva York...
La definición de las virtudes de la democracia, han sido ampliamente definidas y debatidas desde las postrimerías del siglo XVIII por tratadistas honestos, para que unos advenedizos de última hora vengan a enmendarles la plana haciendo tabla rasa de todas las convenciones del sentido común que avalan la : LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD, sustituida esta última por la SOLIDARIDAD (que tampoco está mal), y el derecho inalienable de la búsqueda de la FELICIDAD por todos y cada uno de los humanos. ¿ Acaso estos sagrados principios deben sucumbir frente al plato de lentejas que suponen las finanzas virtuales, la especulación, la corrupción, la publicidad engañosa, el poder militar, el dinero, y otras numerosas instancias que son sometidas al chantaje de los poderes fácticos. ?
El denominado imperio, el único que merece tal título desde la caída del muro de Berlín, por el que sucumbió su único oponente militar de la guerra fría, tiene como cualquier obra humana su talón de Aquiles en algunos de los siguientes apartados:
1º Su chovinismo nacionalista heredado de sus orígenes europeos, donde dicha aberración ha sido la causa determinante de guerras que jalonan su historia, las cuales han sido conceptuadas por los europeos como los mayores desastres desencadenados por los humanos. Los conflictos bélicos, no pueden ser cuestionados por las instancias políticas que rigen el imperio, por miedo a aparecer como traidores a la patria.
2º Diferencias raciales, de estatus económico, (que sitúan a los muy ricos en las antípodas de los muy pobres) para escarnio de la pregonada igualdad, etc,..hacen que la razón democrática representada por el voto no la ejerciten ni la mitad de sus conciudadanos.
3º Sus incontestadas virtudes, demostradas en el cultivo de las distintas facetas del progreso que caracterizan la modernidad, han merecido el reconocimiento de los europeos, así como su apoyo en las empresas acometidas en común a excepción de la guerra de Irak. Si el imperio acometiera la invasión de Irán, es verosímil que se produjera un nuevo desencuentro, motivado en parte por la subversión de los principios humanitarios practicados en Guantánamo, Abu Graib, etc,..y fundamentalmente, porque el recurso a la guerra con los medios de destrucción masiva no puede ser asumido por el sentido común.
4º El haberse arrogarse el imperio, el título de juez para designar “ejes del mal” en suplantación de los cometidos asignados a la ONU, denota el grado de discrecionalidad que se habían asignado para regir los destinos del planeta, al punto que uno de sus representantes en el organismo internacional se permitió decir que en el rascacielos neoyorquino de la ONU le sobraban pisos.
5º El descalabro humano de la guerra de Irak, y el rechazo general a la misma, ha supuesto una cura de soberbia a las pretensiones omnímodas del imperio, que apoyado en su ejército que supera a los diez más poderosos que le siguen, podía asegurarse las fuentes de energía del Oriente Medio. Hoy más que nunca, la razón de la fuerza no puede prevalecer sobre la fuerza de la razón, porque la información a desbordado los diques que la mantenían secuestrada, y ya no basta vencer, es preciso convencer.
6º Es lamentable constatar que quienes han intentado dirigir los destinos del mundo, basados en premisas fuera del raciocinio ético, al supeditar las pautas deontológicas: al hedonismo, al consumo, al bienestar material, al despilfarro, la ostentación, al prestigio social por medio del dinero.... Habrá que dejar las metas de lo material, cuando para muchos ya han sido alcanzadas, al tiempo, que otros estímulos superiores para los espíritus, son más gratificantes.
7º Europa, tan pronto se consoliden las nuevas incorporaciones, deberá empuñar la antorcha de la racionalidad administrativo-gestora del multiculturalismo humano que se está configurando en la presente coyuntura, para que su misión ecuménica ejercitada a lo largo de los siglos, tenga continuidad en el presente momento histórico a cuyo carácter trascendente debe contribuir con sus mejores recursos, radicados en las mentes privilegiadas que ha dado el antiguo continente, como cuna de la humanidad.
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